Se
reconoce que por lo general se hacen resoluciones para cada nuevo año
como representación de un cambio. Y ese cambio queremos que sea para
algún tipo de mejoría. Sin embargo, ¿cuantas veces se hacen esas
resoluciones y no duran? O si se hacen se siente como que ha sido un
gran sacrificio y por consiguiente tarde o temprano se dejarán aun lado.
No duran porque el contenido siempre es el mismo, miedo. El miedo es lo
que motiva a formular resoluciones ya que el miedo es la base de la
creencia en la separación, de la creencia en la carencia, de la creencia
en la imperfección.
Si se reconoce que lo que realmente somos es
abundancia, amor, perfección, no habría nada que cambiar y por
consiguiente no habría ningún tipo de resolución que hacer. Cuando se me
recuerda a través del Curso: "...el poder de decisión no radica en
elegir entre diferentes formas de lo que aún sigue siendo la misma
ilusión y el mismo error,” (T-31.IV.8:3) lo que se me quiere decir
es que el poder de elegir no estriba en qué és lo que haga en el mundo
ni lo que quiera obtener en el mundo sino que más bien qué maestro voy a
elegir en mi mente (ego o Espíritu Santo) mientras haga lo que sea que
me encuentre haciendo en el mundo.
Por lo tanto el cambio no es
entre ilusiones sino que mas bien entre maestros. Es un cambio de
mentalidad. Por consiguiente las resoluciones que se hagan a principios
de cada “nuevo” año son completamente irrelevantes si es con el ego con
quien se están haciendo.
¿Y cómo sabe uno qué es el ego el que se
está eligiendo cuando se hacen resoluciones para el año entrante?
Porque tienen que ver con algún cambio en el mundo, en la forma física,
como bajar de peso para lucir mas “atractivo”, obtener mas dinero pare
sentirme “abundante”, atraer una pareja pare sentirme “amado”, adquirir
un nuevo coche o casa o algo material para sentir que “valgo”, viajar
por el mundo para sentirme “libre”, poder tener para proveerle a mis
seres queridos ya que eso me da una sensación de “poder” o de que soy la
“fuente”, etc.
Y la creencia superficial es que si ese cambio
tiene lugar entonces voy a ser feliz. Pero la creencia subyacente a todo
eso es la creencia de que soy un individuo separado de Dios, separado
de todo, y esa carencia que se la proyecto al mundo es la que ahora
quiero “corregir” a raíz de obteniendo lo que sea que creo me falta.
Antes
de continuar quiero decir que no estoy insinuando de que haya algo
intrínsecamente “malo” en desear esos cambios, sino que tomar
consciencia de que esos cambios no solo no son la fuente de la verdadera
felicidad, porque la verdadera felicidad simplemente És, sino que
refuerzan inconscientemente esa creencia subyacente de que estoy
separado de mi Fuente olvidándome que Soy la Fuente.
Es por eso que se nos recuerda; "Busca primero el renio de Dios y Su justicia, y todo se te dará por añadidura," [Matthew 6:33] Sin embargo, el Curso la lleva un poco mas allá cuando nos recuerda, "En
vez de "Busca primero el Reino de los Cielos" di: 'Que tu voluntad sea
antes que nada alcanzar el Reino de los Cielos' y habrás dicho: 'Sé lo
que soy y acepto mi herencia'." T-3.VI.6:8 Pues tú eres el Reino.
Habiendo
dicho eso no obstante, esos cambios externos pueden ser de gran
utilidad si uno los utiliza conscientemente para sanar, para aprender
que no son la fuente de felicidad y por consiguiente no dejarse uno
distraer.
Me explico: Una persona que conocí muy adinerada dijo, “Me he dado cuenta que lo que me enseño el dinero es que no es importante. Pero tuve que hacer dinero para aprender eso.”
Por
lo tanto una persona que nunca lo ha tenido y que de verdad cree que
necesita algo del mundo para ser feliz le va a ser muy difícil aceptar
ese entendimiento y por consiguiente tiene que ir en busca de todo lo
que cree que le hace falta y que cree que le va a hacer “feliz” para
entonces poder soltarlo y emprender el camino de regreso a la Verdad.
Así
que una vez mas, aquí no se está haciendo hincapié en que se deje a un
lado las resoluciones sino que se empiece a traer consciencia a todo lo
que se hace para no continuarse uno distrayendo mas de lo que ya está. Y
empezar a poco a poco girar en camino hacia la verdadera libertad y no
continuar dirigiéndose hacia la prisión de las ilusiones lo cual es
simplemente un callejón sin salidas.
¿Cómo entonces puede uno
asegurarse que está eligiendo al Espíritu Santo como su Maestro? Cuando
se elige la paz sobre todas las cosas, cuando la paz es lo único que de
verdad me importa.
Una vez que eso es lo que de corazón elijo, la
paz de Dios, ya las resoluciones son innecesarias pues las mismas dejan
de ser distracciones y me encuentro ahora en camino en dirección a
Casa, en dirección al reconocimiento de que soy Amor y no escasez, en
dirección hacia la Verdad.
Por lo tanto mi "resolución" por así
decirlo, para este año y por siempre es muy simple, que la paz de Dios
sea lo más importante en mi vida. Que lo que sea que haga lo haga desde
la paz, y por consiguiente confiar en que lo que será será. Y lo que se
haga en cada momento surgirá desde la inspiración de la presencia, no de
la desesperación del miedo. Esa es la confianza plena.
El elegir
la paz me conlleva a esa confianza, ¿por qué? Porque sí continúo
desarrollando la confianza en la Vida, la Vida misma constantemente me
va demostrando lo mucho que Me ama, lo mucho que me apoya, lo mucho que
me recuerda que no estoy solo, y sobre todo, que no me hace falta nada.
El nombre que se le da a esa tipo de apoyo es, añadiduras.
Y
mientras más me demuestra la Vida lo mucho que me ama, se despierta el
recuerdo de que yo soy quien me amó hasta, que finalmente tome completa
conciencia de que Soy la Vida, y por lo tanto, una vez mas, lo tengo
todo! Y al que no le falta nada, al que lo tiene todo, ¿que posible
resolución necesitaría? Ninguna!
Ahora es simplemente cuestión de
disfrutar cada experiencia desde la inocencia sin ningún tipo de
expectativas, confiando en la perfección de cada momento, aceptando cada
regalo sin juzgarlo ni como malo ni como bueno, para así no permitirme
distraer de lo que realmente Soy.
Cuando la atención está
“fuera”, en eso que creo necesita ser “cambiado” estoy dejando a un lado
mi poder de verdaderamente elegir. Si de lo contrario utilizo mi poder
de elegir para retornar la atención al interior, en ese cambio de
mentalidad se experimenta la verdadera libertad, libre de limitaciones,
libre de distracciones, y por consiguiente, recuerdo que simplemente
Soy!
¿Y que es lo que Soy? Palabras no lo pueden describir ni
explicar. Pero Eso que Soy es todo lo que Es. Es paz, Es dicha, Es
comprensión, Es abundancia, Es plenitud, Es alegría, Es apoyo, Es
compasión, Es entendimiento, en fin, todas esas palabras apuntan hacia
lo mismo, Amor!
Por la tanto, la pregunta es, ¿que es lo que de
verdad deseo? Si es paz voy por buen camino. Si es algo del mundo, tengo
entonces que recordar lo siguiente: "Cualquier cosa en este mundo
que creas que es buena o valiosa, o que vale la pena luchar por ella te
puede hacer daño y lo hará." T-26.VI.1:1 Debido a que lo único que
se desea es lo que se valora, y me hará daño porque en este mundo nada
es permanente, todo cambia, todo muere.
Otra es: "Cada cosa que valoras aquí no es sino una cadena que te ata al mundo; y ése es su único propósito.“
W-pI.128.2:1 Y la atadura al mundo es el velo que no me permite ver lo
que realmente esta ahí, libre de apariencias, libre de ilusiones, libre
de distracciones, lo que una ves más las palabras no pueden ni definir
ni describir.
Teniendo ahora mi resolución clara, ahora es ver
todos los obstáculos que salen a la superficie para distraerme de la
Verdad de manera que pueda invitar a un Nuevo Maestro (Espíritu Santo) y
apoyarme en sanar el miedo que no me permite recordar que soy Amor.