En
una meditación me llegó una imagen de una persona con la cual he
sentido alguno conflicto interno y observé lo que sentía. En ese momento
algo sucedió. La siguiente oración salió de mi, y fue como que si un
cambio inmediato tuvo lugar a través el cual el sentimiento de malestar
(culpa interna proyectada) que sentí hacia esa persona desapareció
mientras que sentí una paz y un amor que no podría describir. Y esto no
es algo que yo no sabia pues he hablado de esto en muchas ocaciones, sin
embargo fue como que algo se integró. El ejercicio fue el siguiente:
Según veo la imagen de esa persona, estas palabra surgieron, “me perdono a mi por haberme juzgado a través de ti.”
Todos
sabemos que no hay necesidad de, ni perdonarme ni de perdonar a nadie,
aunque esa es la palabra que se utiliza para simplemente darle un nombre
al proceso de sanar la culpa inconsciente.
Pero a lo que voy es,
cada vez que reconozco que es a MI al que me perdono, se me es mas
fácil estar abierto a reconocer la inocencia en mi hermano, pues una vez
mas, es MI mente la que se está sanando.
Por lo tanto, la
pregunta que aunque se puede hacer de muchas maneras sigue siendo la
misma no importa la forma que tome es, ¿Me quiero sanar o me quiero
culpar? ¿Me quiero atacar o me quiero perdonar? ¿Me quiero liberar o me
quiero aprisionar? ¿Me quiero salvar o me quiero asesinar? La
contestación, aunque aparente ser obvia, mientras yo siga juzgando algún
hermano lo que quiero para MI es la muerte.
Porque a final de cuentas, “El
secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está
haciendo todo esto a sí mismo. No importa cuál sea la forma del ataque,
eso sigue siendo verdad. No importa quién desempeñe el papel de enemigo y
quién el de agresor, eso sigue siendo verdad. No importa cuál parezca
ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso sigue
siendo verdad. Pues no reaccionarías en absoluto ante las figuras de un
sueño si supieses que eres tú el que lo está soñando. No importa cuán
odiosas y cuán depravadas sean, no podrían tener efectos sobre ti a no ser que no te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio sueño." T-27.VIII.10:1-6
Y
el deseo de sanacion es un deseo de unirte a tu hermano, no separarte o
deshacerte de él. Es por eso que el proceso puede aparentar ser tan
difícil, pues la mente llena de miedo, de resentimiento, de ira, de
rabia, de sufrimiento, de culpa, de victimismo, etc., etc., etc.
argumentaría “¿como es posible que me puede unir a ese criminal que
mato a mi hijo, o a ese ladrón que fue mi socio y tanto confíe en él que
me robo el dinero de mi empresa, o a esa pareja que le di todo, mi
vida, tiempo, mi confianza y me engaño con otro y me dejó, o ese
conductor borracho que fue el que me dejó en el hospital y ahora no
puedo caminar, o ese gobierno que le quito todo a mi familia y ahora
estamos en la calle…?” y así sucesivamente.
Pues compara
esos ejemplos con quizás un amigo que solamente hablo mal de ti, o una
mama que simplemente no te dejaba jugar con alguna persona, o un vecino
que se quejó porque tu música estaba muy alta, o simplemente que tu hijo
no hizo su tarea, o no lavó el coche como te prometio, y te darás
cuenta que la “energía” que se siente con los ejemplos mas tiránicos a
estos mas “dóciles” que acabo de compartir ES LA MISMA!
Porque
no importa la magnitud o cuan diminuto sea el “pecado” sigue siendo una
proyección mental que el sistema de pensamientos del ego utiliza para
hacernos creer que estamos separados los unos a los otros, que vivimos
en un mundo de separación, que las cosas me suceden a mi. Sin darme
cuenta de que, "Si algo te puede herir, lo que estás viendo es una representación de tus deseos secretos." T-31.V.15:8 Otra manera de decirlo seria, "Cuando crees que estás proyectando lo que no deseas, es porque todavía lo deseas." T-12.VII.7:6
Y
todas esas experiencias, proyecciones, llámelo como quieres,
simplemente corrobora el sistema de pensamientos del ego que dice que la
separación de Dios ocurrió y que el mundo que veo es real tal como yo
me percibo como real. Y eso es lo que el Espíritu Santo corrige, la
creencia en la separación, no sucesos específicos de la proyección.
Por eso es que “No
hay grados de dificultad en los milagros. No hay ninguno que sea más
"difícil" o más "grande" que otro. Todos son iguales. Todas las
expresiones de amor son máximas.,” T-1.I.1:1-4 Porque el milagro es el mismo, recordar Quien Soy! Es un cambio de mentalidad!
Así
que una vez más, cuando la imagen de alguien llega a la mente y me
siento herido o victimizado, primero que nada permito sentir lo que esté
sintiendo sin juzgar ni justificar el sentimiento. Que es en esa dirección que apuntan las siguientes palabras del Curso: “Cuando
de alguna manera tu paz se vea amenazada o perturbada, afirma lo
siguiente: No conozco el significado de nada, incluido esto. No sé, por
lo tanto, cómo responder a ello. No me valdré de lo que he aprendido en
el pasado para que me sirva de guía ahora." T-14.XI.6:6-9
Me doy un espacio para sentir un momento de, digamos apertura en mi corazón y compasión hacia MI mismo y repito: “me perdono a mi por haberme juzgado a través de ti.”
Porque recordemos que: “…crees que la razón por la que tienes algo contra tu hermano es por lo que él te hizo a ti. Mas por lo que realmente lo culpas es por lo que tú le hiciste a él.
No le guardas rencor por su pasado sino por el tuyo. Y no tienes fe en
él debido a lo que tú fuiste. Tú eres, sin embargo, tan inocente de ello
como lo es él.“ T-17.VII.8:1-5
De esa manera, según la
compasión crece en mi, hacia mi, la puedo entonces percibir y
compartirla con mi hermano que es igual a mi, y así puedo recordar que
nadie hace nada por maldad sino que por miedo. Que es el mismo miedo que TODOS compartimos al creernos separados de Dios.
Según
el miedo ahora se erradica de MI mente, no puedo sino que percibir el
amor en MI y por consiguiente en cada uno de mis hermanos, independientemente de su comportamiento, pues ya eso no me distrae de lo único que es verdad, el amor de Dios en mi.
Esto me ayuda a traer la atención a la causa (interna) y dejar de prestar atención al efecto (proyección “externa”).
Un
punto final a esta nota. Esta oración no es una varita mágica para
erradicar la culpa inconsciente. En otras palabras, las palabras
contenidas en la oración son completamente huecas y como todo en el
mundo carecen de significado. Por lo tanto el decirlas no sirve de nada.
Ahora, si mi intención HONESTA
es la de querer sanar MI mente, lo que le da fuerza a esas palabras, o
cualquiera que sean las palabrea que empleemos será la intención detrás
de ellas. Y con la intención verdadera, no hay ni siguiera necesidad de palabras.
Por algo se nos recuerda: "Deseo la paz de Dios: Decir estas palabras no es nada. Pero decirlas de corazón lo es todo. Si
pudieras decirlas de corazón, aunque sólo fuera por un instante, jamás
volverías a sentir pesar alguno, en ningún lugar o momento." W-pI.185.1:1-3
Para
mi esa oración me llegó, y lo que sentí en ese momento fue tan bonito
que solo la comparto. Si te apoya o te sirve bien, y si no, pues según
tu mente se va abriendo a una sanacion verdadera, te llegarán a ti las
palabras, o lo que sea que te apoye en tu proceso.