Comentario: Entiendo que no es fácil cuando estamos lidiando con un ser muy cercano a
nosotros, sobre todo un hijo. Esto no tiene contestación especifica pues yo no
se cuales son los detalles, y tampoco son necesarios. Toda Madre tiene que
tomar decisiones con relación a sus hijos, que aunque no garantizan
necesariamente un cambio, pero es lo mejor que toda Madre podría hacer.
El curso no da
ejemplos de como criar a un hijo, de la misma manera que no trata de establecer
un currículo de estudios del curso. Cristo a través del curso nos ayuda a
corregir nuestra percepción del mundo, de nosotros mismos, y a través de ese
nuevo sistema de pensamientos, estamos en una mejor posición de tomar
decisiones que de lo contrario hubiesen sido tomadas a través del sistema de
pensamientos del ego, los cuales nos llevan a otro tipo de consecuencias.
Pero vamos a
ver algunos de tus comentarios, como cuando dices, “...estoy consciente
de que he pasado todo el día eligiendo el maestro que me deja ver solo el mundo
demente que invento...” Y ese es un buen
empezar, pues por lo menos te da la oportunidad de ser consciente pero el saber
eso no es suficiente. Es sencillamente reconocer que has hecho una elección
errada por la cual te sientes así, pero como se dice en México, “no pasa nada.”
En otras palabras, no tienes que sentirte culpable por reconocer que estas
haciendo esa elección.
Estas
experimentando el sufrimiento que se deriva al haber elegido erróneamente, pero
una vez mas, no hay que sentirse culpable por haber hecho esa elección. Es
cuestión de ahora reconocer que ya no queremos eso y de corazón elegir de
nuevo. ¿Y como se elige de nuevo? A través de no resistir lo que estas
experimentando. El no resistir, en otras palabras, la completa aceptación, pone
tu mente al servicio del Espíritu Santo.
Recuerda, el
hecho de que estamos teniendo esta experiencia física da testimonio de que ya
elegimos erróneamente. Así que ahora es
cuestión de no añadir leña al fuego a través de sentirnos culpables por no
sentirnos en paz en todo momento. Si estuviésemos en paz en todo momento, no
necesitaríamos Un curso de milagros.
El momento
llegará en el que podamos experimentar la paz que sobrepasa todo entendimiento,
pero como todo, requiere la practica, y es esa la oportunidad que te estas
brindando a través de tus experiencias en el mundo de las formas, que ahora se
utilizan como un salón de clases en vez de una prisión donde te sientes
atrapada. ¿Atrapada de que, o de quien? De tus propios pensamientos, que son nada mas que el mundo que percibes solo que proyectado afuera. Pues
recuerda, después de todo, es tu sueño.
Pero volviendo
a tu hijo. Sí, entiendo como te sientes, y como madre, ¿quien quisiera ver a un
hijo tomando decisiones que podrían ser perjudiciales para el? Sin embargo, el,
al igual que tu, tiene su propio camino, y lo único que puedes hacer
cuerdamente, es utilizar esa experiencia para mas que nada elegir la paz de
Dios, y como compartí anteriormente, desde ese espacio te encontraras en una
mejor posición para lidiar con esa experiencia.
Y como solo hay una mente, y es la que todos compartimos, en tu
hijo te estas viendo a ti, a una parte de ti que ahora esta buscando sanar, no
en su comportamiento, sino que de la manera que tu estas reaccionando a eso,
como cuando dices, “Parece que se me arrancara la vida”.
Y si esa parte de ti sana, no te sorprendas si quizás puedas ver
una cambio en el, o, y se que esta es la parte que no todos queremos oír, pero
lo otro que podría suceder es que el no cambie, pero tu no te sentirías
afectada de la manera que te sientes ahora mismo afectada. Pero recuerda, si la
culpa sana en tu mente, y tu hijo es la proyección a través el cual tu
experimentas ese sufrimiento, una vez que eso sana en ti, no habría razón para
que el continue jugando ese papel que ya no tiene efecto sobre ti, y por lo
tanto, su comportamiento podría cambiar. Pero recuerda, esa no es la mente que
estamos buscando pues eso pone tu atención una vez mas en los efectos de tu
vida y no su causa.
Lo que quiero que saques de esta nota, es que no importa cual sea
la circunstancia o experiencia que este sacandote de tu centro, que ahora la
utilices como otra oportunidad para sanar, en otras palabras, como otra
oportunidad para acercarte mas a tu Ser. Y si eso es lo que termina ocurriendo,
independientemente de lo que suceda con tu hijo, vas a poder reconocer la
perfección de ese acontecimiento, pues es el que te forzó a liberar tu mente a
través de poniendola al servicio de un nuevo Maestro (Espíritu Santo) que te
puede brindar verdadera
paz.
Siempre
recuerda que, “Todas las cosas obran conjuntamente para el bien. En esto
no hay excepciones, salvo a juicio
del ego.” T-4.V.1:1-2
Y como todo, no
cometas el error de utilizar esa experiencia para continuar poniendo tu
atención en tus ilusiones (como la de cambiar el comportamiento de un hijo)
sino que recuerda que la solución es las misma, “Cuando de alguna manera tu paz se vea amenazada o
perturbada, afirma lo siguiente: No conozco el significado de nada, incluido
esto (el comportamiento de tu hijo y todo lo que te
molesta alrededor de el). No sé, por lo tanto, cómo responder a ello. No me
valdré de lo que he aprendido en el pasado para que me sirva de guía ahora." T-14.XI.6:6-9
Y de ahí en
adelante, invita al Espíritu Santo a que llene tu mente de paz y amor, y confía
en que lo que te sientas inclinada a hacer, será lo mas apropiado para los dos,
aun cuando esa decisión tenga que ser firme.
También
recuerda, esa decisión ya se tomó hace mucho tiempo atras...”El mundo del
tiempo es el mundo de lo ilusorio. Lo que ocurrió hace mucho parece estar
ocurriendo ahora. Las decisiones que se tomaron en aquel entonces parecen como
si aún estuviesen pendientes; como si aún hubiera que tomarlas. Lo que hace
mucho que se aprendió, se entendió y se dejó de lado, se considera ahora un pensamiento
nuevo, una idea reciente, un enfoque diferente. Puesto que tu voluntad es
libre, puedes aceptar lo que ha ocurrido en cualquier momento que así lo
decidas, y sólo entonces te darás cuenta de que siempre había estado ahí. Tal
como el curso subraya, no eres libre de elegir el programa de estudios, ni
siquiera la forma en que lo vas a aprender. Eres libre, no obstante, de decidir
cuándo quieres aprenderlo (cuando dejas de
juzgar el comportamiento de tu hijo, y reconoces que es ahí donde quieres hacer
una nueva elección, la Verdad sobre tus ilusiones). Y al aceptarlo, ya lo
habrás aprendido.” M.2.3:1-8