Esta
pregunta se basa en una nota que postulé titulada Como Sanar el Rechazo
la cual se puede leer a través del siguiente enlace de mi sitio web: http://pucdm.blogspot.com/2015/07/como-sanar-el-sentirse-rechazado-por.html
Pregunta: “Hola
Nick, espero estés bien, en relación a tu post de sentirse rechazado,
no logro ver mi separación con Dios para hacer conciencia, siempre he
caminado de su mano y sé que en todo está y ha estado conmigo, y si,
siento el rechazo en todo. Saludos.”
Comentario: El
concepto que tenemos de Dios por lo general es uno de separación y no de
union. En otras palabras, cuando escucho gente decir que caminan con
Dios o que tienen una relación con Dios es mas bien que acuden a algo
“externo” imaginario porque experimentan miedo y quieren que eso
“externo” (dios) les ayude.
Por eso van a la
iglesia los domingos porque creen que solo ahí pueden encontrar a Dios, o
hacen sus plegarias, rezan el rosario porque creen que hay algo “fuera”
al que rezarle. Y si no le rezan o van a la iglesia entonces puede que
ese “dios” les abandone o les castigue.
De nuevo, eso es creer
que Dios es algo separado de nosotros. Por eso cuando a veces decimos
que hablamos con Dios, si no estamos conscientes de que somos parte de
esa totalidad que se le conoce como Dios, todavía hay una sensación de
separación porque hay un “yo” que habla con algo “separado” de si mismo.
Pero
ese no es el tipo de relación de la cual estamos hablando. Cuando uno
reconoce la presencia de Dios no hay “relación” entre un “yo” y Dios,
sino que Yo Soy Dios. Cuando reconoces que tu eres Dios el
rechazo no puede existir en tu mente debido a que reconoces que tu eres
uno con todo. Y como compartí en esa nota, todo rechazo es un auto
rechazo. Por lo tanto todo rechazo son nuestros propios pensamientos de
rechazo con los que estamos lidiando.
Si tu te sientes rechazada
por todo, no tienes que involucrar a Dios en tu auto rechazo, sino que
mas bien tomar consciencia de que todavía no te sientes merecedora del
amor de Dios en ti, y puedes utilizar todos esos pensamientos de auto
rechazo para sanar, para aplicar la práctica del perdón, no para
juzgarte por sentirte de esa manera.
Recuerda que este mundo, o
esta experiencia física, es la experiencia de la separación donde
creímos haber rechazado a Dios (lo que genera la culpa inconsciente) y
por eso nos encontramos en cuerpos separados, experimentando lo que
seria el equivalente a lo opuesto al Reino que es Unidad, que es
abundancia, amor, paz, en fin, que es Dios.
Así que cuando dices, “…no logro ver mi separación con Dios para hacer conciencia,…” pero luego dices, “…y si, siento el rechazo en todo…”
tu relación entonces no puede ser con Dios sino que con el concepto que
tienes de Dios. Si te sintieses de verdad acompañada de la mano de
Dios, que sería lo mismo que decir acompañada de ti misma, no podrías
ver ninguna separación con Dios (con ninguno de tus hermanos), ni sentir
rechazo porque estarías reconociendo tu verdadera identidad. Y en la
identidad de Dios no existe el rechazo, solo existe la inclusión total,
el amor, la paz.
Por lo tanto el objetivo aquí es a diario
darnos esos espacios de quietud para poder descansar en la paz de Dios y
dejar que esta identidad separada se vaya poco a poco disolviendo en la
consciencia del amor. Lo que hace este trabajo tedioso es que queremos
seguir manteniendo una identidad separada, y invitamos a Dios, no para
que se deshaga el “yo” sino que para hacer un “yo” mas cómodo. Y el
Espíritu Santo, que en realidad es el intermediario, que es con El que
tenemos la relación para aceptar nuestra verdadera identidad en Dios,
constantemente nos apoya en recordar que somos merecedores del amor de
Dios, y eso lo aprendemos cuando no le negamos a ningún hermano nuestro
amor.
Si quieres poner en practica esta enseñanza, el Espíritu
Santo te guiará de Su mano cuando dejas a un lado todos los conceptos
que tienes de Dios y de ti misma. Por lo tanto; “Haz simplemente
esto: permanece muy quedo y deja a un lado todos los pensamientos acerca
de lo que tú eres y de lo que Dios es; todos los conceptos que hayas
aprendido acerca del mundo; todas las imágenes que tienes acerca de ti
mismo. Vacía tu mente de todo lo que ella piensa que es verdadero o
falso, bueno o malo; de todo pensamiento que considere digno, así como
de todas las ideas de las que se siente avergonzada. No conserves nada.
No traigas contigo ni un solo pensamiento que el pasado te haya
enseñado, ni ninguna creencia que, sea cual sea su procedencia, hayas
aprendido con anterioridad. Olvídate de este mundo, olvídate de este
curso, y con las manos completamente vacías, ve a tu Dios.” W-pI.189.7:1-5