Pregunta:
“que tal?....hace algún tiempo que vengo escuchando y viendo tus
videos, comencé con (nombre no revelado), leí el libro de Gary "La
desaparición del Universo", mas o menos te cuento esto para poder ver
que hago con todo lo que esta entrando en mi ser, recién acabo de
escuchar toda la lección 135, necesito paz en un conflicto que se me
hace muy duro, pero que intuyo que aquí hay algo con propósito, si me
pudieras orientar te lo agradecería muchísimo...
fui
católica, hace 27 años me convertí en evangélica, pero por escritos
personales, me he dado cuenta que en estos 27 años estuve en un espiral,
dando vueltas y siempre queriendo salir y no atreviéndome porque me
causa un tremendo temor...¿a que? y ahora aparece El curso de Milagros
que me dice todo lo contrario, quise huir, pero estoy mas atenta a lo
que dice y de a poco lo voy incorporando, pero deje de hacer mis tareas
como evangelista porque tome conciencia y no es que antes no me haya
dado cuenta, que era una tremenda hipócrita, enseñando a la gente lo que
yo no hacia.......y me cuesta muchísimo decir que no quiero hacer mas
estas tareas porque se como funciona el sistema de persuasivo porque yo
misma lo aplique con otras personas.
No quiero juzgar,
quiero perdonar y perdonarme por todos estos años de
mentiras.............no todo fueron malos, porque estoy muy segura que
tienen la mejor intención y creen realmente en lo que predican......pero
yo no, se me dirá que es rebeldía a Dios, y me cuesta enfrentar a las
personas, me toma mucho dolor de estomago cuando se que tengo que ir y
pongo excusas, ¿que tendré que aprender o deshacer? Gracias por
escucharme Agradecería una palabra...con afecto"
Comentario:
Antes de elaborar permíteme compartir que yo me crié en la religión
Católica Apostólica y Romana y mi abuela que vivía con nosotros luego se
convirtió a la religión evangélica. Así que estuve expuesto a las dos
religiones y lo que aprendí fue que una me enseñaba como hacer dinero
mientras que la otra me hacía sentir culpable por tener jejeje.
Pero
bueno, vamos ahora a tu pregunta. Un curso de Milagros te lleva poco a
poco a reconocer la naturaleza de tu identidad la cual es mente y no
personaje separado. El miedo a ser rechazada de alguna manera tiene que
ver con el miedo que sientes a ser rechazada por Dios y eso ahora se
proyecta en la forma de seres humanos rechazándote.
Tienes miedo a
ser juzgada, tienes miedo a que te vayan a echar un lado, de que nadie
te vaya a aceptar, que no te vayan a querer y así sucesivamente. Toda
esa falta de aceptación, ese miedo a que no te quieran, ese miedo a que
te echen a un lado son los pensamientos que tienes sobre ti misma
proyectados a un mundo y eso simplemente te distrae del trabajo del
perdón que tienes en frente. Y todo eso es basado en la creencia de que
el mundo es tu sustento, lo cual tocaré ligeramente un poco mas
adelante.
Yo también en un momento cuando estaba involucrado en
el mundo de autoayuda creí en el poder de la persuasión y como tú
también lo planteas no lo hacía con malicia sino con mis buenas
intenciones creyendo que podía “ayudar” a “otros”.
No obstante
según profundizó mi práctica de un curso de Milagros me fui dando cuenta
qué todo lo que necesito hacer es darme esos espacios de quietud para
poder conscientemente discernir entre lo falso (mundo ilusorio) y lo
verdadero (la paz que mora en mi) para recordar que el amor de Dios es
mi Fuente.
Eso me ayuda a ver el mundo desde una perspectiva más
desapegada donde mientras más siento el amor que Dios tiene hacia mi
menos me dejó distraer por lo que el mundo piense de mí debido a que al
reconocer que mi Fuente no es el mundo y que es el amor de Dios sé que
no tengo razón por la cual preocuparme ya que todo lo que necesite
proviene de el amor de Dios, no de lo que otros digan, hagan, o piensen
de mi.
Esto me recuerda la lección 50 del Curso: “El Amor de
Dios es mi sustento: He aquí la respuesta a cualquier problema que se te
presente, hoy, mañana o a lo largo del tiempo. Crees que lo que te
sustenta en este mundo es todo menos Dios. Has depositado tu fe en los
símbolos más triviales y absurdos: en píldoras, dinero, ropa
"protectora", influencia, prestigio, caer bien, estar "bien" relacionado
y en una lista interminable de cosas huecas y sin fundamento a las que
dotas de poderes mágicos… Todas esas cosas son tus sustitutos del Amor
de Dios. Todas esas cosas se atesoran para asegurar la identificación
con el cuerpo. Son himnos de alabanza al ego. No deposites tu fe en lo
que no tiene valor. No te sustentará.” W-pI.50.1:1-3…2:1-5
Esto
no quiere decir que soy completamente invulnerable a lo que otros
piensen de mi, o digan de mí, y que todo miedo se haya erradicado de mi
mente. No obstante, al estar consciente de ello lo que en un pasado
hubiera tenido un efecto, un impacto mucho más grande ahora se percibe
como algo mucho más transitorio y pasajero. Y el hecho de estar en este
mundo da testimonio de que no soy perfecto, Por lo tanto al recordar que
mi único propósito es perdonar, eso es lo que hago a diario para
continuar abriéndome al amor de Dios que mora en mí.
Ese amor que
voy sintiendo hacia mi mismo es el que me permite compartirlo con
otros, más es el que me permite tomar decisiones que sienta sean
congruentes con el amor de Dios en mi sin temer a lo que otros opinen
sobre esas decisiones. Mas recuerda, toda "decisión" es simplemente un
efecto natural del sistema de pensamientos con el que me esté
identificando en cada momento.
Por lo que veo en tu pregunta
todavía no estás identificada con el amor de Dios en ti y crees que el
mundo de una forma u otra es tu sustento. Y eso es muy entendible porque
te criaste con religiones cuyo propósito es hacerte sentir separada de
Dios creyendo que Dios es un hombre en el cielo juzgándote, observando
cada paso que tomas para castigarte, etc. ¿Quién es un sano juicio no se
sentiría culpable ni lleno de miedo si creyese toda esa historia? Y
todo eso el Curso lo va desmántelando.
También
percibo que tu mundo simplemente te está brindando la oportunidad de ver
el rechazo que tienes hacia ti misma y por consiguiente se lo proyectas
a esas imágenes que una vez más simplemente corroboran lo que sientes
sobre ti misma.
Esta no es razón para sentirte mal ni culpable
sino que la oportunidad que te brindas para observar la culpa
inconsciente escondida de manera que puedas invitar al Espíritu Santo a
corregir tu percepción y tomes conciencia del amor que está vigente en
ti; de el Amor de Dios ¡que Tu Eres!
Mientras transfieres tu
atención de el “amor” especial que buscas en el mundo o la aprobación
que buscas el mundo, a esa quietud, a esa paz, a ese amor que mora en
ti, muy naturalmente se te facilitará tomar la decisión de desvincularte
completamente de aquello que ya deje de ser útil para ti.
Lo
harás con amor, sin culpar a nadie, sino que respetando que todas esas
actitudes que las personas comparten en esos círculos son perfectas para
su proceso y sin ningún tipo de resentimiento ni malestar ves al santo
hijo de Dios en todos ellos haciendo lo que ellos sienten es el camino
para regresar a Dios, mientras tú ahora continúas por el tuyo recordando
una y otra vez lo mucho que Dios te ama, siendo consciente de que todos
tus años como católica y como evangelista fueron parte del perfecto
camino para ti a través el cual estabas encontrándote a ti misma, a
través el cual estabas encontrándote con el amor de Dios de la mejor
manera que pudiste.
Por lo tanto nada de lo que sucedió en tu
vida fue por casualidad. Simplemente agradécelo, pues es como un niño
que por un tiempo creyó que sus juguetes eran reales e importantes y
según fue madurando los fue dejando a un lado sin sentirse culpable por
haber jugado con ellos ni por el gran disfrute que experimentó a raíz de
esa experiencia.
Así que ya es tiempo de tu dejar los juguetes
con los que jugabas a un lado, los cuales sirvieron su propósito, y
encomendarte a Dios con ese amor y deseo de recordar el Amor que eres,
sin necesidad de manipular ni persuadir a nadie, sin necesidad de la
aprobación de nadie, simplemente porque estás ya preparada para ello.