No hay que sufrir para sanar pero si hay que aceptar, que
sería otra manera de decir, sentir sin juicio, para no sufrir. Cuando no hay
juicio, lo que queda es inocencia, desde donde se experimenta el resultado del
verdadero perdón, donde se experimenta la verdadera paz. Y esa paz se puede
experimentas en medio de cualquier tormenta emocional. Solo hay que abrirse a
la aceptación, no la resignación.
La aceptación simplemente no resiste lo que es mientras que
la resignación hace un juicio y al no poder pelear o superar la circunstancia,
se resigna a ella con el dolor y sufrimiento escondido. Estoy sumamente
agradecido por las experiencias que he tenido en los últimos meses para aceptar
y sanar.
Algunas aparentaron ser dolorosas, sin embargo me han
ayudado a recordar que solo hay una sola cosa que hacer, la cual es no resistir
la experiencia a través de simplemente reconocer humildemente que no se
absolutamente nada!