Pregunta: “Buenas
tardes Nick, debo decir que encontrarte a través de tu libro ha sido
una fortuna...estaba en ese proceso de ya no saber que hacer. Bien te
cuento un poco, el libro del Curso de Milagros, lo tengo mas o menos
desde el 2004,( en esa época, pague por el unos US75, el mas caro por el
que he pagado) nunca he podido con él,,,lo he intentado muchas veces,
pero como dices en algún vídeo, termina estrellado en una pared. Voy a
la pregunta: Veo que se insiste en el tema del cuerpo como envase del
pecado...igual recuerdo que Francisco de Asís así lo entendió en algún
momento y después descubrió que era su vehículo y que lo había tratado
de manera poco sana. El mismo Jesús de N, sano cuerpos, libero cuerpos
entonces: ¿Si todo nace de Dios, por que ver el cuerpo como algo fuera
de él? Gracias Nick, ha sido toda una fortuna encontrarte.”
Comentario:
Empecemos por la segunda parte de tu pregunta. Jesus no sano “cuerpos”
él sano mentes. Recuerda que el origen de toda enfermedad es en la mente
y no en el cuerpo. Y la mente que está enferma no es la “mente” que
equiparamos con el cerebro que le pertenece el ser humano.
La
Mente de la que estamos hablando es la que “supuestamente” soñó este
sueño de separación. Esa es la que le dota el “cuerpo” lo que el
“cuerpo” cree sentir.
Al sanar la mente de aquellos que estaban
llenos de miedo, el reflejo fue un cambio en el cuerpo. Y los que
tuvieron cambios en el cuerpo no fue para seguir distrayéndose con el
cuerpo sino que mas bien para aquellos que estaban preparados y listos
para seguir el camino de la Verdad.
También tomemos consciencia
de que no fue Jesus el que sanó a nadie sino que mas bien compartió su
perfecta fe con aquellos que todavía no la tenían pero que estaban
abiertos y preparados para esa fe, solo que necesitaban la certeza de
alguien que ya la compartía.
Esto me recuerda el extracto del curso que dice: “El
Espíritu Santo sólo te pide este pequeño favor: que cada vez que tus
pensamientos se desvíen hacia una relación especial que todavía te
atraiga (tentación), te unas a Él en un instante santo y ahí le permitas
liberarte. Lo único que necesita es que estés dispuesto a compartir
Su perspectiva, para que Él te la conceda en su totalidad. Y no tienes
que estar completamente dispuesto porque Él lo está. Su tarea es expiar tu renuencia mediante Su perfecta fe, y es Su fe la que tú compartes con Él en el instante santo. Como
resultado de reconocer que no estás dispuesto a ser liberado, se te
ofrece la perfecta buena voluntad de la que Él goza. lnvócale, pues el
Cielo responde a Su llamada. Y permítele que Él invoque al Cielo por
ti.” T-16.VI.12:2-7
Utilicemos un ejemplo terrenal para que
veas el punto que intento compartir. Digamos que eres una persona adicta
a las drogas, y te quedas sin dinero. En ese momento le pides al
Espíritu Santo que por favor te apoye con dinero, y que si se te concede
que dejas las drogas y harás con el dinero lo necesario para enderezar
tu vida mas se la entregarás a Él para que sea tu Guía y Maestro.
El
Espíritu Santo sabe si de verdad tu intención es la de sanar o si solo
en desesperación estás pidiendo dinero, creyendo que si lo tuvieses
fueses a cumplir esa promesa. Por lo tanto, si tu intención, aunque tu
fe no sea perfecta es honesta, pueda que “misteriosamente” un dinero
entre en tu vida, lo cual te apoya mientras tu vida se va enderezando.
Ese acto “misterioso” que se lo podría considerar como una añadidura lo
utilizas para solidificar tu fe en Él y te apoya como motivación para
enderezar tu vida.
Si por el contrario Él sabe que si se te
concediese el dinero, tu mente en realidad no estaba lista para ese
cambio y por consiguiente lo gastarías en mas drogas lo cual te
conduciría a mas dolor y sufrimiento, tu plegaria pasaría por
desapercibida. Y aunque según tu crees que el Espíritu Santo te ha
abandonado, en realidad Él está siempre ahí contigo, solo que Reconoce
que tocar fondo para ti seria lo que te motivaría a cambiar tu vida, que
en el momento no lo puedes percibir de esa manera. Y de hecho, eso es
lo que por lo general sucede. Cuando estamos pasando por momentos
difíciles no podemos percibir que hay una perfección en esa experiencia,
que por algo se nos recuerda: ”Todas las cosas obran conjuntamente para el bien. En esto no hay excepciones, salvo a juicio del ego." T-4.V.1:1-2 E
Esto también me recuerda otro extracto del curso que dice:
“Has considerado algunos de tus mayores avances como fracasos, y has
evaluado algunos de tus peores retrocesos como grandes triunfos.” T-18.V.1:6
Vamos
ahora a la primera parte de tu pregunta. El “pecado” si vamos a
utilizar esa palabra es la creencia en la separación, y eso ocurre no en
el mundo de las formas sino que en la mente. Eso es lo que se le conoce
como el “pecado original.” Una vez que la mente se experimenta separada
del todo necesita un envase para que ese auto engaño se pueda sostener.
Y ese auto engaño seria lo que se le conoce como el cuerpo. Pues si no
hubiese un cuerpo, no podría entonces percibirse una separación.
Recuerda
que nuestra realidad es Mente, Unidad. Sin embargo, lo que me hace
sentir separado del resto es mi “cuerpo.” Si yo no tuviese un cuerpo me
sentiría unido a todo. Por algo el curso me recuerda: . “El cuerpo es una cerca que el Hijo de Dios se imagina haber erigido para separar partes de su Ser de otras partes.
Cree vivir dentro de esa cerca, para morir a medida que ésta se
deteriora y se desmorona. Pues cree estar a salvo del amor dentro de
ella. Al identificarse con lo que considera es su seguridad, cree ser lo
que ésta es. ¿De qué otro modo, si no, podría estar seguro de que
permanece dentro del cuerpo, y de que mantiene al amor afuera?“ W-pII.5.1:1-5
Ahora,
si dejo de utilizar el cuerpo para continuar perpetuando en la mente la
creencia en la separación y lo utilizo para sanar la mente, pues como
todo, entonces el cuerpo se utiliza como vehículo de comunicación con
fines para el beneficio de la Mente hasta que deje de ser necesario. Por
algo se nos recuerda: “El cuerpo, que de por sí no tiene valor ni es
merecedor de la más mínima defensa, sólo requiere que se le perciba
como algo completamente ajeno a ti (como algo ageno a la Mente), para convertirse en un instrumento saludable y útil a través del cual la mente puede operar hasta que deje de tener utilidad. Pues ¿quién querría conservarlo una vez que deja de ser útil?” W-pI.138.8:2-3
Cuando
San Francisco de Asís, para utilizar tu ejemplo se entrega
completamente a Dios, a sanar su Mente, cuida de su cuerpo, no para
hacer nada especial de él, sino que mas bien para que puede continuar
utilizándolo para beneficio de la Verdad hasta que no sea necesario.