Pregunta: "Nick,
Cuando digo ‘te quiero’ o ‘te amo’ es lo mismo? Me he topado en dos
ocasiones con estas palabras (símbolos) y percibo diferencias en ellas.
La primera vez una amiga pregunta si prefieres decir ‘te quiero’ o ‘te
amo’ porque desea escribir sobre el asunto.
La segunda
vez, la percibo en un video donde supuestamente Jesús te habla. En la
narración se utiliza en algunas ocasiones ‘te quiero’ y en otras ‘te
amo’, luego nos pide ‘ama, ama, ama’. Amar y querer es lo mismo? Cuando
digo ‘te amo’ no me siento igual a cuando digo ’te quiero’. Decir te
amo, para mí, es entrega y está relacionado a lo infinito. Amar es Ser.
Sin embargo, decir ‘te quiero’, para mí, es un pedido, un deseo de
obtener, no lo siento reciproco (mutuo) y lo encuentro limitado, por
qué?
Querer es como el deseo de poseer, pero no devuelve.
Va en una sola dirección y no es suficiente. Querer es retener para no
perder? Es un hecho que amar incondicionalmente está basado en la
Verdad. Y, querer, según lo estoy percibiendo, está basado en el miedo?
O, todo esto no significa nada y es una distracción más del ego? Tengo
presente que tan sólo son palabras (símbolos) que utilizo para
expresarme y/o comunicarme. Entonces, el significado que le estoy dando
está basado en la historia (recuerdos, el pasado) que hay en mi mente?
Gracias, Nick por dejarte guiar por el Amor, expresarlo y compartirlo."
Comentario: “Le he dado a todo lo que veo... todo el significado que tiene para mí” W-pI.2, “Estos pensamientos (palabras, símbolos, etc.) no significan nada.” W-pI.4
Mira lo que tu escribes; “¿Entonces, el significado que le estoy dando está basado en la historia (recuerdos, el pasado) que hay en mi mente?” Necesito de verdad contestar tu pregunta? ;o)
No hagas de lo simple complicado. “Haz
simplemente esto: permanece muy quedo y deja a un lado todos los
pensamientos acerca de lo que tú eres y de lo que Dios es; todos los
conceptos que hayas aprendido acerca del mundo; todas las imágenes que
tienes acerca de ti mismo. Vacía tu mente de todo lo que ella piensa que
es verdadero o falso, bueno o malo; de todo pensamiento que considere
digno, así como de todas las ideas de las que se siente avergonzada. No
conserves nada. No traigas contigo ni un solo pensamiento que el pasado
te haya enseñado, ni ninguna creencia que, sea cual sea su procedencia,
hayas aprendido con anterioridad. Olvídate de este mundo, olvídate de
este curso, y con las manos completamente vacías, ve a tu Dios.” W-pI.189.7:1-5