Comentario: Bueno, “experiencia” con satanás no
la he tenido. Aunque he estado cerca de conocerlo personalmente en el pasado,
jejeje!
Okay, estoy
bromeando. Pero para efectos, el “mal” o “diablo”, “satanás” es sencillamente
lo que se tuvo que inventar para justificar lo opuesto al “bien”, al “amor.”
Como en este
mundo lo que experimentamos es dualidad, era imposible saber de un Dios que no
tenia opuestos, ya que aquí todo lo que experimentamos es opuestos, mas nuestra
experiencia esta basada en opuestos. Y como hemos cometido el error de darle a
Dios cualidades humanas, asumimos que Dios también tiene opuestos. Pues se tuvo
que fabricar un adversario al que Dios pudiese superar, o vencer, o triunfar
sobre el. ¿Pues de que otra manera podríamos justificar el “mal” que
experimentamos?
Y como te
habrás dado cuenta, este mundo se basa en la idea de que el “bien” superando el
“mal” es algo bueno, o positivo. Mira los muñequitos para niños que ahora ves
en televisión, lo cual esta basado en un tirano que es vencido por un héroe.
Para nosotros, el tirano representa el diablo, y el héroe representaría a Dios.
Ahora, vamos
a Un curso de milagros. Solo el Amor existe, que seria decir que solo Dios existe. Sin
embargo, experimentamos el miedo, que seria lo opuesto al amor como mecanismo
de defensa en contra a nuestro amor. Ese mecanismo de defensa se le podría
llamar el ego, o utilizando términos mas bíblicos, “satanás” o “diablo.” O
términos mas contemporáneos, el “mal”. Pero es en sí lo mismo, es un error de
percepción.
Así que aquí
no estamos tratando de erradicar el “mal” sino que corregir nuestra percepción
para reconocer que no hay ni mal ni bien, sino que una creencia en nuestra
memoria donde creemos estar separados de Dios y por lo tanto experimentamos los
opuestos, mal y bien. O Dios y satanás.
Ahora, la
“naturaleza” o “propósito” del “mal” si vamos a utilizar ese lenguaje, seria
perdonarlo, pasarlo por alto, para que podamos erradicar esa creencia de
nuestra mente de manera que la mente pueda ser retornada a su estado natural el
cual es paz, el Amor, o Dios.
Pasar por
alto el “mal” seria lo mismo que decir, perdonar. No ignorar, sino que
reconocer que estamos percibiendo erradamente de manera que el Espíritu Santo
puede corregir nuestro error de percepción. Y eso sucede no a través de
pretender que sabemos la diferencia entre mal y bien basada en nuestro juicio,
sino que a través de reconocer que no sabemos y por lo tanto no podemos hacer
un juicio.
Cuando no se
hace juicio, se podría decir que no estamos prestandole atención al ego, mente
errada, satanás. Sin embargo, cuando hacemos juicio, aun cuando el juicio fuese
considerado como “bueno”, estamos decidiendo con el ego, en otras palabras, con
el “diablo.”
Como puedes
ver, si lo vemos de esa manera, el “diablo” aplica a todo juicio, bueno o malo, pues el
propósito del “diablo” o “ego” es mantener nuestra atención en este mundo de
manera que no podamos despertar de el. En otras palabras, de manera que no
podamos escuchar a la Voz que habla por Dios en nosotros, la cual solo se puede escuchar a través del
silencio, a través del no juzgar, que es por eso que el curso nos recuerda, “Abandonar
todo juicio--el requisito previo para poder oír la voz de Dios--...” M-9.2:4