Aunque lo que voy compartir sea una experiencia que mas bien aplica al
mundo de las formas, siento que podría ser de gran interés. ¡Que la
disfruten!
Tuve una experiencia de humillada impresionante. Mi
muy querida amiga de Monterrey, México Rosy Cortes me invitó a subir
caminando, no escalando pues yo no soy muy fanático de las alturas, con
su grupo de montañeros una montaña conocida como Las Nieves en Arteaga
Coahuila en las afueras de Monterrey. Empezamos a 1,900 metros de altura
hasta la cima de 3,400.
Soy una persona que se considera que
tiene una buena condición física. Corro casi a diario un promedio de 40 a
50 minutos, aunque no he estado corriendo mucho en Monterrey por la
temperatura tan fría. En Puerto Rico ademas de correr a diario disfruté
un día correr desde la puerta del Castillo San Felipe del Morro hasta
Coral Beach Towers en Isla Verde donde usualmente me quedo cuando visito
mi país, la cual duró una hora y 10 minutos.
Según íbamos en
camino hacia la montaña, en mi mente, sin decirle a nadie, mi actitud
era, “bueno, yo hice el Camino de Santiago que fueron 775 kilómetros
caminando con mi mochila por un período de 29 días, corro a diario, por
consiguiente no creo que tenga ningún problema haciendo esta caminata
Empezamos
a subir la montaña con nuestro equipo, y llegamos a una primera parada
como a una tercera parte de la subida, y la trayectoria no era tan
inclinada durante ese tramo. Descansamos un rato antes de empezar la
parte inclinada desde aproximadamente 2,100 metros hasta la cima. Casi
llegando a la mitad de la trayectoria, o inclusive antes, empecé a
perder energía hasta el punto que tuve que parar y recuperar. Desde ese
momento yo creí honestamente que lo iba a lograr. Tomaba 10 o 20 pasos, y
tenia que parar. A veces necesitaba sentarme y respirar profundamente
con los ojos cerrados para recuperar y bajar el ritmo cardiaco, lo cual
subía en cuestión de mis próximos 5 o 6 pasos cuesta arriba. Mas sentía
que no tenia energía absoluta.
Hubieron momentos que yo pensaba,
“Señor, si este es mi día, acepto tu Voluntad.” No es que pensé que
nada fuese a suceder, pero el ritmo de mi corazón tan acelerado, mas la
temperatura de uno 5 a 10 grados en la montaña, mas no tener
prácticamente nada de energía, no sabia cuanto mas iba yo a poder
continuar. Uno de los montañeros me explicó que ellos han tenido
personas que hacen maratones, incluso ultra maratones, que se les ha
hecho muy difícil una subida como esta. Hasta hay quienes, aun con una
buena condición física como corredores o ciclistas, o no han podido
subir la montaña, o se han mareado, vomitado, o perdido su condición.
Una
de las razones, basado en mi experiencia como corredor, es que cuando
uno corre, por lo menos no a nivel competitivo, se adhiere a un ritmo, a
un paso que no le exige mucho esfuerzo sino que mas bien condición.
Pero subir una montaña, y mas una como esta que es todo cuesta arriba,
es un esfuerzo constante de empuje. Si quieres hacer la prueba, ve a un
gimnasio y súbete a la maquina de correr y te darás cuenta de que puedes
correr por un período largo de tiempo a un ritmo constante y plano. Sin
embargo, sube el nivel de inclinación de la maquina y te darás cuenta
que ahí estás acelerando el ritmo cardiaco y el tiempo que durarás
corriendo con ese inclinación se reducirá considerablemente.
Ese
mismo montañero me contó que la primera vez que el subió esa montaña,
que el tenia que tomar 20 pasos y parar, y así sucesivamente. También me
dijeron que tenia que tomar en consideración que una vez empiezas a
topar los 3000 metros de altura, debido a la densidad del aire no tienes
la misma cantidad de oxigeno que al nivel del mar.
A esas
alturas es cuando se experimenta la hiperventilación, hay quienes
experimentan náuseas, mareos, perdida de consciencia y completa falta de
energía. Yo experimenté mas bien una falta de energía completa. Luego
voy a compartir una de las posibles razones por la perdida de energía.
Mi amiga Rosy, no obstante, subía esa montaña como si fuese una gacela,
como si nada le afectara, y se quedó todo el tiempo conmigo,
pacientemente esperando mientras me recuperaba. El resto del grupo se
adelantó hasta que los perdimos de vista, pero no había peligro pues
ella se conoce esa montaña, la ha subido tres veces, mas había otro
grupo detrás de nosotros en camino.
Con el apoyo de Rosy, me acordé siempre de dos de mis lecciones del
Camino de Santiago. Y para las personas que no han leído mis reflexiones
sobre el Camino de Santiago las pueden leer en mi blog a través del
siguiente enlace: http://theradicalkid.blogspot.com/2014/10/reflexiones-sobre-el-camino-de-santiago.html
Primera
lección, la cima es donde sea que esté. Por lo tanto, no tengo que
preocuparme si llego a la cima o no, pues no hay nada que probar, no hay
cima que alcanzar. Esa lección es muy importante porque por esa razón
muchas personas se llenan de estrés, se enferman tratando de alcanzar
metas, luchando toda su vida, mas también es la razón por la cual muchas
personas se sienten fracasados porque creen que si no alcanzan alguna
meta se devalúan, se sienten buenos para nada, su auto estima baja.
Y
segunda lección, que a Santiago se llega paso a paso. Eso me recordó
cuando hice el Camino de Santiago, y me dio una tendinitis en el tobillo
izquierdo faltando casi 23 días de camino, que no tenia que preocuparme
por llegar a Santiago sino que mas bien continuar caminando mientras el
tobillo se sienta bien. Por consiguiente continúe caminando hasta que
llegué a Santiago de Compostela, sin ninguna dolor en el tobillo ni
estrés.
Pues sin preocuparme por si llegaré a la cima o no,
simplemente continué paso a paso, descansando todo el tiempo que fuese
necesario, y paso a paso, pacientemente caminando, a la cima terminé
llegando!
Bueno, esas cuatro o cinco horas de camino hacia la
cima no es el final. Eso es la mitad del camino pues ahora hay que
bajarlo. Aunque en la cima descansamos, comimos y nos recuperamos, ahora
viene la bajada. Que de hecho, por lo general todos los accidentes de
montañismo suceden en la bajada pues si el terreno es pedregoso, como lo
era este, uno muy fácilmente resbala. Yo resbalé aproximadamente cinco
veces, gracias a Dios no me lastimé, bueno me lastime un poco pero nada
serio.
El problema con las bajadas también, y sobre todo cuando
tiene uno la mochila, es que se está haciendo un esfuerzo muy grande
sobre las rodillas. Ahí es donde lesiones de rodillas y tobillos son mas
frecuentes. También se puede uno lesionar la espalda. A lo que voy es,
con la bajada no tuve problemas de condición física, pero si mis piernas
llegaban a un punto que no podían sostener. Algunos de esos resbalones
eran que las piernas estaban cediendo. Y el problema con la bajada es
que ahí no hay opción. Si vas subiendo y quieres parar, solo tienes que
bajar esa parte que subiste.
Pero si haces la trayectoria
completa de casi 4 o 4 horas y media subiendo, por mas que las piernas
no te den, tienes que continuar. De lo contrario nos caía la noche, que
por cierto, empezamos a subir la montaña como a las nueve de la mañana, y
llegamos a donde el coche estaba estacionado a las 6:40, ya
anocheciendo. Unos 10 o 20 minutos de retraso y estaríamos en el sendero
oscuro en camino de regreso.
Vamos ahora a tocar la parte de
salud y condición física para que vean que yo en realidad no estaba en
condición para hacer ese camino y por ignorancia de mi parte se pudieron
haber experimentado consecuencias desastrosas. Para las personas que me
conocen y saben que practico las enseñanzas de lo que es Un Curso de
Milagros sabemos que no existe eso de que “pudieron haber sucedido…”
pues si se supone que sucediese algo hubiese sucedido.
Pero sí
significa que si no se aprende la lección, entonces en una próxima
experiencia podrían haber consecuencias, pues aunque nuestra realidad es
que somos Espíritu y no cuerpos, y por consiguiente se podría decir que
no necesitamos nada, nuestra experiencia mundana nos dice que si somos
cuerpos y por eso es que nos alimentamos.
Quizás un ser avanzado
no necesita comer y puede caminar por el resto de la eternidad y subir
montañas sin cansancio, pero por ahora, esa no es mi experiencia. Por
algo el Curso me recuerda: “El cuerpo es sencillamente parte de tu
experiencia en el mundo físico. Se puede exagerar el valor de sus
capacidades y con frecuencia se hace. Sin embargo, es casi imposible
negar su existencia en este mundo. Los que lo hacen se dedican a una
forma de negación particularmente inútil.” T-V.3:8-11
Así que
miremos parte de lo que se podría decir que aconteció conmigo. Primero
que nada yo no tengo una alimentación muy llena de calorías debido que
soy perezoso para cocinar y me hago muchos licuados porque son mas
fáciles de hacer. No suelo comer suficiente proteína, y mi consumo de
calorías diaria no creo que sea lo suficiente. Uno de los montañeros es
medico y su hermano que es experto en nutrición deportiva me informaron
que en esa subida y bajada se queman por lo menos unas 3,100 calorías.
Yo no creo ni haber tenido tantas calorías para quemar.
Otro de
los montañeros me comentó que cuando el cuerpo no puede, o no tiene
reservas para utilizar empieza como quien dice a comerse su propia
proteína, y por eso quizás las piernas por ejemplo empezaban a ceder.
Así que si en un futuro decido hacer otra excursión como esa, primero
que nada me debo asegura que por lo menos tres o cuatro días antes, que
coma mucho, que llene mi cuerpo de calorías. También que coma por lo
menos cada dos o tres horas cantidades pequeñas, y durante el camino que
también me lleve barras para comer. Quizás un montañero que tiene su
cuerpo acostumbrado a ese tipo de ejercicio y que tiene una buena
alimentación no necesita comer nada durante el ascenso, pues Rosi ni sus
amistades montañeras necesitaban comer durante el camino, aunque en la
primera parada si algunos comieron algo. De hecho, Rosi tenia bananas y
algunas barras nutritivas y yo me comí una banana. Pero la verdad es que
los días anteriores no había comido lo suficiente.
En fin,
llegué a la montaña con la actitud de un león y salí de ella como un
perro con el rabo entre las patas. Mi gran respeto a todos los
montañero, mi gran admiración y gratitud a Rosy por su coraje, por su
paciencia, por su gran amistad y amor, y creo que aprendi mi lección.
Voy a empezar a comer mas a menudo, o quizás mejor voy a poner el
siguiente anuncio en las redes sociales:
SE BUSCA, mujer que
disfrute la cocina para casarse con Nick Arandes, no porque el esté
enamorado sino que porque quiere subir mas montañas jejeje! :o)
Las fotos de mi experiencia en la montaña las pueden ver en mi pagina de Facebook. Solo tienes que visitar este enlace: http://www.facebook.com/nickarandesfanpage y hacer un “me gusta” o un “like” para ver las fotos en la pared en un álbum titulado: Humildad a 3,400 Metros de Altura.