¿Como Desapegarme De Una Relación Tan Maravillosa?

Pregunta: “Hola, Nick! Espero estés bien! Hace un año me separé, por iniciativa de mi ex. Nos conocimos de manera mágica, como si Dios hubiera creado una unión perfecta entre nosotros dos. Al año nos casamos y no hemos tenido hijos. Fueron dieciséis años, de los cuales estos tres últimos se tornaron complicados, pero igualmente gratos. No podemos dejar de vernos, a pesar que él hace seis meses que tiene novia. No tenemos ningún acercamiento de pareja, claro. Pero me hace mal, ni bien se va, como que mi mente se auto engaña con su presencia. Cuando lo pienso, creo que es una locura seguir viéndolo… Paso mis fines de semana encerrada, leyendo, en soledad. Empecé con Un Curso de Milagros hace tres meses, y pido que el Espíritu Santo me guíe hacia un nuevo camino, que hoy no vislumbro. Me duele el cuerpo, no logro dormir ni cuatro horas seguidas, y todas las personas nuevas que conozco, parecieran advertirme lo que atraigo con mi mente… No sé qué hacer con mi ex… Creo que dejarlo sería lo más sano, sobre todo para mi…. Me cuesta entender por qué Dios creó algo tan maravilloso, y terminar así... Cómo decir adiós, y a otra cosa, como si nunca nos hubiéramos conocido tan intensa y profundamente? Un abrazo, Nick! Y gracias por tu respuesta!”

Comentario: Empecemos por aquí, cuando dices, “Me cuesta entender por qué Dios creó algo tan maravilloso,…” Dios no creo aquí nada “maravilloso”. Esta experiencia física es la creación, o mejor dicho, la proyección del sistema de pensamientos del ego (miedo).

Por algo se nos recuerda: “El Cielo sigue siendo la única alternativa a este extraño mundo que construiste y a todas sus idiosincrasias; a sus patrones cambiantes y metas inciertas; a sus dolorosos placeres y trágicas alegrías. Dios no creó contradicciones. Aquello que niega su propia existencia y se ataca a sí mismo no es parte de Él. Dios no creó dos mentes, de las que el Cielo es el grato efecto de una, y la tierra, lo opuesto al Cielo desde cualquier punto de vista, el lamentable resultado de la otra.” W-pI.131.7:1-4 Otra sería;“El mundo que ves no tiene nada que ver con la realidad. Es tu propia obra, y no existe.” W-pI.14.4-4

No obstante, el encuentro entre tu y tu ex fue un encuentro en el cual se te brinda la oportunidad sanar. Como llevas tan poco tiempo con Un Curso de Milagros, se necesitará un tiempo para que puedas integrara lo que el curso en realidad es. El Espíritu Santo no es un “ángel” que tu le pides que te resuelva tus problemas, es mas bien la memoria en ti que constantemente te recuerda que este mundo no es tu realidad, y que tu realidad es Dios.

Una vez que recuerdas lo que tu realmente eres, entonces no te apegas a este mundo con todos sus aparentes “placeres” como el que experimentaste tu cuando conociste a tu ex, y sus aparentes “dolores” que es lo que estás sintiendo tu ahora. Lo primero que hay que hacer es recordar en que dirección el curso te está llevando para que puedas sanar esa culpa interna que es la razón por la que te apegas a este mundo.

Esa culpa interna es el miedo que le tienes a Dios. Y a raíz de ese miedo te apegas a este mundo creyendo que este mundo te pueda ofrecer algo que desees.

“El mundo que ves no te ofrece nada que puedas necesitar; nada que puedas usar en modo alguno; ni nada en absoluto que te pueda hacer feliz. Cree esto y te habrás ahorrado muchos años de miseria, incontables desengaños y esperanzas que se convierten en amargas cenizas de desesperación. Todo aquel que quiera dejar atrás al mundo y remontarse más allá de su limitado alcance y de sus mezquindades tiene que aceptar que este pensamiento es verdad. Cada cosa que valoras aquí no es sino una cadena que te ata al mundo; y ése es su único propósito.” W-pI.128.1:1-3;2:1

Obviamente si te quedas ahí te deprimes, por algo la próxima lección nos recuerda: “Más allá de este mundo hay un mundo que deseo: Este pensamiento es el que naturalmente sigue al que practicamos, ayer. No puedes detenerte en la idea de que el mundo no tiene valor, pues a menos que veas que hay algo más por lo que sentirte esperanzado, no podrás evitar caer en la depresión. No estamos haciendo hincapié en que renuncies al mundo, sino en que lo intercambies por algo mucho más satisfactorio, algo rebosante de alegría y capaz de ofrecerte paz.” W-pI.129.1:1-3

Pero esto no es algo que porque lo estoy diciendo ya lo vas a entender y aplicar. Este es un proceso a través el cual se está deshaciendo el miedo. Por lo tanto, sin tener que entrar en detalles, pues no tengo el tiempo de hacer una terapia por escrito, cuando leas el curso, te recomiendo que leas el prefacio, empezando por “¿Que postula?”

Léelo con calma para que por lo menos tengas las bases de su objetivo. El objetivo del curso no es el de resolver problemas “aquí” en este mundo sino que el ayudarte a percibirlo como lo que es, algo irreal que no tiene nada que ver con lo que tu eres. Pero eso toma tiempo, y se requiere de paciencia, confianza y fe.

Ahora, si lees el curso pero no haces los ejercicios, el curso se quedará simplemente como algo teórico.

Luego, otra práctica que el mismo curso recomienda, la cual la haces mientras haces los ejercicios, y después que hallas terminado con el libro de ejercicios es una que se hace de por vida seria:

“Quizá la única generalización que puede hacerse al respecto es la siguiente: dedica un rato lo antes posible después de despertarte a estar en silencio, y continúa durante uno o dos minutos más después de que haya comenzado a resultarte difícil. Probablemente descubrirás que la dificultad disminuye y desaparece. En caso de no ser así, ése es el momento de parar. ; Por la noche se debe seguir el mismo procedimiento. Tal vez tu período de sosiego deba ser temprano en la noche, si no te es posible hacerlo inmediatamente antes de irte a dormir. No debes hacerlo acostado. Es mejor estar sentado, en cualquier postura que prefieras.” M-16.4:7-9 ; 5:1-4

Por lo tanto, una vez mas, lee esa parte del prefacio con calma, haz los ejercicios, y práctica esos espacios de silencio para que aunque sea por unos momentos dejes de poner tu atención en tu “mundo” y permitir que un nuevo Maestro acapare tu mente.

De ahí en adelante el apoyo que tu necesites para continuar con tu jornada se te proveerá. Ese apoyo puede tener muchas formas, un buen terapeuta, un libro, un deseo de practicar algún tipo de meditación, pero esto requiere paciencia y un deseo de de corazón querer la paz de Dios. "Deseo la paz de Dios: Decir estas palabras no es nada. Pero decirlas de corazón lo es todo. Si pudieras decirlas de corazón, aunque sólo fuera por un instante, jamás volverías a sentir pesar alguno, en ningún lugar o momento." W-pI.185.1:1-3

No obstante, puedes estar tranquila por que tu mero deseo de empezar tu búsqueda indica que vas en dirección correcta. Por lo tanto, te felicito, y te deseo mucha paz!