Pregunta: "¿Por qué tengo tanta angustia de seguir con el curso d milagros? Hoy fue la lección 25 pero estuve a punto de arrojar el libro sé que es miedo y no quiero éso quiero seguir quiero paz?"
Comentario: El problema es que dices que quieres la paz pero no quieres dejar las ilusiones. Ese conflicto es muy común en estudiantes del curso pues el curso esta derrumbando nuestro sistema de creencias que dice no solo de que este mundo no es nuestra “realidad” sino que tampoco es nuestra fuente.
Y como tanto nos adherimos a creer que este mundo tiene algo de valor que ofrecernos, mientras que simultáneamente es la razón por la que sentimos miedo, pues por un lado queremos soltar el mundo mientras que por el otro lado tenemos miedo de dejarlo a un lado.
Otra manera de decirlo seria, por un lado queremos soltar el miedo (separación) mientras que por el otro lado tenemos miedo a soltarlo. ¿Ves la trampa?
Porque si soltamos el miedo tenemos que soltar nuestro sentido de victimismo, y eso aunque parezca muy ilógico no queremos soltar la identidad que hemos forjado sobre nosotros mismo. Una persona que se siente como víctima no quiere soltar su identidad por miedo a ser verdaderamente feliz.
Es como si el gusano que está cansado de sentirse atrapado y lento pero se cree tanto que ser gusano es su realidad que le aterrorizaría dejar de ser un gusano aun cuando esa es la razón por la cual se mueve lento y se siente atrapado.
Sin embargo, ¿que sucedería si en algún momento el gusano estuviese arto de ser lento y de sentirse atrapado y se abriese a dejar a un lado su identidad como gusano? Descubriría algo muy impresionante, que su realidad es que es una mariposa. Y por consiguiente puede volar y es libre!
Permíteme utilizar un ejemplo mundano. Conocí una persona casada con hijos y sin embargo su pareja no quiere ya estar con ella, se va de viajes solo, tiene otras mujeres, etc., no obstante ella se queda en esa relación. Cuando su familia trata de hablarle para que suelte esa relación ella simplemente se pone a llorar y no quiere oír.
Es eso lo que sucede con Un Curso de Milagros. No queremos oír al Espíritu Santo que con tanto amor nos quiere sacar de nuestra miseria. Y no queremos dejar a un lado esa miseria por que és lo que conocemos y por ende estamos tan identificados con ella.
Pues este proceso va paso a paso. Digamos que esa persona que conocí, aunque llena de miedo decidiese empezar a poco a poco escuchar a una persona que amorosamente le ayudase a cambiar de mentalidad, en su debido tiempo estuviese en la posición de poder dejar a un lado esa relación.
Por lo tanto simplemente se nos pide que hagamos las lecciones, que las apliquemos de la mejor manera que podamos sin juzgarlas, y que confiemos en el proceso. Es por eso que el libro de ejercicios del curso en su introducción nos dice: “Recuerda solamente esto: no tienes que creer en las ideas, no tienes que aceptarlas y ni siquiera tienes que recibirlas con agrado. Puede que hasta te opongas vehementemente a algunas de ellas. Nada de eso importa, ni disminuye su eficacia. Pero no hagas excepciones al aplicar las ideas expuestas en el libro de ejercicios. Sean cuales sean tus reacciones hacia ellas, úsalas. No se requiere nada más.” W-pI.In.9:1-5
Así que lo que experimentas es resistencia y no te juzgues por sentir miedo o lo que sea. Lo que no quieres es permitir que tu sentir se convierta en tu maestro. En otras palabras, la gente se cree que lo que siente es verdad.
No, lo que sientes no es verdad, es solo eso, un sentir crudo carente de significado. Te habla de lo tú crees es “verdad” para ti, pero eso también es parte del mundo de las ilusiones. Y lo que crees que es verdad para ti a raíz de ese sentir, no es la historia que la mente intente hacer para justificar se sentir, sino que mas bien corrobora en la mente la creencia de que eres un cuerpo. Eso és lo que el sentir te hace creer. Lo que el sentir signifique para ti es solo una distracción y nada mas.
Así que si sientes que quieres tirar el libro contra el piso, pues lo tiras, lloras un ratito, y luego retomas las lecciones. ¿Tu crees que yo no tire mi libro contra el piso par de veces? jejeje!