Pregunta: “Hola
nick, ante todo deseo decirte q muchas gracias, por tus comentarios
acerca del curso de milagros, para mi es una maravilla escucharte y
leerte. Realmente no sé si leerás este mensaje pero deseo hacerte una
pregunta en referencia al curso... hace ya varios años he tratado de
seguir el curso , pero el tema de lo ejercicios se me dificulta no he
podido seguirlos y eso me causa frustración...tu lo haces ver tan fácil
pero tengo cierta resistencia ... será mi ego?? por otro lado quiero
saber como se hace cuando te encuentras en una situación donde no
encuentras salidas, mi situación económica no es la mejor soy madre
soltera y me siento abrumada con todo al borde de la locura(es un
decir)..y las personas mas cercanas a mi (mis hijos)me juzgan y quieren
resultados inmediatos, todo esto desde la perspectiva del curso...ósea
deseo soltar, dejar q el agua corra pero no te imaginas lo difícil q es
para mi porque no veo salidas.De antemano muchas gracias por tu
respuesta,se q tienes muchas preguntas por contestar. un fuerte abrazo
gracias.”
Comentario: La primera parte de tu pregunta con relación a la resistencia con los ejercicios es fácil de contestar. Tu preguntas,
“…el tema de los ejercicios se me dificulta no he podido seguirlos y
eso me causa frustración...tu lo haces ver tan fácil pero tengo cierta
resistencia ... será mi ego??”
Sí,
es el ego! En otras palabras, la regla de oro es la siguiente, si
tienes alguna pregunta o duda con relación a algo es el ego, pues con el
Espíritu Santo lo que existe es una sensación de paz, pero esto
requiere practica así que no hay que tomárselo tan a pecho. Por eso es
que este curso es PRACTICO, no teórico, y por eso es que tiene un libro
de ejercicios, para “PRACTICAR!”
Pero la practica no es leer las palabras bonitas, sino que aplicarlas, y es ahí donde la resistencia surge.
Vamos ahora a la segunda parte de tu pregunta. Dices, “…aunque
a veces uso la de "Suelto todo aferramiento, toda expectativa y todo
deseo de controlar" cuando me doy cuenta de que es justo eso lo que
estoy haciendo, o si no me repito frases del estilo " me perdono por
creer en este sueño...por creer que esto es real, por creer en la
separación..." pero realmente no se si con eso estoy avanzando en mi
proceso o no…”
El problema es que quien
hace esas preguntas es el “yo” que se cree estar aquí. Y ese es un
callejón sin salidas. El Espíritu Santo no te pide que digas frases para
que se “resuelvan” tus problemas. El Espíritu Santo te puede que DEJES
DE PRESTARLE ATENCION a tus problemas. No que los ignores sino que no
les proyectes significado.
En otras palabras no tener dinero es
solo eso, no tener dinero. No tener trabajo es solo eso, no tener
trabajo. Ser una madre soltera con todas esas responsabilidades es solo
eso, una madre soltera con responsabilidades. Lo que te hace sufrir es
que para ti todas esas cosas “significan” algo, “que soy una fracasada” o
“que no puedo hacer nada” o “mis hijos no me aprecian o nadie me
aprecia y por eso no tengo pareja” o “no me siento bien conmigo misma” o
miles de historias que la mente se hace para justificar la posición de
víctima con la cual se utiliza ahora el mundo para justificarla.
Vamos
no obstante a ver el trabajo de perdón que tienes en frente. Tu
situación, sea cual sea, es el currículo que tienes ahora para sanar o
para juzgar. Juzgar ya sea tus circunstancias, juzgar a tu familia o
inclusive juzgarte a ti misma, todo eso le pertenece a un personaje
(ego) que todavía quiere sentirse separado de Dios en un mundo de
separación. Y cuando el Espíritu Santo te pide que no prestes atención a
tus ilusiones para que El te pueda ayudar, no te está diciendo que no
tomes responsabilidad si hay que tomarla, sino que mas bien que
recuerdes lo que realmente deseas.
El Manual para el Maestro no dice: “El
texto explica que el Espíritu Santo es la Respuesta a todos los
problemas a los que tú has dado lugar. Estos problemas no son reales,
pero eso no significa nada para los que creen en ellos. Y todo el mundo
cree en lo que ha hecho, pues lo hizo creyendo en ello. A esta extraña y
paradójica situación que no tiene sentido ni significado, de la cual,
no obstante, no parece que haya forma de escaparse, Dios ha enviado Su
juicio para reemplazar al tuyo. Con gran ternura, Su juicio sustituye al
tuyo. Y por medio de esa sustitución, lo incomprensible se vuelve
comprensible.” M-11.3:1-6
Y Su juicio es percibir la
irrealidad de esta experiencia, no hacer tus problemas reales para
“resolverlos.” Volviendo a lo que realmente deseas, si lo que todavía
deseas es que tus problemas mundanos se resuelvan, tu deseo sigue siendo
el de sentirte separada y por consiguiente el sistema de pensamientos
continuará rigiendo tu mente hasta que finalmente te rindas.
Recuerda
que lo que el ego hace es que te dice, “di estas frases del curso para
que el Espíritu Santo resuelva tus problemas”. Sin embargo la razón por
la que nada de eso funciona es porque lo que va por debajo de esas
plegarias vacías es lo que el ego quiere, que no dejes a un lado tu
sistema de pensamientos como identidad separada. ¿Ves la trampa?
Por
lo tanto tienes que estar clara hacia donde dijeres tu atención. ¿Hacia
la resolución de tus problemas, o hacia la verdadera paz de Dios? Por
algo se nos recuerda: "Deseo la paz de Dios: Decir estas palabras no
es nada. Pero decirlas de corazón lo es todo. Si pudieras decirlas de
corazón, aunque sólo fuera por un instante, jamás volverías a sentir
pesar alguno, en ningún lugar o momento." W-pI.185.1:1-3 Luego en esa misma lección nos recuerda: “Desear
la paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos los sueños. Pues
nadie que diga estas palabras de todo corazón desea ilusiones o busca la
manera de obtenerlas. " W-pI.185.5:1-2
Y si somos honestos,
por lo general la paz de Dios no es lo que queremos, por lo tanto, una
vez mas, no hay que sentir culpa sino que reconocer que todavía sentimos
atracción por la culpa y por lo tanto podemos empezar a tomar
consciencia de ello. Eso es lo que se le conoce como, “La pequeña dosis de buena voluntad.” T-18.IV
Para
ir ahora a tu situación según como la percibes, que hacer y que no
hacer en el mundo sucederá como consecuencia del sistema de pensamientos
con el que te estés identificando en cada momento. Pero si utilizas esa
experiencia para rendirte completamente a la paz de Dios, te darás
cuenta del regalo que estaba escondido detrás de tu experiencia. Y el
regalo es siempre el mismo, la paz que sobre pasa todo entendimiento lo
cual despeja el velo para que recuerdes en cada momento lo que realmente
eres. Por lo tanto, tienes ahora una oportunidad de utilizar tu
situación para profundizar mas en tu recuerdo de lo que realmente eres, y
permitir que el sistema de pensamientos del ego te continúe distrayendo
de la Verdad.
Y no tienes que preocuparte por lo que va a
suceder con tu situación, sino que mas bien aceptarla para que por lo
menos se erradique todo sufrimiento, y confiar en cada momento, pues
recuerda que si tu enfoque es en la paz de Dios a diario, el “personaje”
se le va a ir dirigiendo y todo lo que necesite se le proveerá como
añadidura para que recuerda que no está solo.
Por lo tanto permíteme cerrar esta nota con el siguiente extracto del curso: “Una
vez que aceptes Su plan como la única función que quieres desempeñar,
no habrá nada de lo que el Espíritu Santo no se haga cargo por ti sin
ningún esfuerzo por tu parte. (¿Cual es Su plan? Que recuerdes quien eres, no que se resuelvan “problemas” en tu mundo) Continuando: Él
irá delante de ti despejando el camino, y no dejará escollos en los que
puedas tropezar ni obstáculos que pudiesen obstruir tu paso. Se te dará
todo lo que necesites. Toda aparente dificultad simplemente se
desvanecerá antes de que llegues a ella. No tienes que preocuparte por
nada, sino, más bien, desentenderte de todo, salvo del único propósito
que quieres alcanzar. De la misma manera en que éste te fue dado,
asimismo su consecución se llevará a cabo por ti. La promesa de Dios se
mantendrá firme contra todo obstáculo, pues descansa sobre la certeza,
no sobre la contingencia. Descansa en ti. ¿Y que puede haber que goce de
más certeza que un Hijo de Dios?” T-20.IV.8:4-12