Pregunta: “Hola
Nick. Tengo frente a mi una oportunidad grande para perdonar. Estoy sin
empleo, saliendo de una cirugía ya estoy casi recuperado pero no tengo
trabajo, las deudas en las tarjetas y sobre todo tengo la renta del
apartamento donde vivo con mis hijos y mi esposa. Nick ahora si que
estoy preocupado y no se como perdonar esto. Me siento confundido
respecto de como debo de actuar. Te pido tu ayuda y tu consejo Nick y
gracias”
Comentario: Primero que nada, según el
sistema de pensamientos del ego (miedo) estás entre la espada y la
pared, no obstante, según el sistema de pensamientos del Espíritu Santo
(Verdad) no lo estás.
Me explico. Aunque tu situación aparente
no tener salida, en realidad el único problema con el que tienes que
lidiar no es con que hacer, sino que observar que el miedo es lo que no
te permite actuar en base a tu situación.
Por lo tanto, no es tu
situación la que se tiene que corregir, sino que el miedo en tu mente, y
eso se hace a través de la aceptación, no a través del juicio que
tienes sobre tu situación.
Voy a compartir una experiencia
personal para que veas a lo que voy. Años atrás, donde no tenia ni
trabajo y me estaba quedando en casa de una mujer que me ofreció un
cuarto en su casa a cambio de que yo la apoyara con cuidar a su hijo y
algunas cosas en la casa, ya estaba habiendo un poco de problemas pues
siento que ella estaba tomando la situación como que yo era su servidor,
y honestamente algo en mi sentía que algo sospechoso estaba ocurriendo.
Bueno,
aquí voy, recuerda, no tengo dinero, no tengo a donde ir, no tengo
trabajo, y cuando vamos a la playa con su hijo, mi teléfono celular, yo
lo había dejado en la caja de juguetes del niño. Al llegar a la playa,
yo, “accidentalmente”, y observa que pongo la palabra accidentalmente
entre comillas y ya verás porque, al llegar a la playa puse los juguetes
en el agua para que el niño juegue con ellos, y ahí se fue mi teléfono.
Ahora no solo no tengo dinero, no tengo trabajo, ni siquiera
tengo teléfono para comunicarme. En vez de dejar que el miedo se acapare
de mi mente, que fue lo que originalmente empezó a suceder reconocí
que, “todas las cosas obran conjuntamente para el bien. En esto no hay excepciones, salvo a juicio del ego,” T-4.V.1:1-2
Aunque
no sabia como iba a salir de esa, confié, y esa es la palabra clave,
confié de que hay un plan que aunque yo no lo pueda ver, reconozco que
tengo que confiar en la vida. Eso no significa que me iba a quedar
sentado meditando hasta que se “arregle” la situación, pero sí que no
sacaba nada en “hacer” cosas desde el miedo y la desesperación.
Pues
llegamos a la casa, y nada surgía con relación a que hacer. Luego,
cuando voy a caminar al parque para lidiar con ese sentimiento de que
algo no estaba bien, no me preguntes porque, pero sentí la inclinación
de enviarle un correo electrónico a personas que conocía y compartirles
mi situación, y fue algo muy natural, sin sentido de culpa, fue algo
espontáneo.
En cuestión de unos minutos, recibí donaciones a
través de una pagina web que tenia por la cantidad de 300 dólares. Con
ese dinero pude adquirir otro teléfono, y aquí va la parte que no se
sentía bien. La persona con la que me estaba quedando, me pidió que
firmara un contrato donde estipulaba que para quedarme ahí tenia unos
quehaceres que hacer, que era puramente otra manera de manipular, y yo
simplemente le dije que no iba a firmar ningún contrato. Pues esa misma
noche me pidió que me fuera de la casa.
Lo interesante del caso
es que me voy de la casa, y tenia suficiente dinero para alquilar un
hotel por los próximos tres días y para comer, mas tenia teléfono. Como
ves, lo mas importante es siempre observar mi mente, y elegir la paz de
Dios, y a través de experiencias como esas sentía mas confianza en la
Vida que en lo que yo podía percibir con mis sentidos.
Es como si
la vida ya sabia todo lo que iba a ocurrir, y si el teléfono no se
hubiese extraviado, aunque tendría teléfono, no tendría dinero para
buscar un lugar esa noche y las próximas noches. Por lo tanto, no es
cuestión de que “hacer” sino que observar, soltar, y desde ahí, lo que
sea que tengas que hacer o no hacer será lo mas apropiado para ti. Mi
libro se titula Lo Que Pasa Cuando Dejas Ir por esa misma razón. Cuando
me aferro hay miedo, cuando suelto hay paz.
Ahora voy a compartir
otro ejemplo de un arquitecto que entrevisté en Monterrey, Mexico que
pasó por una situación muy difícil, donde unos socios le hicieron una
jugada injusta y como el salió de ese hoyo a través de recordar que solo
el amor de Dios es real.
Para que no tengas que ver la
entrevista completa, a menos que quieras verla, pero para efectos de
esta pregunta, adelanta el video a los 39 minutos (39:00).
Este es el enlace de YouTube: http://youtu.be/AzQnAW0_wY8
Por
lo tanto, que hacer o que no hacer en relación a tu situación no es una
contestación que yo pueda ofrecer , pero si recordarte que la única
decisión que se tiene que tomar es en la Mente, y donde puedes elegir
paz en vez de esto, mientras que hagas lo que sea que sientas que tengas
que hacer.
Solo que lo haces sin apego, sin expectativas, siempre recordando que,
"El Amor de Dios es mi sustento: He aquí la respuesta a cualquier
problema que se te presente, hoy, mañana o a lo largo del tiempo. Crees
que lo que te sustenta en este mundo es todo menos Dios. Has depositado
tu fe en los símbolos más triviales y absurdos: en píldoras, dinero,
ropa "protectora", influencia, prestigio, caer bien, estar "bien"
relacionado y en una lista interminable de cosas huecas y sin fundamento
a las que dotas de poderes mágicos…Todas esas cosas son tus sustitutos
del Amor de Dios. Todas esas cosas se atesoran para asegurar la
identificación con el cuerpo. Son himnos de alabanza al ego. No
deposites tu fe en lo que no tiene valor. No te sustentará." W-pI.50.1:1-3;2:1-5
Y
por experiencia propia te puedo recordar que si practicas a diario
comulgar con el silencio, con la paz de Dios, intentar aunque sea por
momentos dejar de prestarle atención a tu situación, no importa que tan
abrumadora sea, serás inspirado, y lo que hagas será lo correcto para
ti, y no te olvides de esto:
“Miren las aves del cielo, que
no siembre, ni siegan, ni recogen en graneros y sin embargo, el Padre
celestial las alimenta. ¿No son ustedes de mucho mas valor que ellas?" [Matéo 6:26]