Reflexiones:
Este
año al igual que los anteriores me han brindado oportunidades bellas
para sanar. A diferencia de años anteriores cuando no estaba consciente
del trabajo del perdón, y por consiguiente a raíz de mi trabajo interno,
he podido reconocer casi inmediatamente las oportunidades para sanar y
por eso me siento sumamente agradecido.
He visto donde he juzgado
y por consiguiente reconocer que era yo el que me estaba juzgando.
Tomar conciencia de ello para mí eso es un regalo. He visto donde en
ocasiones me he percibido atacado y el haber tomado conciencia de que si
me afecta es porque hay alguna memoria de ataque en mí y por
consiguiente poder aplicar el perdón para sanar esa memoria, ese fue
otro bello regalo.
De la misma manera observar cosas en el mundo
que me atraen y tomar conciencia de qué son sólo distracciones para así
poder retornar mi atención a la Verdad, ese es otro bello regalo.
En
fin, utilizar todas mis experiencias para retornar la mente hacia la
paz de Dios es el mejor regalo que me he podido brindar y por el que
estoy eternamente agradecido.
Según se utiliza cada experiencia
para dejarme distraer menos, lo que va aflorando más y más es el amor
que está ahí, el amor que realmente soy, para así poderlo extender.
Inclusive
poder estar en paz con mis imperfecciones también es otro regalo porque
así no le exijo a nadie que sea perfecto y desde ese espacio emerge la
comprensión, la aceptación la verdadera compasión.
Y antes de
compartir mis deseos para todos quiero dar gracias a todas las personas
con las que interactué personalmente o a distancia, que no importa cuál
haya sido la naturaleza de nuestro encuentro, agradezco la bendición de
que nuestro encuentro haya tenido lugar.
Deseos para todos:
Les
deseo a todos un año, o más bien una vida llena de paz, y juntos
recordemos las siguientes palabras que aunque en el Curso aplican mas
bien a la semana santa, yo decidí modificarlo para el nuevo año al
sustituir la palabra semana por la palabra año:
“Este año
celebramos la vida no la muerte. Y honramos la perfecta pureza del Hijo
de Dios no sus pecados. Hazle a tu hermano la ofrenda de las azucenas,
no la de una corona de espinas; el regalo del amor no el "regalo" del
miedo. Te encuentras a su lado, con espinas en una mano y azucenas en la
otra, indeciso con respecto a cuál le vas a dar. Únete a mí ahora,
deshazte de las espinas y, en su lugar, ofrécele las azucenas. Lo que
quiero este año es el regalo de tu perdón, que tú me concedas y yo te
devuelvo.” (T-20.I.2:3-9)
Aunque el Curso nos habla de
nuestra unidad en el Cielo, nos enseña a como vivir los principios de la
unidad en este mundo a ayudándonos a recordar que todos somos lo mismo.
“Haz que este año sea diferente al hacer que todo sea lo mismo.” (T-15.XI.10:11).
Feliz Vida!