Al Cielo Entran Todos o Nadie por Nick Arandes

“A menos que pienses que todos tus hermanos tienen el mismo derecho a los milagros que tú, no reivindicarás tu derecho a ellos, al haber sido injusto con otros que gozan de los mismos derechos que tú. Si tratas de negarle algo a otro, sentirás que se te ha negado a ti. Si tratas de privar a alguien de algo, te habrás privado a ti mismo.” T-25.IX.8:1-2

Práctica experiencial:

Trae a tu mente la memoria de un hermano, no importa quién, de alguna manera sientas algún tipo de resentimiento o miedo o que sientas sea la causa cualquier tipo de sensación o emoción incómoda. Pueda que en esa memoria salga la creencia de que hayas sido atacado(a), de que hayas sido falsamente juzgado(a), de qué sientas se haya tomado ventaja de ti, o de que te hayas sentido víctima, etc. No importa cuál sea la justificación que se quiera utilizar para poder culpar. Recuerda ahora que si privas a un hermano del milagro te estás privando tu de ello.

Tomando conciencia de ello descansamos en este momento sintiendo lo que estemos sintiendo pero abriendo nuestra mente, nuestro corazón (no el músculo que se encuentra latiendo en el pecho, es solo un decir) a que el Espíritu Santo nos ayude a percibir esto de otra manera.

No le estamos pidiendo al Espíritu Santo que nos ayuda de ver las cosas de otra manera para que intelectualmente o veamos algo diferente, o sepamos algo diferente, etc. Simplemente estamos abriéndonos a Su Visión, la cual no se deja distraer de las ilusiones y por consiguiente descansa en esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

Observemos ese sentir y le damos gracias a esa memoria, a esa experiencia, no por lo que creemos que nos haya hecho pues eso no viene al caso ya que esa es solo una distracción que se utiliza para reforzar el miedo y la separación en la mente.

Agradecemos el hecho de que a raíz de esa memoria de ese hermano, de esa experiencia, situación, etc., se ha logrado experimentar un sentir que no era más que otro obstáculo a la paz para poder ser sanado. Por eso es que damos gracias.

Ese sentir es el que nos ayuda a ver donde todavía hay resistencia al amor, donde todavía hay miedo. Recordemos que al cielo o entramos todos o no entra nadie. Y no es porque estamos hablando de otros “cuerpos” o seres humanos, sino que porque como solo hay una mente que se percibe dividida, si un hermano, que seria lo mismo que decir, si un solo pensamiento de separación (miedo) permanece en la mente, la misma no se puede unificar, y la unificación es necesaria para que la misma pueda despertar del sueño de separación a la unidad, que sería lo mismo que decir despertar a la verdadera paz de Dios.

No hay mas nada que hacer, solo sentir, recordando que, “Cuando de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada (cuando me encuentro interpretando, juzgando), afirma lo siguiente: No conozco el significado de nada, incluido esto. No sé, por lo tanto, cómo responder a ello. No me valdré de lo que he aprendido en el pasado para que me sirva de guía ahora." T-14.XI.6:6-9