O eliges la Verdad, o
eliges las ilusiones. No hay camino medio. Por lo tanto, el conflicto que
constantemente se experimenta, no son "grados de ego". Es la
constante oscilación entre el sistema de pensamientos del ego y el del Espíritu
Santo en la mente. Eso es todo. Por eso Un curso de milagros dice, "Cada
día, cada hora y cada minuto, e incluso cada segundo, estás decidiendo entre la
crucifixión y la resurrección, entre el ego y el Espíritu Santo."
T-14.III.4:1
Una relación santa
implica una identificación COMPLETA con el sistema de pensamientos del Espíritu
Santo EN LA MENTE. Ese es en sí el significado de una Relación Santa. De esa
manera, la relación con el mundo proviene desde ese espacio. En ese sentido no
hay deseo por nada en el mundo, no hay atracción hacia nadie en el mundo. Lo
que hay es un constante extender la paz que está teniendo lugar en la mente.
Eso le quita a toda
relación el sentido de especialismo, de manera que deje de ser distracción para
la función que el Espíritu Santo tiene para la mente, la cual es, recordar que
la separación de Dios nunca ocurrió. Recordar que no soy un cuerpo. Recordar
que soy mente soñadora. Recordar que Soy Amor.
Mientras tanto, los
deseos no se suprimen ni se niegan. Simplemente se utilizan como indicativos de
con qué sistema de pensamientos estamos identificados para poner en practica el
perdón. El ego nos hace sentir culpables por tener deseos. En otras palabras, el
ego los fabrica, y luego los utiliza para incrementar la culpa. El Espíritu
Santo no obstante, los observa muy inocentemente y nos dice, "No pasa
nada. Sigues siendo inocente. Solo que si pones tu menta a Mi disposición, Yo
me encargo de la corrección y el deseo que no sirva a Mi propósito se
desvanecerás."
Por eso el curso nos
recuerda; "El Espíritu Santo sólo te pide este pequeño favor: que cada vez
que tus pensamientos se desvíen hacia una relación especial que todavía te
atraiga, te unas a Él en un instante santo y ahí le permitas liberarte. Lo
único que necesita es que estés dispuesto a compartir Su perspectiva, para que
Él te la conceda en su totalidad. Y no tienes que estar completamente dispuesto
porque Él lo está. Su tarea es expiar tu renuencia mediante Su perfecta fe, y
es Su fe la que tú compartes con Él en el instante santo. Como resultado de
reconocer que no estás dispuesto a ser liberado, se te ofrece la perfecta buena
voluntad de la que Él goza. lnvócale, pues el Cielo responde a Su llamada. Y
permítele que Él invoque al Cielo por ti." T-16.VI.12:1-7
Que conste que este
escrito no es para sentirse uno mal por tener deseos. Es simplemente para
hacernos conscientes. Eso es todo. El curso sabe que deseamos el mundo, que
deseamos la culpa. Y reconoce el precio que pagamos a raíz de esa decisión en
la mente. Sin embargo, nos encuentra dentro de nuestro "mundo
fabricado", y amorosamente nos lleva de la mano. Solo que no hace
concesiones. O elegimos al ego o al Espíritu Santo. Por eso Jesus nos recuerda
en el curso, "Te amaré, te honraré y respetaré absolutamente lo que has
hecho, pero no lo apoyaré a menos que sea verdad." T-4.III.7:7