Pregunta:
"Hola Nick, tu podrías darme alguna sugerencia para la práctica del
instante santo, que no sea la popular posición de sentarse recto con los
ojos cerrados. Según entiendo, parecería que en el instante santo está
toda la verdad, por lo que quiero empeñarme en esa práctica. Me corriges
si me equivoco. Gracias."
Comentario: El Instante
Santo es el momento presente. Lo puedes practicar a diario en cada
momento. De hecho, ese es el objetivo, que lo practiques a diario. Si
estás en le trabajo por ejemplo, te das un minuto para centrarte y dejar
que tu atención esté en el presente, y lo puedes hacer a través del
día. Y me refiero a una mente libre, donde tu atención esta aquí, sin
expectativas, sin nada mas, suelta, simplemente siendo.
Mientras
estás conduciendo, o haciendo algo, y la mente está en otro lado (futuro
o pasado), la retornas a este espacio de receptividad (presente). Y
obviamente, si puedes sentarte un rato y hacer una meditación también te
ayuda.
Pero no es una rutina, es un proceso de traer presencia a
todo momento, siendo consciente sin dejar que la mente esté corriendo
hacia el futuro y el pasado, siendo una observadora. No tienes que
obsesionarte, pero si hacer la practica para que la mente se valla poco a
poco acondicionando a la paz en vez del conflicto.
Y cuando comentas, "…no sea la popular posición de sentarse recto con los ojos cerrados…"
no se a lo que te refieres, pues esa es una practica meditativa, y si
tienes alguna resistencia, podrías verla con el Espíritu Santo, pues esa
practica es muy provechosa. Lo que no quieres es convertirla en una
rutina que si no la haces te sientes mal.
Por algo el curso nos recuerda: "Las
rutinas, como tales, son peligrosas porque se pueden convertir
fácilmente en dioses por derecho propio y amenazar los mismos objetivos
para las que fueron establecidas." M-16.2:5
Habiendo dicho eso: "Quizá
la única generalización que puede hacerse al respecto es la siguiente:
dedica un rato lo antes posible después de despertarte a estar en
silencio, y continúa durante uno o dos minutos más después de que haya
comenzado a resultarte difícil. Probablemente descubrirás que la
dificultad disminuye y desaparece. En caso de no ser así, ése es el
momento de parar. Por la noche se debe seguir el mismo procedimiento.
Tal vez tu período de sosiego deba ser temprano en la noche, si no te es
posible hacerlo inmediatamente antes de irte a dormir. No debes hacerlo acostado. Es mejor estar sentado, en cualquier postura que prefieras" M-16.4:7-9;5:1-4
Recuerda que no es la cantidad de tiempo, sino que la intención y sinceridad de la practica: "La
cantidad de tiempo que dedique a ello no es lo más importante. Uno
puede fácilmente pasarse una hora sentado inmóvil con los ojos cerrados y
no lograr nada. O bien puede, con igual facilidad, dedicarle a Dios
sólo un instante, y en ese instante unirse a Él completamente." M-16.4:4-6