Pregunta: “Hola Nick. Tengo una pregunta. No se como mantener el entusiasmo en las cosas de la vida, como antes, (por ejemplo, en el trabajo). Cuando ahora sé que no son reales. Cuando ahora sé que esos juguetes no tienen ningún valor, ni sentido. Antes competía. La reputación me parecía importante. Y la política una actividad con sentido. Ahora no. Entonces, como se sigue viviendo en este mundo de ilusiones, como si fuera real, sabiendo que no lo es? Y no me siento deprimido. Simplemente, no me entusiasman las cosas de antes. Pero las tengo que seguir haciendo como antes. Y como si me entusiasmaran…”
Comentario: Sigues
haciendo las cosas. Tan simple como eso. Lo que ocurría era que derivabas
entusiasmo de lo que hacías creyendo que eso te podia hacer feliz, ahora las
haces desde tu paz. Y el entusiasmo surge cuando surge para ser experimentado
en ese momento. Saber que el mundo es una ilusión no es indicativo de que no
puedas disfrutar. Es simplemente hacerte consciente para que no le das poder de
afectarte.
Y si dices que el mundo es una ilusión,
lo cual todo el mundo le encanta utilizar esas palabras, agarra un cuchillo y
córtate los dedos, y si no te importa y no sientes nada, ENTONCES puedes decir
que el mundo es una ilusión. A lo que voy es, no caigamos en la trampa de auto
engañarnos con la terminología.
Regla de oro, de la UNICA manera que
podemos honestamente decir que el mundo es una ilusión, es si nada nos afecta.
Si todavía cosas del mundo nos afectan, para nosotros sigue siendo real. Y lo
que importa es no juzgarnos por percibir el mundo como “real” sino que mas bien
aprovechar todas esas experiencias para recordar nuestro único propósito,
nuestra única función, la cual es perdonar. Por lo tanto, “No dejes que me olvide de mi función.
No dejes que trate de sustituir la que Dios me dio por la mía. Déjame perdonar
y ser feliz.” W-pI.6:2-4