“Amor”
es una de esas palabras que desearía no se utilice en la
espiritualidad. Usamos la palabra de dos maneras, cuando se habla de
amor humano y sólo una de ellas describe la experiencia del Amor
Verdadero. Esto conduce a confusión ya que las dos ideas se combinan y
por consiguiente se confunden.
Como seres humanos, cuando decimos "Te amo", queremos decir "Me
gustas mucho", “Te disfruto”, "Me gusta estar contigo", "Me gusta cómo
me siento conmigo mismo cuando estoy contigo", "me gusta el papel que
juego en nuestra relación "," Estoy agradecido por el papel que juegas
en nuestra relación" y/o "estoy obligado a ti debido a una conexión familiar". En estos contextos "Te amo" en realidad significa "Estoy apegado a ti de alguna manera".
Sentimos
apego-amor sólo cuando amamos a los demás, no cuando otros nos aman.
Cuando otros sienten apego-amor hacia nosotros lo que experimentamos es
un espacio seguro para ser nosotros mismos. El apego-amor de otros hacia
nosotros nos brinda apoyo emocional y práctico para nuestras vidas en
el mundo. Pero la experiencia de apego-amor de otros hacia nosotros no
los deja a ellos y luego se transfiere a nosotros. Si no nos valoramos a
nosotros mismos, su demostración de apego-amor hacia nosotros no tiene
ningún significado para nosotros.
La experiencia de apego-amor es
valioso para la preservación de la raza humana y para preservar y
mejorar las vidas humanas individuales. Pero la experiencia no te hace
sentir completo. Y "totalidad" (sentirse completo) es el otro
significado que tenemos para el "amor".
Cuando hablamos de Amor
Verdadero - "amor" espiritual, o "Amor de Dios" - lo que queremos decir
es que ese amor es una experiencia de plenitud. Es una experiencia de
completa abundancia en lugar de una de carencia. Y esto es lo que
realmente buscamos en nuestras relaciones con los demás. Esto es lo que
esperamos encontrar en nuestro amor por los demás o en su amor por
nosotros. Y el apego-amor humano no proporciona ese estado de completa
abundancia, de completa llenura. Es inherentemente limitado.
El
apego-amor humano siempre se dirige hacia alguien o algo. El Verdadero
Amor, como una experiencia de plenitud, no está dirigido hacia nadie ni
nada. Es una experiencia interna que llevas contigo. Así que puedes
entender la confusión que hay con las directivas espirituales como: "Ama a tu prójimo como a ti mismo."
Desde
un punto de vista humano se cree que esto significa que te tienen que
gustar todos! Y esto por supuesto no es posible por lo cual terminas
sintiéndose como un fracaso.
Pero si entiendes que
"el amor" en este contexto significa "totalidad”, entender que amar a
tu prójimo como a ti mismo es venir desde tu conciencia de plenitud en
la Verdad cuando te relacionas con ellos. Y reconocer que no importa
cómo aparenten ser o lo que aparenten pensar, ellos también comparten la
plenitud (totalidad) de la Verdad en tu mente. Mantienes en tu mente la
consciencia de que la Verdad es lo único que es Real,
independientemente de las apariencias.
En tu conciencia del Amor
Verdadero no diriges el amor sólo hacia ciertos otros. Vienes desde tu
conciencia de plenitud según te relacionas con todos, independientemente
de que si son cercanos a ti o desconocidos; si te gustan o no. Todavía
sientes apego a las personas cercanas a ti simplemente por la
familiaridad. Y tu personalidad disfrutará algunas personas más que a
otras. Pero no le pides a nadie que ta haga sentir completo. Acepta a
los demás tal y como son. Y estás dispuesto a dejarlos ir en caso de que
fuese necesario.
Cuando te encuentras deseando sentirte completo
en Dios entonces no estás buscando apego-amor humano. Estás buscando el
amor verdadero (abundante, pleno) que es tu Verdadero Ser. Y sólo lo
puedes encontrar en tu interior. Tu conciencia de que ya lo tienes
dentro de ti se va desarrollando cada vez que eliges venir desde esa
conciencia cuando te relacionas con los demás.
Esta es la práctica de "lo que das recibes" o "lo que enseñas aprendes”
que Un Curso de Milagros enfatiza. Sólo te puedes dar a ti mismo. Y
sólo te puedes enseñar a ti mismo. Te das a ti mismo y te enseñas que la
carencia es real cuando eliges buscar la plenitud en donde no la vas a
encontrar.
Sin embargo te das a ti mismo y te
enseñas que eres abundante, pleno, cuando vienes desde tu conciencia de
abundancia y plenitud (Verdadero Amor) dentro de ti según interactúas
con el mundo.
Para información adicional sobre Liz
Cronkhite y su trabajo con Un Curso de Milagros o para alguna consulta
personas vistas su página web: www.ACIMMentor.com (Liz solo habla Inglés).