Un
Curso de Milagros nos enseña que sólo hay Una Mente, pero cuando parece
que tu única experiencia es ser una mente individual única entre muchas
mentes individuales únicas es muy difícil de entender que sólo hay Una
Mente! Se me dieron los medios para explicar lo que es Una Mente y
comparto esta metáfora a continuación. Ten en cuenta que cuanto más
identificado con el sistema de pensamientos del ego estés todo lo que
está escrito a continuación será sólo teoría para ti. Pero a medida que
pelas las muchas capas de tu identificación con el ego y la identidad
individual comienza a irse disolviendo, la forma en que esta historia
explica la Única Mente hará más y más sentido para ti. Finalmente, será
el concepto de muchas mentes lo que dejará de tener sentido para ti!
En
el proceso de revisar esta historia me pareció que proporciona las
respuestas a muchas de las preguntas que los estudiantes hacen: Si Dios
es todo lo que hay y Dios es perfecto, ¿cómo podría la separación haber
sucedido? ¿Nacemos al mundo con egos? ¿Qué sucede cuando yo muera?
¿Existe la reencarnación? ¿Cuál es mi propósito? ¿Cuál es el verdadero
perdón? ¿Debería tratar de arreglar el mundo?
Una Mente: El soñador del sueño
Dios
no tiene forma, es Infinito, es Ser Eterno. Dios no se puede describir,
pero la experiencia de Dios es ilimitado Amor, Paz y Alegría. Sólo Dios
es Real.
La Mente de Dios, siendo Todo, debe abarcar incluso la
idea de su propio opuesto. Pero lo opuesto-a-Dios nunca puede ser más
que una idea, porque Lo Que Es Todo, no puede tener un opuesto. Tan
pronto como la idea de no-Dios surge en la mente de Dios se deshace por
la naturaleza de Dios que todo abarca. Sin embargo, Dios es eterno, y la
idea de no-Dios contiene todo lo contrario de la Eternidad: el tiempo.
En Dios la idea de no-Dios se deshace el instante en que se produce,
pero en el aparente tiempo parece como si una parte de la mente de Dios
se ha separado de Dios para fabricar un no-Dios hace eones, y que esta
separación será deshecha en un futuro indefinido. En el tiempo, el
tiempo mismo, y todas las ilusiones de no-Dios que contiene, parece muy
real, sin embargo en Dios, todo esto es imposible, y por lo tanto carece
de sentido.
La Mente de Dios es Una y no tiene "partes", pero
para discutir la idea de no-Dios desde la perspectiva de la no-Dios,
debemos referirnos a esta idea como si fuera una "parte" de la Mente de
Dios. (En Un Curso de Milagros Dios en Su Totalidad se Le conoce como
"Padre", y la parte de la mente de Dios, donde la idea no-Dios se
produce se llama el "Hijo de Dios".)
Esta parte no puede dejar a
Dios, por lo que parece dividirse entre Dios y no-Dios. Dios en esta
parte se llama la mente de Cristo, o el Espíritu Santo. No-Dios también
en realidad no puede dejar a Dios, pero niega que es uno con Dios. Su
negación hace que sea como una mente que está dormida y sueña que es lo
contrario de lo que realmente es. Su sueño, entonces, es un universo
limitado, limitado por el tiempo y la forma. Toma la forma de un mundo
con muchas, diversas figuras oníricas independientes (cuerpos), todos
los cuales parecen tener sus propias mentes privadas (egos), pero que en
realidad es la misma mente tomando muchas formas.
Ésta mente -
el soñador del sueño - es todavía parte de Dios a través de Cristo, por
lo que tiene libre albedrío. Pero como el sueño de no-Dios fue deshecho
tan pronto como se pensó, el deshacimiento del tiempo y el sueño que
contiene comenzó tan pronto como comenzó el concepto del tiempo. Así que
el libre albedrío del soñador puede expresarse en el tiempo de una sola
manera: Elige cuándo va a despertar. En el sueño, entonces, cada figura
en el sueño, que es el soñador del sueño, elige cuando él o ella va a
despertar del sueño como la manifestación de la ruina de no-Dios que ya
ha ocurrido.
La Mente de Cristo, que es la Realidad en la mente
del soñador, aparece en su sueño de no-Dios como figuras oníricas
tomando conciencia, aunque sea muy levemente, de que hay una realidad
mas allá que el mundo en el que se encuentran. Cada figura en el sueño
nace en el sueño para ser parte del sueño, pero si él o ella elige tomar
conciencia de la Realidad, entonces él o ella se convierte en el
soñador despertando. La Mente de Cristo entonces utiliza esa figura en
el sueño para enseñarle al soñador que está soñando, y que la Realidad
del soñador no es el sueño, sino Dios.
Esto se manifiesta en el
sueño como la figura en el sueño despertando siendo cada vez más
conscientes de que el sueño es un sueño, que él o ella es el soñador,
que la mente de Cristo es su realidad, y que él o ella puede elegir la
Mente Crística. Estas figuras en el sueño aprenden a identificarse con
la mente de Cristo, pero no como él o ella una vez se había identificado
con un cuerpo en un sueño limitado. Esta identificación no se limita a
un ser personal; Se trata de una identificación con el Ser Infinito de
Dios, que está en todas partes.
Como cada figura del sueño es la
única mente del soñador, no tienen espíritus o almas individuales. Cada
uno se deja a un lado en algún punto dentro del sueño, y la única
pregunta es: ¿él o ella sirve para la continuación del sueño o el
despertar del soñador? La figura del sueño que ha abierto su mente a la
mente Crística para deshacer el sueño a través de su disposición a dejar
a un lado (perdonar) su identificación con el sueño y dejar que el
Espíritu Santo (Cristo Mente) opere a través de él o ella es el soñador
despertando, y esto lo acerca mas al final de los sueños y el tiempo.
Despertando a través de éstas figuras oníricas trae paz a la mente del
soñador, y esto motiva el soñador para despertar aún más. Esta
motivación se manifiesta en el sueño como más y más figuras oníricas
eligiendo despertar a la realidad.
“La muerte es un intento de resolver conflictos no tomando ninguna decisión.” (T-6.V.A.1:6)
Pero
si la figura del sueño no elige ser consciente de que él o ella es el
soñador del sueño entonces nada cambia; la figura del sueño "muere" en
el sueño, y el soñador no se despierta a través de la "vida" de ese
cuerpo en el sueño. Una figura en el sueño que le permite al Espíritu
Santo entrar en el sueño a través de ellos está utilizando el tiempo
para facilitar, en cualquier grado que hayan hecho esto, el despertar
del soñador; una figura en el sueño que no permite que el Espíritu Santo
utilice el tiempo a través de él o ella para despertar el soñador no ha
hecho más - ni menos - que perder el tiempo.
Todas las figuras
del sueño tienen un principio y un final en el sueño, pero el soñador,
como parte de Dios, no tiene principio ni fin. Estas figuras del sueño
que no hayan elegido despertar temen su inevitable desaparición de el
sueño como la "muerte", o el olvido. Pero los que ya no se identifican
con el sueño saben que no hay muerte, porque saben que son el soñador,
no el sueño. Sólo saben que Dios Es. Están en paz ya que se identifican
con el Cristo eterno en la mente del soñador, no con una figura del
sueño en el sueño, por lo que da igual para ellos si son conscientes del
sueño o no. Ellos no creen en él.
En el sueño, el concepto de
"almas" individuales o "espíritus" que continúan después de la "muerte"
tiene la intención de hacer real a las figuras del sueño. Se trata de un
intento por parte del soñador en un compromiso donde su sueño se pone a
asumir un atributo de la Realidad (Eternidad). Pero las figuras del
sueño sólo existen en la mente del soñador, y es sólo el Cristo en el
soñador que es Eterno. Lo que se considera la "reencarnación" en el
sueño no es más que una figura del sueño teniendo acceso a historias de
otras figuras del sueño en la mente del soñador. Es por esto que muchas
figuras oníricas pueden asegurar ser la "reencarnación" de las mismas
famosas figuras oníricas pasadas.
“Ser conscientes de que
están soñando es la verdadera función de los maestros de Dios, quienes
observan a los personajes del sueño ir y venir, variar y cambiar, sufrir
y morir. Mas no se dejan engañar por lo que ven. Reconocen que
considerar a una de las figuras del sueño como enferma y separada, no es
más real que considerarla saludable y hermosa. La unidad es lo único
que no forma parte de los sueños. Y esta unidad, que indudablemente les
pertenece, es lo que los maestros de Dios reconocen como lo que se
encuentra tras el sueño, más allá de toda apariencia.” (M-12.6:6-11)
Las
figuras del sueño que han elegido despertar son los que Un Curso de
Milagros llama "maestros de Dios". Ellos saben que sólo Dios es real, y
ellos han aceptado como su propósito el Propósito del Espíritu Santo de
dejar ir, o perdonar, el sueño. Esto puede comenzar como una leve toma
de consciencia y una elección, pero han jugado su único papel en el
despertar del soñador al hacer esta elección, y el Espíritu Santo ahora
se hace cargo de su parte en el sueño. De hecho, ellos ya no están como
figuras pasivas en el sueño; están despertando el soñador del sueño.
Pueden resistir esta conciencia durante mucho tiempo y pensar que pueden
cambiar de nuevo a ser una figura en el sueño, pero a través de ellos
el soñador ha permitido entrar la conciencia de que son solo sueños, y
por consiguiente nunca podrán negar completamente el mensaje. La
resistencia de un maestro de Dios, por consiguiente, se experimentará
como más y más dolorosa.
Una figura en el sueño no puede
despertar, pero un soñador si. Así que un maestro de Dios debe primero
aceptar que él o ella es el soñador del sueño. Tienen que mirar hacia
fuera en el mundo y reconocer que la diversidad que ven es solo un sueño
en una mente , que es de ellos, por lo que es lo mismo, a pesar de las
apariencias. Diversas figuras en el sueño carecen de sentido para ellos,
ya que se dan cuenta de que cada una es realmente su percepción del
único soñador del sueño - de uno mismo - solo que percibiéndose en
diferentes formas. Las figuras del sueño no tienen poder de elección, ya
que son parte del sueño de otra persona, pero al aceptarse a sí mismos
como el soñador, un maestro de Dios puede elegir ver el sueño o la mente
de Cristo. El enfoque de un maestro de Dios, entonces, se mueve hacia
el interior, alejándose del sueño, y hacia la mente de Cristo. Traen al
sueño la conciencia de que Dios no ha dejado la mente del soñador. La
obra del Espíritu Santo, en, y a través de cada maestro aparenta tener
una forma única en el sueño, también, pero es lo mismo en contenido. El
contenido del trabajo del Espíritu Santo es siempre el perdonar el
sueño. Es por eso que todos los maestros de Dios son iguales.
Cuando
un maestro de Dios primero se entera de que él o ella es el soñador del
sueño aún está apegado al sueño y se ve tentado a utilizar su creciente
conciencia de la realidad para cambiar el sueño de manera que el sueño
se adapte a los deseos del individuo en lugar de despertar. Este es un
intento de un compromiso en el que el soñador trata de tener el poder
sobre el sueño mientras todavía es una figura en el sueño, pero al final
se producirá un error porque un sueño no es real; y siempre dejará el
soñador con una sensación de vacío, buscando la plenitud. Sólo el
despertar del sueño hará que el soñador se sienta completo. A través de
despertar la experiencia del soñador del sueño mejora, pero sólo porque
el soñador se da cuenta de que es un sueño.
El instante santo, en
el que el maestro de Dios sale de tiempo por un momento para estar con
Dios, es la herramienta más grande que él o ella tiene para deshacer el
sueño del tiempo. En ese momento el tiempo ha terminado; no hay sueño.
Cuanto más un maestro de Dios practica el Instante Santo, y vive en el
presente, con la presencia del Espíritu Santo, mas y mas el concepto del
tiempo deja de tener significado para él o ella. El sueño va perdiendo
todo sentido de valor y de importancia, y la experiencia del Instante
Santo se vuelve más convincente para el maestro de Dios que cualquier
otra cosa en el tiempo.
En esencia, el tiempo es el soñador
viviendo el único instante de no-Dios / deshaciendo no-Dios una y otra
vez, pero en medio de la ilusión del tiempo esto toma tantas formas que
es casi imposible de ver. El maestro de Dios, sin embargo, comienza a
ver esto mientras más él o ella experimenta el Instante Santo. Empiezan a
ver la nada del sueño, y lo tonto que es darle peso y tomárselo en
serio. Todo lo que ha ocurrido, es un pensamiento que nunca puede ser
realidad. Realmente no hay nada que perdonar porque nada real ha
sucedido. Dios es.
“El mundo no ha experimentado todavía ningún despertar o renacimiento completo.” (T-2.I.3:7)
A
medida que más y más figuras oníricas aceptan que son el soñador y
eligen despertar, la mente que los sueña despierta más y más. Por
último, los despertares individuales en el sueño alcanzan una masa
crítica, y el soñador despierta completamente. A pesar de lo que parece
estar sucediendo en el tiempo esto ya se ha logrado en Dios porque la
idea de lo opuesto de Dios nunca puede ser real.
Para
información adicional sobre Liz Cronkhite y su trabajo con Un Curso de
Milagros o para alguna consulta privada visita su pagina web: www.ACIMMentor.com (Liz solo habla Inglés).