Comentario: Primero que nada no tienes que preocuparte por que fumes o no. Eso ni te da ni te pone. Pero como todo, adicción a algo, aunque sea a un cigarrillo, a comer en exceso, o sexo, o alcohol, o televisión, en otras palabras, si no puedes vivir sin eso, a ese apego sicológico le estas dando todo tu poder lo que lo hace para ti que se convierta en un dios. Y eso dificulta la practica de elegir tu paz interna. Sin embargo, cuando eliges a tu verdadero Dios (paz interna), te darás cuenta que apegos sicológicos al igual que adicciones muy naturalmente se dejan a un lado. Pero vamos a elaborar un poco.
Esto no es cuestión de cambiar tu comportamiento sino que de cambiar tu mentalidad. Por algo el curso nos recuerda, "He dicho que no puedes cambiar de mentalidad modificando tu conduce, mas he dicho también, y en muchas ocasiones, que puedes cambiar de mentalidad." T-4.IV.2:1 Si de veras quieres corregir esa conducta, puedes quizás empezar con algún tipo de apoyo que halla disponible mientras que al mismo tiempo eliges la paz interior. Pero por lo general, he visto en muchos casos que la gente quiere el cambio de conducta sin de corazón querer esa relación con su Ser. Quieren como que un atajo, una píldora mágica, pero en su mente, no quieren dejar la causa de sus adicciones, la cual es, su deseo de mantenerse separados de Dios.
Ahora, ¿como esto aplica a la vida mundana? Vamos a utilizar este ejemplo. Ser un fisiculturista requiere muchísimo esfuerzo. Requiere de ir al gimnasio diariamente, a veces por muchas horas, una dieta especial, etc. No obstante, para la persona que está dispuesta a hacer ese esfuerzo es porque de corazón valora el ser un fisiculturista. ¿Tu de corazón valoras tu salud? Tiene que haber algo que tu de verdad valores para poder entonces estar dispuesto a hacer lo que se tenga que hacer para que halla un verdadero cambio de mentalidad.
Inclusive, muchos de esos cambios pueden suceder inmediatamente dependiendo de lo que valores. Un ejemplo seria, tengo una muy buena amiga que fumó insaciablemente desde muy joven. Inclusive, dejo trabajos porque no le dejaban fumar. Su vicio era excesivo. Sin embargo, cuando quedó embarazada de su primera hija, en ese momento ella sintió que lo mas importante para ella era su salud, y evitar el riesgo de que la salud de su bebe se pueda poner en peligro. Agarro su ultimo cigarrillo, y dejo de fumar completamente por quince años, tuvo dos embarazos mas y nunca sintió el deseo de fumar. Una vez que sus hijos estaban mas grandes, empezó a salir con sus amistades, y como todas fumaban, un día agarro el cigarrillo, y empezó de nuevo. Pero mira como ella pudo soltar el vicio por mas de 15 años al reconocer que para ella, la salud de sus hijos era lo mas importante.
Otro ejemplo fue el de mi mama y mi abuela. Las dos fumaban excesivamente. Un día mi abuela decidió dejar de fumar, y nunca toco un cigarrillo. Mi mama sin embargo, continuó. Por cierto, murió a los 50 años, mi abuela a los 87. Esto no significan nada ya que mi tío en Puerto Rico que era cardiólogo, que corría diariamente y que no fumaba murió de un ataque al corazón relativamente joven. Pero así de loca es la vida. Mucha gente dice que quiere la paz de Dios. Pero en realidad no lo valoran lo suficiente hasta que llegue el momento en el que no tendrán otra opción cuando su dolor sea tan extremadamente insoportable. Mientras su dolor sea leve, continuarán lidiando con el pues no hay razón para de verdad querer observar sus pensamientos y poner mucha atención al sistema de pensamientos del ego.
Así que lo primero es que tu tienes que ser honesto contigo mismo, y hacerte la siguiente pregunta. ¿Que valoro mas, el cigarro, o mi paz interna? ¿El cigarro o mi salud? Si eres honesto, sabes ya cual es la contestación debido a que tu comportamiento da testimonio a lo que tu todavía valoras. Una vez que eres honesto, no tienes que sentirte culpable ni mal por ello, simplemente te haces ahora la siguiente pregunta, ¿Yo de verdad quiero la paz de Dios? ¿Yo de verdad me gustaría dejar este vicio? Y si tu honestamente estas dispuesto a hacerlo, entonces puedes pedir ayuda, invitando siempre al Espíritu Santo, y te darás cuenta que a través de que tu valor sea la paz de Dios, harás la practica necesaria para experientarla, y a medida que tu mente cambia, observarás que tu comportamiento, tu conducta simplemente va a automáticamente reflejar ese cambio de mentalidad. No hay ciencia en esto, simplemente un deseo de querer una relación con tu Ser. De ahí en adelante, el Espíritu Santo se encarga del resto.