Comentario: La experiencia de la separación es una experiencia dolorosa porque se experimenta uno como un cuerpo separado de Dios y esa experiencia de separación es la que da lugar a la experiencia del dolor y del placer, los cuales son dos caras opuestas de la misma moneda.
Su único objetivo, el dolor al igual que el placer es constantemente distraerme de la Verdad haciéndome creer que soy cuerpo y no Mente. Por eso el curso nos recuerda: “El pecado oscila entre el dolor y el placer, y de nuevo al dolor. Pues cualquiera de esos testigos es el mismo, y solo tienen un mensaje: ‘Te encuentras dentro de este cuerpo, y se te puede hacer daño. También puedes tener placer, pero el costo de este es el dolor’. A estos testigos se unen muchos más. Cada uno de ellos parece diferente porque tiene un nombre distinto, y así, parece responder a un sonido diferente. A excepción de esto, los testigos del pecado son todos iguales. Llámale dolor al placer, y dolerá. Llámale placer al dolor, y no sentirás el dolor que se oculta tras el placer. Los testigos del pecado no hacen sino cambiar de un término a otro, según uno de ellos ocupa el primer plano y el otro retrocede al segundo”. T-27.VI.2:1-9
También se podría decir que cuando hay culpa inconsciente, la misma se puede proyectar como un cuerpo enfermo y lleno de dolor, lo cual es una manera de auto castigarme por haberme “separado” de Dios. Lo que sucede no obstante, es que el ego utiliza esa explicación para intentar cambiar la mente de manera que se puede sanar el cuerpo, y eso no deshace la culpa inconsciente sino que la esconde, pues una vez mas, su objetivo es mantener la atención en la forma (cuerpo) y no la Verdad (Mente).
También cuando el curso nos recuerda que todo esto es ilusión, no es que el dolor o el placer es ilusión, sino que la experiencia de la separación es ilusión. Sin embargo, aquí tu no puedes decir que todo esto es ilusión mientras lo experimentas como real. Es ahí donde no queremos utilizar el lenguaje del curso para negar nuestra experiencia, que por algo se nos recuerda: “El cuerpo es sencillamente parte de tu experiencia en el mundo físico. Se puede exagerar el valor de sus capacidades y con frecuencia se hace. Sin embargo, es casi imposible negar su existencia en este mundo. Los que lo hacen se dedican a una forma de negación particularmente inútil.” T-V.3:8-11
Por lo tanto, el objetivo no es intentar intelectualmente de ver esto como una ilusión, sino que mas bien elegir a diario momentos de quietud para abrir la mente al reconocimiento de la Verdad que no tiene nada que ver con esta proyección de separación, y por consiguiente hacernos ver que hay una paz INTERIOR que no puede ser perturbada por nada de lo que tenga lugar en esta experiencia física. Según la experiencia de la Verdad aumenta en la mente, y la culpa inconsciente se va deshaciendo, uno de sus efectos podría ser un cambio en la forma física. En tu caso podría ser que el dolor y la enfermedad se erradique.
La oportunidad que se te brinda en este y cada momento, es la de elegir el sistema de pensamientos del Espíritu Santo para que te enseñe a re interpretar tu experiencia. O como dice la lección 28: “Por encima de todo quiero ver las cosas de otra manera.” W-pI.28
Dado ese el caso, lo que estás experimentando es el currículo perfecto para que puedas empezar a traer presencia a tu experiencia y elegir con mas determinación la paz que mora en ti en este instante, que es el único instante que hay. Por eso que se nos recuerda: ”Todas las cosas obran conjuntamente para el bien. En esto no hay excepciones, salvo a juicio del ego." T-4.V.1:1-2 Porque son oportunidades para sanar la mente de la creencia en la separación.
Todo lo que el ego quiere es que tu creas que eres un cuerpo, y el dolor al igual que el placer son testigos de esa creencia. Todo lo que el Espíritu Santo quiere no obstante es que recuerdes que eres Mente, y por consiguiente el placer y el dolor dejaran de ser distracciones lo cual te apoya en dejar a un lado la creencia que el sistema de pensamientos del ego quiere que defiendas.
Y mientras tanto, como dice el curso, “El cuerpo es sencillamente parte de tu experiencia en el mundo físico,…es casi imposible negar su existencia…,” lo que significa eso es que mientras ésta sea tu experiencia, y mientras traes presencia a cada momento, en un estado de completa aceptación, sin expectativas, sin juzgar tu experiencia, haz lo que sientas que necesites hacer para cuidar de su salud.
Si eliges el sistema de pensamientos del Espíritu Santo, desde esa paz dirigirás el cuerpo el cuidado adecuado para él. Y yo no te podría decir que hacer, eso será ya una decisión personal. Algunas personas se sentirán inclinadas a hacer una cosa para cuidar de su cuerpo mientras que otras se sentirán inspiradas a hacer algo diferente. Lo importante siempre no es lo que hagas sino que con que maestro lo haces, con el ego o con el Espíritu Santo. Si lo haces con el ego sientes miedo, preocupación, etc. Si lo haces con el Espíritu Santo lo haces desde la paz, aun cuando estés haciendo lo mismo. Esa es la única diferencia.
Puedo ir a un medico consciente de que mi realidad es en Dios y por lo tanto disfrutar de la visita, o puedo ir a ese mismo medico lleno de miedo porque creo ser un cuerpo. Como ves, lo que cambia es la mentalidad. Eso es lo que realmente deseas. Y eso es lo que el Espíritu Santo te ofrece ahora mismo, y en cada momento de tu existencia. Por consiguiente, la lección es siempre la misma, “Elige de nuevo.” T-31.VIII