Pregunta: “Nick.
Llevo varias semanas percibiendo algo curioso. Al hacer los ejercicios
de un curso de milagros, me relajo tanto físicamente, ¡¡ Que me molesta
tanta relajación física ¡¡¡ (Porque después tardo unos minutos, para
reactivarme y hacer mis cosas cotidianas) Y digo que es curioso, porque
llevo muchos años meditando, y en las meditaciones normales no suelo
conseguir tanta relajación.
Mi pregunta es ; ¿El hecho
de que me relaje tanto físicamente y me sienta molesto por eso, porque
después me cuesta reactivarme, es porque estoy identificando con fuerza
con mi cuerpo?”
Comentario: Bueno, a mi personalmente la
“relajación física” no me molesta. Ahora, si tu tienes alguna creencia
por ejemplo que dice que si te relajas eres un bueno para nada, o no
estás siendo util, o “deberías” hacer cosas etc., ese conflicto es el
que podría generar molestia. Obviamente estoy especulando, pero
simplemente lo comparto para que lo lleves al Espiritu Santo y lo
trabajes con El.
Sin embargo, una relajación física es
un síntoma donde no hay estrés. Por lo tanto, la relajación física no
la veo como el problema, si acaso ver la creencia que va detrás cada vez
que sientes esa experiencia de relajación sería el problema.
El
objetivo del curso es la paz interior, y una relajación física estaría
dando testimonio de esa paz. Luego cuando dices que tardas unos minutos
para reactivarte a tus cosas cotidianas, eso es muy natural. Cuando te
levantas por la mañana por ejemplo, que el cuerpo esta muy relajado, la
tendencia es a ir poco a poco hasta que este completamente despierto
antes de hacer cosas físicas.
¿Por qué crees que es bueno estirar
los músculos antes de hacer ejercicio? Por lo tanto, no hagas historias
de nada de eso. Una relajación física es solo eso, y una persona por
ejemplo que siente que tiene que estar constantemente haciendo algo, no
puede relajarse, y cuando intenta relajarse, se siente incomoda.
Para la otra parte de tu pregunta, "¿… después me cuesta reactivarme, es porque estoy identificando con fuerza con mi cuerpo?”
Se podría decir que sí, porque el cuerpo es pesado, hay que cargarlo.
El Espíritu, tu Esencia no obstante es liviana, no carga nada. Y cuando
la mente está en ese espacio siente la ligereza de no cargar nada. Luego
cuando tu atención regresa al cuerpo, sientes inmediatamente el peso
del cuerpo, y necesitas un pequeño reajuste. Pero nada de eso es
importante, simplemente la naturaleza de tener un cuerpo es pesada,
mientras que la naturaleza del Espíritu es libre, liviana, relajante,
pacifica, es dicha.
Por lo tanto, continúa haciendo los
ejercicios y no te dejes distraer por lo que sientas, ni tampoco trates
de sobre analizar esto. El hecho de que los estás haciendo es parte de
tu proceso y de tu deseo de sanar. No los juzgues ni te juzgues a ti
mismo por lo que estés sintiendo. Simplemente confía en el proceso.
Es por algo que el curso nos recuerda lo siguiente: “Recuerda
solamente esto: no tienes que creer en las ideas, no tienes que
aceptarlas y ni siquiera tienes que recibirlas con agrado. Puede que
hasta te opongas vehementemente a algunas de ellas. Nada de eso importa,
ni disminuye su eficacia. Pero no hagas excepciones al aplicar las
ideas expuestas en el libro de ejercicios. Sean cuales sean tus
reacciones hacia ellas, úsalas. No se requiere nada más.” W-pI.In.9:1-5