Comentario: Siento escuchar la noticia de tu hermano. Simplemente te puedo recordar que lo que él es, y lo que tu eres, al igual que lo que todos somos, es el Amor de Dios. Ese amor no se extingue, ni se pierde por la mera "desaparición" de un cuerpo. Todo lo contrario, es expande y se extiende cuando se deja el cuerpo a un lado.
Tu hermano goza en este momento de la verdadera paz y felicidad, pues ya no está restringido por un cuerpo que experimenta dolor, o sufrimiento. Él está ahora unido a Su realidad, que es la misma que todos compartimos, solo que nos cuesta experimentarla debido a que creemos que lo que somos es un cuerpo, y no un Espíritu.
Esa es la razón por la cual quizás puedas experimentar dolor, pues sientes que "perdiste" un hermano ya que tu crees ser este cuerpo. Sí, la forma se puede extrañar y entiendo que eso es lo que extrañarás por un tiempo. Pero cada día que recuerdas que él es ahora la Mariposa que está destinada a ser libre, y no el gusano que creíamos que era, se te será mas fácil regocijarte en su libertad, en su paz.
Todo padre, toda madre desea una sola cosa para sus hijos. Y es que sean felices. Y cuando se nos van de la casa ya que se van a estudiar, o a hacer sus familias, los podemos extrañar porque estábamos acostumbrados a tenerlos ahí, no obstante, los dejamos ir para que ellos hagan su vida, y aunque experimentemos un poco de tristeza en esos momentos cuando se nos van, también regocijamos en alegría porque sabemos que esa independización los hace felices, y nos recuerda el día que nosotros mismo nos independizamos.
Quizás ahora tu no recuerdes lo que era estar unida a Dios en ese estado de completa paz, de completo amor, protección y felicidad, pero a medida que recuerdas eso en ti, se te es mas fácil recordarlo en el. Y por lo tanto vas a poder ver su transición, no como una perdida, sino que como una liberación para el. Y ahora podrás ser feliz por el, porque aunque en cuerpo (forma) no está aquí, en tu mente sabes que nunca se fue, nunca se podrá ir, ya que él, tal como Dios, son parte de ti. Pero mas que nada, estás feliz porque ahora sabes que él en realidad es feliz, está en paz, está liberado de todo miedo, de todo sufrimiento, de todo dolor, de toda escasez, él está ahora regocijando en Dios.
A medida que recuerdas eso de él, tu paz y tu felicidad será restaurada. Mientras tanto, no te sientas incomoda si quieres expresar lo que sientes, pues es un proceso natural de un ser humano que por un momento se le olvidó quien realmente es. No obstante, mientras sientes lo que sea que estés sintiendo, pídele al Espíritu Santo que te ayude a recuperar tu paz, y a recordarte que tu eres esa mariposa libre como lo es él. Pues lo que le estás pidiendo es que Te ayude a recordar que tu al igual que él, son Dios.
Ese recuerdo te traerá paz, y este proceso por el cual estás pasando muy rápidamente será reemplazado por la paz, el amor, y la felicidad de Dios en ti. Comparto mi paz contigo, siempre recordado que él está ahora mismo en un estado de paz, amor y regocijo que palabras no podrán explicar. Recuerda, lo que él es, está contigo y con todos ahora! Eso que se entierra, era nada mas que un disfraz que por unos años nos engañó. No te dejes engañar. Mantén tu mente en Dios.
Siempre recuerda: "¿Puedes imaginarte lo que sería un estado mental en el que no hubiese ilusiones? ¿Qué sensación te produciría? Trata de recordar algún momento -quizá un minuto, o incluso menos- en el que nada vino a perturbar tu paz; en el que te sentiste seguro de ser amado y de estar a salvo. Trata entonces de imaginarte cómo sería si ese momento se pudiera extender hasta el final del tiempo y hasta la eternidad. Luego deja que la sensación de quietud que sentiste se multiplique cien veces, y luego cien veces más. Entonces tendrás un atisbo, que no es más que un leve indicio del estado en el que tu mente descansará una vez que haya llegado la verdad. Sin ilusiones no puede haber miedo…" W-pI.107.2:1-5;3:1-2
¿No es esa una muy buena razón para regocijar de su nuevo estado mental?