Pregunta: “Nick,
puede por favor indicarme u orientarme respecto al tema de placer
sexual, si por ejemplo la masturbación es placer para el ego, siendo
algo netamente físico?”
Comentario: Permíteme primero
compartir este extracto del libro de Liz Cronkhite titulado: "Releasing
Guilt for Inner Peace" (Soltando La Culpa Para Experimentar Paz
Interior), sección titulada: “El Proposito del Placer & Sexo.” Su
libro solo está disponible en Inglés.
“Lo que se le conoce
como placer son esas actividades que causan que el cerebro secrete
endorfinas. Esto es lo que hace que el cuerpo se sienta bien. Esto es
algo que solo ocurre en el cuerpo y es la razón por la cual el placer no
genera culpa.
La culpa es una idea en la mente, por lo
tanto el placer físico simplemente te distrae de la culpa. Y al intentar
deshacer el dolor sicológico y emocional a través de la búsqueda del
placer físico lo que en realidad estás haciendo es reforzando tu
creencia en el cuerpo como tu realidad.
Tu reforzas la
culpa en tu mente. Por lo tanto, el "placer" es simplemente una etiqueta
que se le otorga a una forma de dolor la cual esta diseñada para, no
eliminar, sino que para ocultar o disfrazar el dolor.
Cuando
te identificas con el "yo" (cuerpo) inconscientemente y usualmente
sientes culpa sobre el sexo. Esto no es por el aspecto placentero del
sexo. La reproducción es la mente dividida replicándose a si misma para
asegurar su continuidad en esta ilusión como una nueva realidad. La
reproducción valida el "yo" como real y por lo tanto reforza la culpa.”
Lo que podría añadir es lo siguiente:
El
cuerpo de por si no siente nada ni genera nada. La mente que se
identifica con el cuerpo es la que le dota lo que el cuerpo aparenta
sentir. Por lo tanto, los placeres físicos simplemente validan la
creencia en la mente de que somos un cuerpo, y por lo tanto nos hacen
creer que el que siente es el cuerpo.
A medida que uno va poco a
poco identificándose mas con la mente recta (sistema de pensamientos del
Espíritu Santo), el cuerpo empieza ahora a utilizarse mas bien como
vehículo de comunicación hasta que no sea necesario su existencia para
la expiación y en ese momento se deja a un lado.
El curso nos recuerda: “El "ser" (cuerpo)
que necesita protección no es real. El cuerpo, que de por sí no tiene
valor ni es merecedor de la más mínima defensa, sólo requiere que se le
perciba como algo completamente ajeno a ti, para convertirse en un
instrumento saludable y útil a través del cual la mente puede operar
hasta que deje de tener utilidad. Pues ¿quién querría conservarlo una
vez que deja de ser útil?” W-pI.135.8:1-3
Mientras tanto, no
nos sirve de nada suprimir esos deseos o ignorarlos, sino que mientras
se experimenten, dejarlos en manos del Espíritu Santo, y si vamos a
participar de esas actividades, que se haga sin culpa, sin miedo y sin
juicio.
Lo que si tenemos que estar consientes es que si no le
permitimos al Espíritu Santo transformar la mente, esas actividades se
pueden convertir en adicciones compulsivas, y a raíz de ello como todo,
se experimentarán consecuencias. Y observa que aunque estamos hablando
de sexo, actividades compulsivas que derivan placer no solo se limita al
sexo, comer en exceso, ver televisión excesiva, fumar, drogas, alcohol,
adictos a relaciones y así sucesivamente.
Pero regresando al
tema en discusión, mientras practicas el perdón, y la mente se va
transformando, reconoce que son actividades que no son ni malas ni
buenas, y mientras se experimenten que se hagan conscientemente. A lo
que me refiero es que si vas a tener sexo por ejemplo, que te protejas
si no conoces a la persona con la que estás teniendo esa experiencia. Y
si no te proteges, una vez mas, no es ni malo ni bueno, solo que hay
posibles consecuencias.
Utilizando otro ejemplo sin tener que
tocar el tema del sexo para que veas que aplica a todo, si tengo prisa
porque voy tarde a una entrevista de trabajo debido a que hubo una
construcción en la carretera, si no tomo consciencia puede que conduzca
como un loco por la carretera y termine causando un accidente de
tráfico. Si de lo contrario tomo consciencia, pues conduzco con cautela,
me entrego al momento presente y confió en que si se supone que llegue a
esa cita llegaré, y si no confío en que así tuvo que ser.
A
esto es a lo que me refiero con posibles consecuencias. Pueda que
conduzca como un loco y no haya ningún accidente de la misma manera que
pueda que tenga sexo y la persona no termine embarazada o lo que sea que
pudiese suceder. Pero cuando la mente se va sanando, esos deseos o esos
impulsos no determinan nuestro comportamiento hasta que inclusive ya ni
surjan esos deseos pues estamos descansando en la paz de Dios. Y si
surgen los deseos, su efecto es tan transitorio que se observan como
nubes pasajeras.