Pregunta: “Buen
día Nick, Qué tal todo? En primer lugar quiero decirte que me encantó
charla y me sirvió de mucho. Gracias. Te quería hacer una pregunta, si
es posible que tengas tiempo para contestármela. Hace un par de días
quedé con mi pareja para cenar y yo a él siempre suelo echarle
pinceladas de lo que yo aprendo y voy poniendo en práctica.
Pero
resulta que él empezó a hacerme preguntas sobre todo en general de lo
que yo estudio de un curso de milagros... Sus preguntas más bien eran...
( yo tengo mis creencias y cómo sabes tú que es verdad?) Yo le
respondía diciendo que es una experiencia que no se trata de creencias. Y
que cuando uno lo pone en práctica pues la experiencia es lo que da
testimonio de la verdad.
Pero empecé a sentirme incómoda
porque él no me entendía, llegó un momento que tuve que decirle que
dejáramos la conversación porque empecé a sentir rabia de que no me
entendiera y dolor. ¿Porque me sucedió esto? Es más llegué a sentir que
no estaba en Paz. Que el que se sintió herido enfadado por no ser
comprendido era mi ego... Pero ¿que tenía que haber hecho en esta
situación a nivel mental? Perdonarme a mí misma por sentirme así? Un
abrazo muy grande. Gracias Nick!”
Comentario: Una de
las cosas que mas me frustraba a mi era que cuando explicaba algo sentía
que algunas personas no me entendían, especialmente las que quería que
me entendiesen, luego me di cuenta que ahí estaba proyectando mi culpa;
mi sentido de victimismo.
Ahora reconozco que si alguien no
entiende lo que le estoy compartiendo, puede que no es su momento para
entenderlo, y lo dejo a un lado. Si siento alguna incomodidad recuerdo
que yo deseé esa escena que fuese así mismo para proyectar mi culpa que
se puede disfrazar de muchos pretextos, “no me entienden”, “nadie me
escucha”, “lo que digo no es importante”, “esta persona es muy
ignorante”, etc. Y por cierto, nada de lo que digo es importante de
todos modos jejeje!
En realidad recuerda que aquí es un ego
hablando con otro ego, y el objetivo de los egos no es que se
“entiendan” sino que continúen perpetuando la creencia en la separación.
Así que para efectos de lo que “debiste” haber hecho, la contestación
es nada, pues si así fue, así tuvo que ser.
Ahora,
lo importante es que aprendiste de esa experiencia. Y un aprendizaje
podría ser, no hay que tratar de explicarle nada a nadie, sino que
aceptar que si decides compartir un conocimiento y encuentras alguna
resistencia, que pares, y sin juzgar ni culpar dejes la conversación a
un lado.
Recuerda, si quieres paz en tu vida, hay dos temas que nunca querrás involucrarte en una conversación, religión y política. ;o)