“El conocimiento no puede alborear en una mente llena de ilusiones porque la verdad y las ilusiones son irreconciliables.” T-10.IV.2:3
Este
pasaje nos da a entender la razón por la cual Un Curso de Milagros
aparenta ser tan difícil de aplicar, y es porque nos recuerda que el
conocimiento (verdad), que es lo que realmente somos, no tiene nada que
ver con esta experiencia física de separación (ilusiones).
Y para
poder experimentar la verdad hay que dejar a un lado todas las
ilusiones. O mejor dicho, dejar de interpretarlas. No obstante, lo
práctico de este curso es que no nos pide que sacrifiquemos ni que
dejemos a un lado las ilusiones porque para el personaje que se cree
tener esta experiencia es imposible. Por eso necesitamos ayuda.
Lo
que si se nos pide es que dejemos de darle valor a las ilusiones y por
consiguiente el desapego sicológico es una consecuencia natural que no
requiere esfuerzo de nuestra parte.
Pero de nuevo, el personaje
que se cree estar aquí tampoco puede dejar de darle valor a las
ilusiones pues el objetivo del personaje es de darle valor a ellas para
mantener su identidad como personaje. Pero hay un Maestro (Espíritu
Santo) que tiene la fe y la certeza de la verdad y la comparte con
nosotros si estamos abiertos a ella. Por algo se nos recuerda: “Sobre tu
poca fe, unida a Su entendimiento, El establecerá tu papel en la
Expiación y se asegurará de que lo cumplas sin ninguna dificultad.”
Sin
embargo hay que reconocer las trabas del sistema de pensamientos del
ego. Una de ellas, sobre todo la más convincente es el placer ya que el
dolor, por lo general, es lo que nos conlleva a una búsqueda espiritual,
a pedir ayuda. Pero cuando experimentamos el placer, se nos olvida por
completo el trabajo y caemos una vez más en las entrañas de las
ilusiones.
Por eso es que se escucha mucho eso de que cuando las
cosas van “bien” tiene que ser porque es la intención del Espíritu
Santo. Y se nos olvida que el Espíritu Santo no está para que las cosas
vayan ni “bien” ni “mal” sino que para recordarnos que todo esto es una
ilusión. Y la única razón por la que queremos elegir Su sistema de
pensamientos es porque nos brinda paz, y nada mas!
Lo que suceda
en el guión es solo eso, y nada mas! El ego es el que se preocupa porque
las cosas vayan “bien” o “mal”, pues no importa como vayan las cosas,
para el ego significa que las cosas son reales. Y eso es todo lo que a
al ego le interesa, que creamos que este mundo de ilusiones es real, que
creamos que nosotros somos este personaje.
Pues recordemos que
sin ego no habría un “yo”, no habría un “mundo”, no habría “ilusiones”.
Por consiguiente, si desaparecen las ilusiones desaparece el ego. Otra
manera de decirlo es que si se dejan a un lado las ilusiones el ego
muere.
Lo que queremos ahora es utilizar las mismas ilusiones que
el sistema de pensamientos del ego fabrica para observar la oscuridad
escondida. Para que de esa manera que el Espíritu Santo pueda sanar
nuestra percepción errada despojando la oscuridad para así poder
retornar al conocimiento. Que seria lo mismo que decir, despertar del
sueño.
Un ejemplo práctico. Digamos que estoy haciendo mi proceso
espiritual y perdonando, de momento una chica muy guapa me hace sentir
algún tipo de sensación. Eso no significa que ahora si yo soy una
persona “espiritual” que no debería hablar con ella porque eso seria
caer en las ilusiones. Eso es lo que el ego te diría. No obstante, el
mero hecho de que reaccioné a esa imagen es haber caído ya en las
ilusiones. Y para ir mas allá, el mero hecho de creer que “yo” existo és
ya haber caído en la ilusión.
Pero para efectos de este ejemplo,
en ese momento, lo primero que necesito hacer es tomar consciencia de
que estoy enganchado en el sistema de pensamientos del ego y por lo
tanto necesito ayuda al Espíritu Santo. De ahí en adelante si terminase
hablando con ella o no, será un proceso que surgirá naturalmente. Solo
que con el ego uno se hace historias con esa persona porque el ego cree
que ahí se encuentra su salvación. Por eso es que ese sentimiento
originalmente surgen, el cual se le conoce como la culpa inconsciente
proyectada.
¿Y qué es la culpa inconsciente proyectada? La culpa
inconsciente es mi miedo a Dios y por lo tanto al querer sentirme
separado de Dios se proyecta un cuerpo, un mundo y ahora me siento a
“salvo” de Dios. Pero al sentirme separado de Dios me siento vacío y
necesito llenar ese vacío con algo o alguien. Y como no quiero mirar
hacia dentro pues si regreso a Dios, según mi sistema de creencias El me
castigaría, esa carencia que siento se la proyecto a una imagen, la
cual en este caso sería esa chica guapa. Ahora esa chica guapa se
convierte en mi fuente de “amor” en mi sustento.
No obstante,
estando percatado de que és el sistema de pensamientos del ego en
operación, eso es tomar consciencia. Reconozco que lo que siento es solo
eso y que no tiene nada que ver con esa chica guapa, aun cuando sigo
sintiendo algo hacia ella.
Entonces conscientemente, sin
historias ni presunciones, se observa, y si se habla con ella porque
todavía existe ese deseo no pasa nada. Según la relación se desarrolla
si ese fuese el caso, se observan los miedos que salen para ser
perdonados. Es así como una relación especial se va poco a poco
convirtiendo en una relación santa donde ahora no se utiliza para
distraernos de la verdad sino que todo lo contrario, para acelerar el
proceso de deshacer el ego. Eso también se le conoce como cambiar el
propósito de la relación que por algo se nos recuerda: “He dicho repetidamente que el Espíritu Santo no quiere privarte de tus relación especiales, sino transformarlas.” T-17.2:2
Eso
tampoco significa que si no hay resonancia o que si las cosas son
difíciles que uno se tiene que por obligación quedar en esa relación
hasta que el perdón sea absoluto. Ese seria el ego otra vez asesorando.
Simplemente se continúa eligiendo el sistema de pensamientos del
Espíritu Santo, y sin culpar, sin justificar, la acción correcta se
tomará en su debido momento.
Si esa relación por la razón que
sea termina, pues cada cual continuará con su rumbo y lo que se haya
sanado no se repetirá en una próxima relación, y lo que no se haya
sanado se continuará sanando, ya sea en otra relación de pareja o con la
circunstancias que fuese necesaria para sacar a la superficie esa
oscuridad.
Se que esto le quita todo el “romanticismo” a las
relaciones. Pero siempre y cuando haya una sola ilusión que yo considere
valiosa o digna de luchar por ella, estoy completamente dormido. Y
cuando hablo de relación no estoy solamente hablando de relación de
pareja sino que cualquier relación que tenga con el mundo, que tenga con
las ilusiones.
Si estoy apegado a mi coche por ejemplo, en esa
relación creo que está mi felicidad. Si la relación es con el dinero lo
mismo, si es con el sexo lo mismo, si es con el alcohol, si es con mi
colección de cartas de beisbol lo mismo, cualquier cosa en este mundo
que aparentemente pueda causar un efecto en mi, o que si lo perdiese
sufriese es mi dios y por consiguiente estoy atrapado en el sistema de
pensamientos del ego. Eso es porque me estoy creyendo que el mundo es
causa y yo soy efecto, cuando es todo lo contrario. El mundo es el
efecto, es la proyección, es la ilusión, es simplemente la creencia en
la separación.
Por eso es importante recordar que el curso no es
para “resolver” nuestros problemas, ni para “mejorar” la ilusión, ni
para “atraer” nada que creamos necesitar, sino que para recordar lo que
realmente somos, el Santo Hijo de Dios inocente, libre de pecado, libre
de ilusiones, descansando en los brazos de Su Padre, que paradójicamente
el Padre y el Hijo Es lo mismo!
Y aunque esto suene
contradictorio, si por alguna razón hay algo que se necesite, no para
alimentar nuestros caprichos, no para alimentar la creencia en la
separación sino que porque nos apoyaría a experimentar la paz de Dios,
eso se le conoce como añadidura. Y eso sería otra manera de recordar que
no estás sol@ y de que siempre estás apoyad@ por al amor de Dios.
Eso me recuerda la lección 50 del curso: “El
Amor de Dios es mi sustento: He aquí la respuesta a cualquier problema
que se te presente, hoy, mañana o a lo largo del tiempo. Crees que lo
que te sustenta en este mundo es todo menos Dios. Has depositado tu fe
en los símbolos más triviales y absurdos: en píldoras, dinero, ropa
"protectora", influencia, prestigio, caer bien, estar "bien" relacionado
y en una lista interminable de cosas huecas y sin fundamento a las que
dotas de poderes mágicos… Todas esas cosas son tus sustitutos del Amor
de Dios. Todas esas cosas se atesoran para asegurar la identificación
con el cuerpo. Son himnos de alabanza al ego. No deposites tu fe en lo
que no tiene valor. No te sustentará.” W-pI.50.1:1-3…2:1-5
Por
lo tanto, no nos juzguemos por sentirnos atraídos a las ilusiones, sino
que tomemos consciencia para así permitir que el Espíritu Santo a
través de Su percepción nos enseñe a vivir el sueño feliz, donde ya las
ilusiones no nos distraen de la verdad, y por consiguiente podemos
disfrutar de ellas sin apego, sin especialísimo, sin miedo hasta que sea
el momento de dejar aun lado este sueño y recordar que Dios solo quiere
darnos todo! ¿Pues que padre no querría darle a su hijo lo mejor de
todo lo que tiene?