Comentario: Cuando empezamos con el Curso, y me refiero a de verdad practicarlo, no como una lectura de mera inspiración pues recuerda que el sistema de pensamientos del ego sobrevive a través de valorizando el mundo de los efectos, en otras palabras, dandole valor a todo, vamos a pasar por un proceso a traves el cual sentimos como que no pertenecemos a este mundo.
Durante ese proceso, lo primero que sucede es que el mundo de las ilusiones empieza a perder el valor que antes tanto le otorgabamos, ya que para nosotros, el mundo era nuestra fuente de todo. Era nuestra fuente de felicidad, de “amor”, en fin, de todos los placeres con los que nos distraíamos para no experimentar el vacío que se siente cuando nos sentimos desconectados de nuestra Realidad.
Mientras mas y mas nos arraigarnos a nuestro Ser a través del silencio, de la simplicidad, todas esas cosas, actividades y situaciones que antes “necesitábamos” para sentirnos “felices”, dejan de perder su interés, pues ya reconocemos que la paz de Dios es lo que de verdad queremos. Y mientras mas la experimentamos, mas la deseamos, dado que ese estado de paz es el que da lugar a la Verdadera felicidad.
Sin embargo, aunque estamos experimentando esa paz por momentos, todavía estamos identificados con el sistema de pensamientos del ego, y por lo tanto estamos oscilando entre esos dos mundos, que es por eso que el curso nos recuerda, “Esto finalmente vuelve a despertar la visión espiritual y, al mismo tiempo, mitiga el apego a la visión física. Este alternar entre los dos niveles de percepción se experimenta normalmente como un conflicto que puede llegar a ser muy agudo." T-2.III.3:1-9
Por eso es que necesitamos la ayuda del Espíritu Santo, ya que como el curso nos recuerda, “Dios nos ha dado la Respuesta, el único Medio de escape el verdadero Ayudante. La función de Su Voz - Su Espíritu Santo- es mediar entre los dos mundos. El Espíritu Santo puede hacer eso porque, si bien por una parte conoce la verdad, reconoce también nuestras ilusiones, aunque no cree en ellas. El objetivo del Espíritu Santo es ayudarnos a escapar del mundo de los sueños, enseñandonos cómo cambiar nuestra manera de pensar y cómo corregir nuestros errores.” Prefacio
Ese apego al sistema de pensamientos del ego se proyecta como todas esas experiencias que todavía creemos que nos gustaría compartir, pero que si somos honestos con nosotros mismos, ya no tienen significado ni sentimos ningún interés en ellas.
Durante esos momentos nos sentimos solos, aislados, como que no pertenecemos. Y la verdad no es que no pertenecemos a esos círculos sociales, sino que no pertenecemos a este mundo en general, que es por eso que el curso nos recuerda, "Más allá de este mundo hay un mundo que deseo." W-pI.129 Y la razón por la que queremos ese otro mundo es porque, "Este mundo en el que pareces vivir no es tu hogar. Y en algún recodo de tu mente sabes que esto es verdad." W-pI.182.1:1-2
Ahora, no es que estemos ni solos ni aislados, sino que estamos ahora empezando a reconocer que lo que tanto creíamos que queríamos, ya no lo queremos, y por lo tanto estamos abriendo nuestra mente a lo que de verdad queremos. Y mientras continuamos identificandonos con un nuevo sistema de pensamiento (Espíritu Santo) el apoyo que estamos preparados para aceptar se proveerá. Pues como todo, en este camino nunca estamos solos, “Si supieras quien camina a tu lado por esta senda que has escogido, seria imposible que puedas experimentar miedo.” T-18.III.3:2 Solo que como hemos interpuesto tantos obstáculos, parece que estamos solos, en el “mundo.” Inclusive, que estamos batallando, sobreviviendo en el “mundo”.
Por lo que veo, aun cuando comentas, “pienso que estoy mal, equivocada, o que estoy haciendo mal el curso,” Todo lo contrario! Estas exactamente donde tienes que estar. El curso no se puede ni hacer mal ni bien. El curso es nada mas que un camino, y lo que determina si estas en linea con el Espíritu Santo o con el ego, es si experimentas paz o no. Si no estas en paz, es que estas identificada con el sistema de pensamientos del ego, y por lo tanto, no es que lo estés haciendo mal, sino que esa es otra oportunidad para elegir de nuevo.
Eso es todo lo que hacemos a través de nuestra jornada como seres humanos. Elegir de nuevo una y otra vez, hasta que nos sentimos mas cómodos identificados con el sistema de pensamientos del Espíritu Santo.
Y como ves, en tu caso, estas constantemente eligiendo de nuevo, sobre todo ahora mas que nunca, porque estas observando las tentaciones que antes para ti eran tu modo de vida. Sin embargo, estas consciente ahora permitiendo que el Espíritu Santo corrija tu percepción para que las mismas ya dejen de distraerte, y por ende de perturbar tu paz ya que no se les está adjudicando el valor que antes tenían para nosotros.
Es solo un proceso de sanación, nada mas. Va a llegar el momento, lo cual podría ser este mismo momento, a no ser que tu resistencia de soltar sea tan grande, que te vas a sentir mas cómoda como estas ahora, sin preocupación de que no te interesen esas cosas que antes tanto te llamaban la tensión, y sencillamente te encontraras enfocada en como dices, “Me gusta estar sola, atender a mi familia,... “
Y cuando dices estar sola, no es que no quieras estas con gente, sino que dedicas mas tiempo a ese espacio de comunión con Dios en la quietud y tranquilidad de tu propia compañía, mientras que en otras ocasiones compartes con amistades y con familia, solo que ya no como adicción o distracción sino que como parte de una vida mas balanceada.
Luego cuando dices, “¿No se supone que debería estar disfrutando mas la vida? “ Sí, solo que cuando hay apego sicológico nos estamos identificando con el ego y por lo tanto sufrimos. Pero cuando nos identificamos con nuestro Ser, el mundo de las ilusiones deja de tener ese poder que se la había otorgado sobre nosotros. Y como resultado podemos disfrutar la vida tal y como es, sin juicio, sin apegos.
Si necesito algo del mundo, cuando el mundo no me lo da sufro. Pero si recuerdo que “El amor de Dios es mi sustento” W-pI.50, ya el mundo deja de ser mi fuente, y puedo observarlo, inclusive, disfrutar de el y sus ilusiones. Y cuando es tiempo de dejar las cosas del mundo a un lado, se hace sin apego, sin miedo, sin preocupaciones, sin sufrimiento, con amor.