Pregunta: “Querido
Nick. Me preguntaba si me podías contestar a una cosa. ¿Cómo debo
actuar si yo estoy en proceso de cambio de consciencia pero mi pareja me
achaca que me pasa algo y que estoy en las nubes y si le comento algo
se ríe? No creo que este proceso por llamarlo de alguna manera exija
soledad y tampoco que sólo nos juntemos con gente que está también
despertando porque creo que sería arrogancia. El tema es cómo no sufrir
como sufro y dejar de pensar que es una relación que tengo que dejar
porque varias veces antes de empezar con el curso de milagros la dejé
pero sentía que no estaba haciendo bien. También ha habido una época en
la que he sentido que en él encontré mi mejor maestro y me convertí yo
en alumna, pero ha llegado un momento en el que no sé si me he perdido o
se me está desbordando esto. No sé hasta el extremo de sentirme mal por
hacer el amor con él. y me estoy volviendo un poco loca. Te agradecería
tu ayuda. Mil gracias y feliz día.”
Comentario:
Primero que nada no te estás volviendo loca, simplemente que a raíz de
esa relación estás observando los obstáculos al Verdadero amor, pues
toda relación nos ofrece esa oportunidad. Pero me gustaría ir por partes
ya que hay puntos en tu comentario muy válidos. Empecemos primero por
este cuando dices, “No creo que este proceso por llamarlo de
alguna manera exija soledad y tampoco que sólo nos juntemos con gente
que está también despertando porque creo que sería arrogancia.”
El
proceso no exige soledad debido a que en la soledad no se pueden ver
los obstáculos escondidos. Momentos de quietud son muy recomendables
pero solo para reflexionar y tomar consciencia del proceso de manera que
según vamos reconociendo la naturaleza ilusoria de esta experiencia
poco a poco dejamos de reaccionar a ella.
No obstante, todavía
buscamos en el mundo ese deseo de sentirnos unidos a algo o alguien pues
es en anhelo que el Hijo de Dios (que somos todos) tiene a unirse al
Padre y es lo que nos conlleva a la búsqueda del “amor” en nuestras
relaciones (en el mundo). Solo que una vez que esa relación especial en
el mundo toma lugar, mas cuando la misma está basada en fantasías que el
sistema de pensamientos del ego utiliza para anclarnos más al mundo
(donde nos sentimos separados de Dios), ahí es donde salen los miedo.
Ahí es donde las creencias que tenemos sobre nosotros, sobre el mundo, y
o aprovechamos esas oportunidades para perdonar, o salimos corriendo de
ellas culpando y terminamos en relaciones basadas en drama y conflicto,
en constantemente proyectar nuestra culpa al “otro”, en justificar
nuestro sentido de victimismo, etc.
En tu caso tienes razón, no
es ni cuestión de esconderte en la soledad ni de reunirte con personas
que están en el mismo camino, es mas bien cuestión de mirar con el
Espíritu Santo los miedos escondidos que inconscientemente le quieres
proyectar a tu pareja.
Continuando, dices, “El tema es
cómo no sufrir como sufro y dejar de pensar que es una relación que
tengo que dejar porque varias veces antes de empezar con el curso de
milagros la dejé pero sentía que no estaba haciendo bien.“
El
sufrir no tiene nada que ver con que dejes la relación o te quedes ahí.
El sufrir es simplemente la consecuencia de creer en las historias que
la mente hace con relación a tu experiencia con esa persona. Sin
historias no hay sufrimiento ya sea te quedes en esa relación o no.
Luego cuando dices que sentías que no estabas haciendo bien el curso y
por consiguiente regresaste, la pregunte es, ¿quien es ese “yo” que no
se sentía bien y decide regresar a esa relación? Obviamente el “yo” que
se cree estar aquí, el personaje. Y segundo, pueda que en tu caso, la
culpa es la que te conlleva a volver a una relación conflictiva
haciéndote creer que es la necesidad de “sanar” lo que te hace volver a
esa relación.
De todos modos como la identificación con el
personaje es tan arraigada, el Espíritu Santo solo te pide que mires
todo lo que sale en tus interacciones con cualquier persona y elijas Su
sistema de pensamientos. Y eso se hace, no cuando analizamos la
situación sino que mas bien cuando nos permitimos sentir sin juzgar, sin
analizar recordando que “nunca estoy disgustado (sufriendo) por la razón que creo” W-pI.5
Por eso siempre cito en siguiente extracto del curso:
“Cuando de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada, afirma
lo siguiente: No conozco el significado de nada, incluido esto. No sé,
por lo tanto, cómo responder a ello. No me valdré de lo que he aprendido
en el pasado para que me sirva de guía ahora." T-14.XI.6:6-9
Otro extracto muy beneficioso sería este, “El
perdón, en cambio, es tranquilo y sosegado, y no hace nada…Simplemente
observa, espera y no juzga. El que no perdona se ve obligado a juzgar,
pues tiene que justificar el no haber perdonado….No hagas nada, pues, y
deja que el perdón te muestre lo que se deba hacer a través de Aquel que
es tu Guía, tu Salvador y Protector, Quien lleno de esperanza, está
seguro de que finalmente triunfarás.” W-pII.1.4:1…3-4…2:1
Aquí
no obstante es donde se pone interesante el juego. Decimos que queremos
la paz de Dios, que no queremos sufrir, no obstante no queremos soltar
nuestra identidad como “yo” separado, no queremos soltar las ilusiones.
Por algo se nos recuerda: “Desear la paz de Dios de todo corazón es
renunciar a todos los sueños. Pues nadie que diga estas palabras de todo
corazón desea ilusiones o busca la manera de obtenerlas." W-pI.185.5:1-2
En
otras palabras quiero la relación o lo que sea del mundo por lo que
creo me puede dar, sin querer dejar a un lado esta experiencia física.
Ojo! Eso no significa que hay algo intrínsecamente malo en estar en una
relación. Dije no obstante que cuando se quiere esa relación porque creo
que algo me falta, estoy valorando el mundo y por consiguiente no puedo
permitir que el Espíritu Santo sane mi mente para despertar de él.
Aun así el Espíritu Santo no me pide que sacrifique ninguna relación, que por algo me recuerda, “He dicho repetidamente que el Espíritu Santo no quiere privarte de tus relaciones especiales, sino transformarlas.” T-17.2:2 Pero si me dice: “El
Espíritu Santo sólo te pide este pequeño favor: que cada vez que tus
pensamientos se desvíen hacia una relación especial que todavía te
atraiga te unas a Él en un instante santo y ahí le permitas liberarte." T-16.VI.12:2
Unirte
a Él (Espíritu Santo) no es evadir una relación ni pretender no sentir
lo que sea que estés sintiendo, ni si quiera no darte la oportunidad de
tener una relación. Es mas bien tomar consciencia del juego y confiar en
que esa, o cualquier experiencia te brinda la oportunidad de sanar
mientras continúas o no en esa relación.
Continuando con tu
comentario sobre si tu pareja es un buen maestro para ti, en realidad
toda relación es un encuentro entre estudiante y maestro donde los roles
están simultáneamente siendo ejercidos. Tu eres estudiante y maestro al
igual que tu pareja (o cualquier relación) es estudiante y maestro.
Solo que quizás en este caso él no está consciente de este camino y tú
sí lo estás. Eso no te hace mejor ni pero que él, simplemente es donde
cada uno está.
Ahora, a nivel práctico, en el que tu pareja se
ría de ti o se burle es irrelevante. Pero si por ejemplo yo me
encontrase en una relación de pareja donde mi pareja se ríe o se burla
de mi camino, yo no tengo que quedarme ahí, pues ¿para qué? No obstante,
si decidiese salir de esa relación, lo haría conscientemente de que mi
pareja no es culpable de lo que yo sienta pues no hay ni víctimas ni
villanos solo el Santo Hijo de Dios inocente, sino que mas bien porque
no veo el sentido de estar con una persona que sienta que esa es su
manera de dirigirse hacia mí.
Si de lo contrario salgo de esa
relación culpando o creyéndome ser víctima, esa culpa inconsciente que
está en mi se la voy a proyectar a la próxima relación, pues recordemos
que nada sucede por casualidad, que todo encuentro es un encuentro santo
perfectamente orquestado para la sanacion del Santo Hijo de Dios (de la
mente).
Por algo el curso nos recuerda:"Si algo te puede herir, lo que estás viendo es una representación de tus deseos secretos." T-31.V.15:8
Otra manera de decirlo seria, "Cuando crees que estás proyectando lo que no deseas, es porque todavía lo deseas." T-12.VII.7:6
O "El
secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está
haciendo todo esto a sí mismo. No importa cuál sea la forma del ataque,
eso sigue siendo verdad. No importa quién desempeñe el papel de enemigo y
quién el de agresor, eso sigue siendo verdad. No importa cuál parezca
ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso sigue
siendo verdad. Pues no reaccionarías en absoluto ante las figuras de un
sueño si supieses que eres tú el que lo está soñando. No importa cuán
odiosas y cuán depravadas sean, no podrían tener efectos sobre ti a no
ser que no te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio
sueño." T-27.VIII.10:1-6
Solo que si una pareja o cualquier
persona con la que interactúas no está consciente de este camino, esa
persona culpará, atacará, resentirá, etc., hasta o que recapacite y se
de cuenta que el mundo simplemente es un espejo que constantemente
refleja su estado de consciencia, o termine viviendo una vida llena de
culpa y drama.
Volviendo ahora a enfocar en tí, recuerda que tu
pareja no tiene nada que ver con lo que tu sientes a nivel emocional. Él
está en tu vida porque, consciente o inconscientemente, así lo pediste y
por algo se te concedió. Eso es lo que se quiere decir con, “pide y se te dará.”
Mira
el mundo, eso es lo que pediste y por consiguiente se te concedió. No
se te concedieron cosas especificas como tu pareja, se te concedió el
deseo de sentirte separada de Dios en un mundo de separación y al elegir
ese deseo elegiste el sistema de pensamientos del ego, el cual incluye
los detalles de tu guión. Uno de ellos siendo la experiencia que estás
teniendo con tu pareja. Pero con la ayuda del Espíritu Santo todo eso se
va a ir deshaciendo en la mente si So Lo Permites.
Por algo se nos recuerda, “El
Espíritu Santo, no obstante, aprovecha también el tiempo que pasas
durmiendo, y puede, si se lo permites, utilizar los sueños que tienes
mientras duermes para ayudarte a despertar.” T-8.IX.3:8
Así
que en tu hermano vas a ver el reflejo de lo que tu crees sobre ti
misma. Si crees que eres una persona digna de ser rechazada, el mundo
(tus relaciones) te brindarán el regalo de ver tu auto rechazo que en
soledad no lo podrías ver. Te brindan la oportunidad de ver tu deseo de
ser aceptada, de “necesitar” amor, atención, etc. ¿Crees merecer ser
rechazada y tratada de alguna manera? Ahí tienes una relación para
demostrártelo. Como ves, mira los regalos que una relación te brinda.
Ese és el trabajo del perdón. No es fácil, pero és la única salida.
También cuando dices que, “…hasta el extremo de sentirme mal por hacer el amor con él.“
No confundas el sexo con el amor. El sexo es lo que seres humanos hacen
para sentir placer, y eso solo mantiene vigente la culpa inconsciente
en la mente. No es malo tener sexo, solo que no hagas nada especial de
ello.
El amor del que estamos hablando no obstante es un
sentido de unidad con tu hermano. Por lo tanto, cuando puedes sentirte
unida a tu pareja, aun cuando estén o no juntos, en completa aceptación
de que él es el Santo Hijo de Dios como lo eres tú, habrás sanado esa
relación, habrás experimentando en verdadero amor, pues recordemos que, “El más santo de todos los lugares de la tierra es aquel donde un viejo odio se ha convertido en un amor presente.“ T-26.IX.6:1
De
nuevo, lo que hagas o no es irrelevante. Ese es el currículo perfecto
para los dos, donde tu tienes el libre albedrío de elegir el perdón o el
conflicto. Y a raíz del perdón se decidirá si esa relación necesita
continuar o no. Y si a raíz de tu practica del perdón sientes que no hay
necesidad de estar ahí, el curso no te pide que te quedes en una
relación que sea conflictiva para practicar el perdón. Si acaso eso es
lo que el ego te enseñaría, que del sufrimiento o del sacrificio se
aprende.
La verdad es que se aprende del amor, se aprende de la
paz. Y recuerda que el perdón se aplica a la mente, no a la forma. Por
algo siempre digo que el infierno se puede perdonar desde el cielo. Que
sería lo mismo que decir que el perdón se pueda practicar en una
relación o fuera de ella. De lo contrario no se podrían sanar relaciones
con seres que han hecho su transición por ejemplo.
Inclusive,
aquí pueda que hasta un milagro se pueda pasar por desapercibido. El
milagro para una persona que siempre ha vivido una vida como víctima
podría ser el desarrollar el coraje de salir de una situación
conflictiva.
Habiendo compartido mi comentario recuerda que solo
estoy escuchando tu versión de la historia, Pueda que él tenga una
versión diferente y desde su perspectiva él también tenga algún punto
válido.
De todos modos cierro esta nota con una muy linda lección
para reflexionar y poner en practica dentro de una relación o fuera de
una relación. Es lo mismo porque una vez mas el perdón se aplica a la
mente.
LECCIÓN 78
¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos
1.
Tal vez aún no esté completamente claro para ti el hecho de que en cada
decisión que tomas estás eligiendo entre un resentimiento y un milagro.
2Cada resentimiento se alza cual tenebroso escudo de odio ante el
milagro que pretende ocultar. 3Y al alzarlo ante tus ojos no puedes ver
el milagro que se encuentra tras él. 4Éste, no obstante, sigue allí
aguardándote en la luz, pero en lugar de él contemplas tus
resentimientos.
2. Hoy vamos a ir más allá de los
resentimientos para contemplar el milagro en lugar de ellos.
2Invertiremos la manera como ves al no dejar que tu vista se detenga
antes de que veas. 3No esperaremos frente al escudo de odio, sino que lo
dejaremos caer, y, suavemente, alzaremos los ojos en silencio para
contemplar al Hijo de Dios.
3. Él te espera tras todos tus
resentimientos, y a medida que dejas éstos de lado, él aparecerá
radiante de luz en el lugar que antes ocupaba cada uno de ellos. 2Pues
cada resentimiento constituye un obstáculo a la visión, mas según se
elimina, puedes ver al Hijo de Dios allí donde él siempre ha estado. 3Él
se encuentra en la luz, pero tú estabas en las tinieblas. 4Cada
resentimiento hacía que las tinieblas fuesen aún más tenebrosas, lo cual
te impedía ver.
4. Hoy intentaremos ver al Hijo de Dios. 2No
nos haremos los ciegos para no verlo; no vamos a contemplar nuestros
resentimientos. 3Así es como se invierte la manera de ver del mundo, al
nosotros dirigir nuestra mirada hacia la verdad y apartarla del miedo.
4Seleccionaremos a alguien que haya sido objeto de tus resentimientos y,
dejando éstos a un lado, lo contemplaremos. 5Quizá es alguien a quien
temes o incluso odias; o alguien a quien crees amar, pero que te hizo
enfadar; alguien a quien llamas amigo, pero que en ocasiones te resulta
pesado o difícil de com¬placer; alguien exigente, irritante o que no se
ajusta al ideal que debería aceptar como suyo, de acuerdo con el papel
que tú le has asignado.
5. Ya sabes de quien se trata: su
nombre ya ha cruzado tu mente. 2 En él es en quien pedimos que se te
muestre el Hijo de Dios. 3Al contemplarlo sin los resentimientos que has
abrigado en su contra, descubrirás que lo que permanecía oculto cuando
no lo veías, se encuentra en todo el mundo y se puede ver. 4El que era
un enemigo es más que un amigo cuando está en libertad de asumir el
santo papel que el Espíritu Santo le ha asignado. 5Deja que él sea hoy
tu salvador. 6Tal es su función en el plan de Dios, tu Padre.
6.
En nuestras sesiones de práctica más largas de hoy lo veremos asumiendo
ese papel. 2Pero primero intenta mantener su imagen en tu mente tal
como lo ves ahora. 3Pasa revista a sus faltas, a las dificultades que
has tenido con él, al dolor que te ha causado, a sus descuidos y a todos
los disgustos grandes y pequeños que te ha ocasionado. 4Contempla las
imperfecciones de su cuerpo así como sus rasgos más atractivos, y piensa
en sus errores e incluso en sus "pecados".
7. Pidámosle
entonces a Aquél que conoce la realidad y la verdad de este Hijo de
Dios, que se nos conceda poder contemplarlo de otra manera y ver a
nuestro salvador resplandeciendo en la luz del verdadero perdón que se
nos ha concedido. 2En el santo Nombre de Dios y en el de Su Hijo, que es
tan santo como Él, le pedimos:
3Quiero contemplar a mi
salvador en éste a quien Tú has designado como aquel al que debo pedir
que me guíe hasta la santa luz en la que él se encuentra, de modo que
pueda unirme a él.
4 Los ojos del cuerpo están cerrados, y
mientras piensas en aquel que te agravió, deja que a tu mente se le
muestre la luz que brilla en él más allá de tus resentimientos.
5.
Lo que has pedido no se te puede negar. 2Tu salvador ha estado
esperando esto hace mucho tiempo. 3Él quiere ser libre y hacer que su
libertad sea también la tuya. 4El Espíritu Santo se extiende desde él
hasta ti, y no ve separación alguna en el Hijo de Dios. 5Y lo que ves a
través de Él os liberará a ambos. 6Mantente muy quedo ahora, y contempla
a tu radiante salvador. 7Ningún sombrío resentimiento nubla la visión
que tienes de él. 8Le has permitido al Espíritu Santo expresar a través
de ese hermano el papel que Dios le asignó a Él para que tú te pudieses
salvar.
9. Dios te da las gracias por estos momentos de
sosiego en que dejas a un lado tus imágenes para ver en su lugar el
milagro de amor que el Espíritu Santo te muestra. 2Tanto el mundo como
el Cielo te dan las gracias, pues ni uno solo de los Pensamientos de
Dios puede sino regocijarse por tu salvación y por la del mundo entero
junto contigo.
10. Recordaremos esto a lo largo del día, y
asumiremos el papel que se nos ha asignado como parte del plan de Dios
para la salvación, y no del nuestro. 2La tentación desaparece cuando
permitimos que todo aquel que se cruza en nuestro camino sea nuestro
salvador, rehusándonos a ocultar su luz tras la pantalla de nuestros
resentimientos. 3Permite que todo aquel con quien te encuentres, o en
quien pienses o recuerdes del pasado, asuma el papel de salvador, de
manera que lo puedas compartir con él. 4Por ti y por él, así como por
todos los que no ven, rogamos:
5iQue los milagros reemplacen todos mis resentimientos!