“Tal
vez creas que juzgas a tus hermanos por los mensajes que ellos te
envían a ti, pero por lo que los juzgas es por los mensajes que tú les
envías a ellos. No les atribuyas a ellos tu propia negación de tu
alegría, o no podrás ver en ellos la chispa que te haría dichoso.” T-10.5.2:3-4
Cuando
reconozco que solo hay una sola mente, y que yo soy parte de esa mente,
y empiezo a tomar consciencia de que el mundo que veo es nada mas que
una proyección de la mente de la cual yo soy parte de, no puedo sino que
reconocer que siempre estoy en relación conmigo mismo.
Y aunque
perciba separación, ya que mis sentidos muestran que hay un “yo” y un
“otros”, si soy consciente de que solo hay Uno, todo que lo que hago o
digo tiene que tener algún efecto sobre mi, pues una vez mas, solo hay
un Uno.
Cuando juzgo a un hermano por los mensaje que creo me
está enviando a mi, en realidad se me olvida que las proyecciones
constantemente corroboran lo que yo creo de mi mismo, solo que lo
escondo y lo proyecto para pretender que son “otros” los que me hacen
sentir como víctima, como inferior, como si pudieran de alguna manera
tener alguna efecto sobre mi. Es por eso que se nos recuerda: "El secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo." T-27.VIII.10:1
Esa
negación de la felicidad que está en mi, se las atribuyo a otros, y
solo puedo ver en “ellos” el odio, el miedo, el resentimiento que more
en mí. No obstante, si soy consciente de ello, en vez de juzgar a
algún hermano por lo que yo crea estar sintiendo, puedo inmediatamente
recordar que, “nunca estoy disgustado por la razón que creo.” W-pI.5
Eso
me apoya en desenganchar la historia que la mente quiere fabricar para
justificar ese sentir. Ahora estoy abierto a la mentalidad Crística, que
me va a apoyar en recordar que Soy la Fuente, que Soy el Todo, que no
hay separación, y al recordar lo que soy ya no me dejo distraer por lo
que percibo. Entonces vivo desde el amor, donde solo percibo amor, y en
el aparente ataque de un hermano veo la petición de amor en mí.
Vivir
desde el amor no significa necesariamente que no voy a sentir todo tipo
de sentimiento, inclusive, podemos mejor sustituir la palabra amor por
unidad. Vivir desde la unida es vivir en un estado de aceptación total.
Donde no hay historias solo presencia. Y donde hay presencia sin
historias no hay sufrimiento, solo lo que es.
Este reconocimiento
no se experimenta a raíz de leer estas palabras, aunque las mismas
apunta hacia ese reconocimiento. Esta experiencia tendrá lugar a raíz de
un cambio de mentalidad muy radical. Y ese cambio de mentalidad ocurre
cuando nos damos esos espacios de quietud donde podemos tomar
consciencia de que lo que Soy es parte de la totalidad y no un fragmento
de ella.