No obstante, el por lo menos tener consciencia de eso, me da la oportunidad de observarlo al igual que sentir mi reacción física a el, sin intentar darle (proyectar) significado y continuar descansando en ese espacio. De esa manera el Espíritu Santo deshacerá el significado proyectado (culpa), y ese pensamiento dejará de tener poder sobre mi. En otras palabras, dejaré de sentirme afectado por el. No me encontré reaccionando a el.
Sin embargo, cuando abro los ojos y "veo" el mundo que me rodea, incluyéndome a "mi" mismo, se me olvida que todo es un pensamiento, por lo tanto caigo una vez mas en mi propia trampa de proyectarle significado a todo, y por ende reaccionando a todo lo que "veo", "siento", "oigo", etc.
Así que mi práctica es, comulgar lo más a menudo que pueda durante el día, de con los ojos cerrados descansar en ese espacio, y recordar una y otra vez que todo es un pensamiento, y permitir que la Mente Recta (Espíritu Santo, Cristo, Esencia, como se le quiera llamar) haga Su trabajo. Luego cuando abro los ojos y retorno mi atención hacia el mundo "exterior", mantener esa consciencia durante el resto del día.
De ese modo me experimento menos y menos afectado por mis ilusiones ya que más y más me encuentro descansando en mi Ser. Y cuando me caigo del caballo, es más fácil y rápido montarme de nuevo ya que algo en mi reconoce que todo es un pensamiento.