"Permite que todas las apariencias nos parezcan puras,
para que podamos pasarlas de largo con inocencia, y dirigirnos juntos a la casa
de nuestro Padre como hermanos y como los santos Hijos de Dios que somos."
W-pII.263.2:2
Comentario: Si todas las apariencias, si todo lo que percibo
"fuera" forma parte de mí, si no puedo reconocer la pureza de esas
apariencias, obviamente no voy a poder reconocer mi propia pureza. Como podemos
ver, el objetivo no es que yo pueda reconocer la pureza y la inocencia en
"otros". Es una forma de decirme que hasta que yo no pueda ser
consciente de la pureza, de la inocencia en los demás, voy a pasar por alto mi
propia pureza e inocencia y por consiguiente sufro. Es así como la creencia en
la separación (culpa inconsciente) se sigue perpetuando de la mente.
Sin embargo, aquí es donde hay que tener
mucho cuidado. No se nos está pidiendo que forzosamente miremos la inocencia en
otros. No se nos esta pidiendo que "pretendamos" ver la inocencia en
los demás mientras estamos sintiendo ira, condenación (juicio), ataque hace
otras personas. Eso seria negación y por consiguiente seria contraproductivo a
la practica de Un Curso de Milagros. Lo que sí se nos pide es que hagamos un
trabajo de HONESTIDAD PROFUNDA, y miremos nuestra rabia, nuestro miedo, los
obstáculos al amor en nosotros que le hemos proyectado a esas imágenes que
percibimos "fuera".
Es como una forma de decir que a través
de lo que percibo "fuera", puedo primero ser consciente de lo que
tengo dentro; de MI odio, de MI miedo, para así conscientemente pueda elegir un
Nuevo Maestro (Espíritu Santo). De esa manera se me puede ayudar a recordar que
el amor, la inocencia, la pureza, es lo que soy. Una vez esa transformación
tiene lugar en MI mente, no voy a poder sino que percibir la inocencia en las
proyecciones que aparentan percibirse "fuera", independientemente de
cómo se presenten esas imágenes.
Me gusta ser consciente de ello porque el
sistema de pensamientos del ego intenta aplicar las lecciones del curso al pie
de la letra desde su percepción dividida, intentando ver la pureza, la
inocencia en nuestros hermanos sin darnos cuenta que no existen hermanos
"fuera". Esa idea de intentar ver a mi hermano puro e inocente, si no
soy consciente, aunque suena muy “bueno” y “caritativo”, sirve para seguir
sosteniendo la creencia de que hay un “yo” haciendo algo. Sin embargo, lo
paradójico es que para poder contactar con la pureza e inocencia en mi, primero
tengo que ser honesto y reconocer que percibo a mi hermano como culpable,
debido a que aunque esa no es la realidad, es así como realmente me siento. A
eso le llamo un honesto primer paso, porque estoy atendiéndome, dejando a un
lado todos los conceptos sobre la espiritualidad y sobre lo que “debería” o no
sentir.
Si no soy honesto conmigo mismo, solo voy
a estar azucarando lo que siento y el Espíritu Santo no puede acceder a esa
nube para ser atravesada. Aunque ese odio que siento en mi se lo quiero
proyectar a mi hermano por la razón que sea, puedo tomar consciencia de que lo
que siento no tiene nada que ver con mi hermano, y es ahi cuando recuerdo que,
"nunca estoy disgustado por la razón que creo". W-pI.5 Ahora, aunque no sepa como, estoy abierto a la corrección
del Espíritu Santo.
Recordemos que por mas que intente hacer
la corrección llenándome de conceptos o repitiendo millones de veces en mi
cabeza las lecciones del curso, “mi hermano es inocente” o “reconozco la
inocencia en ti”, etc., no puedo “yo” hacer ese trabajo que por eso el Curso
nos recuerda, "Tú no puedes ser tu propio guía hacia los milagros, pues
fuiste tú el que hizo que fuesen necesarios." T-14.XI.7:1 Una vez que
puedo reconocer la pureza en MI, gracias a la ayuda del Espíritu Santo, de
nuevo, primero estando dispuesto a reconocer lo que verdaderamente siento, és
que esa inocencia en mi puede ser extendida. No tengo yo que intentar ni
trabajar para ver a mi hermano puro e inocente, pues compartiendo la visión del
Espíritu Santo no puedo sino que ver pureza e inocencia en otros. Otra manera
de decirlo, compartiendo la visión del Espíritu Santo solo puedo ver a un mundo
perdonado.
Recapitulando lo compartido. Si te odio,
es MI odio el que no quiero ver y por te lo proyecto. Sí siento resentimiento,
es MI resentimiento que no quiero ver y por eso se lo proyecto a un “otro”
(amigo, gobierno, desconocido, terrorista, vecino, animal, medio ambiente...) y
así sucesivamente. Como podemos ver, repitiéndome una vez mas utilizando diferentes
palabras, las lecciones del curso son para conscientemente reconocer MI
inocencia, la cual se encuentra oculta bajo todas las capas de miedo que
existen en mí, bajo toda esa culpa inconsciente que existe en mi, el cual se la
proyecto a un "otro" como chivo expiatorio ya que es más fácil ver MI
ego en el "otro" que ser consciente del contenido de MI mente.
Es por eso que para sacarle provecho a
este material, es muy importante primero reconocer el odio que existe en MI,
sin intentar esconderlo pretendiendo que todo esta "bien" y que todo
es “amor”, ya que esa actitud solo esconde más y más profundamente el miedo.
Recordemos que sin culpa inconsciente en la mente no existirá un
"yo", no existiría un "mundo", no existirían
"otros". Y ahora vamos a utilizar esa proyección que le llamamos
"otros", esa proyección que le llamamos "mundo, experiencia
física", para que con la ayuda del Espíritu Santo retornar la atención a
la inocencia en MI, a la pureza que existe en el Santo Hijo de Dios (que somos
todos). En ese sentido, toda proyección que creo son mis "enemigos",
mis "victimarios", mis verdugos", en realidad son mis
salvadores. Sin "ellos", no podría ver MI miedo, MI culpa, MI odio.
Por eso el mensaje de la crucifixión es
simple: "No enseñes que
mi muerte fue en vano. Enseña, mas bien, que no morí, demostrando que vivo en
ti." T-11.VI.7:3-4