Cuando
se le pide al Espíritu Santo por Su Guía para cosas especificas en el
mundo por lo general se piensa que el Espíritu Santo me va a decir que
hacer o decir en cada momento de una manera concreta, como por ejemplo,
“vete a este país” o “elige este trabajo en vez de este otro” o “dile
esto a esa persona” o “no vayas por ahí” o “elige esta casa en vez de
esta otra” o “esta pareja es la perfecta para ti” o “esta pareja no” y
así sucesivamente.
Hay que recordar que el Espíritu Santo no está
aquí para hacer nuestras ilusiones reales sino que mas bien para
recordarme que esta no es mi realidad. Es así como se experimenta la
verdadera y duradera paz de Dios. “Nada irreal existe.” T-In.2:3
Si
el Espíritu Santo me estuviese “giando” a hacer cosas especificas en el
mundo o decir cosas entonces el Espíritu Santo estaría corroborando al
sistema de pensamientos del ego que es el que me dice que “yo” estoy
aquí, en un mundo fisco.
Recordemos que la experiencia física es
la experiencia de la separación y el Espíritu Santo es la memoria en la
Mente que constantemente Le recuerda al Santo Hijo de Dios (que somos
todos) de que estamos en el Reino en unidad con Dios, no que somos
cuerpos viviendo en un mundo físico. Esto es algo que se tiene que tener
muy claro antes de comprender lo que es recibir la gula del Espíritu
Santo.
Entonces, ¿como podemos sentirnos guiados por el Espíritu
Santo, sobre todo cuando el curso constantemente habla de pedir Su guía?
Muy simple. La mente no entrenada se encuentra constantemente oscilando
entre un estado de conflicto (miedo) y un estado de aparente
tranquilidad. Por lo tanto la mente que no está consciente de su
naturaleza está en conflicto todo el tiempo. Solo que su oscilación no
es entre paz y conflicto sino que mas bien entre dolor y placer.
Interpreta el dolor como conflicto y el placer o estados esporádicos
temporales de aparente tranquilidad como “paz”.
Vamos a ver como
se experimenta la guía del Espíritu Santo manteniendo el contexto no
dual de las enseñanzas del Curso. Cuando elijo la paz de Dios en mi
mente, estoy conscientemente eligiendo la guía del Espíritu Santo. Es
así de simple. Dado ese el caso no me preocupo por que decir ni que
hacer en cada momento ya que confío en que lo que sea que esté haciendo o
diciendo en cada momento será la correcto. Y durante cada momento si
experimento conflicto simplemente tengo que parar un momento y elegir la
paz de Dios pues ese espacio fue simplemente otra oportunidad para
perdonar.
De esa manera, sigo funcionando en el mundo de las
formas confiando que se me está guiando en cada momento. Si intento
pedirle al Espíritu Santo que me diga específicamente de una manera
concreta si debo hacer esto o lo otro, estoy haciendo las ilusiones
reales en la mente, estoy reforzando el “yo” (mi identidad).
Es por algo que se nos recuerda: “Cuando
tratas de llevar la verdad ante las ilusiones, estás tratando de hacer
que las ilusiones sean reales y de conservarlas justificando tu creencia
en ellas. Llevar las fantasías ante la verdad, no obstante, es permitir
que la verdad te muestre que las ilusiones son irreales, lo cual te
permite entonces liberarte de ellas. No mantengas ni una sola idea
excluida de la verdad, pues si lo haces, estarás estableciendo
diferentes grados de realidad que no podrán sino aprisionarte. No hay
grados de realidad porque en ella todo es verdad.” T-17.I.5:4-7
Recordemos
una vez mas que Su objetivo no es apoyarme en hacer las ilusiones
reales, que es lo que el sistema de pensamientos del ego querría, sino
que recordarme que son ilusiones y que por lo tanto no tienen ningún
efecto sobre el Santo Hijo de Dios.
Una vez que mi mente está a
disposición del Espíritu Santo, El podrá tomar la forma que sea
necesaria para apoyarme en mi camino hacia el despertar. Por
consiguiente podría utilizar símbolos específicos como el de un libro,
el de una persona, un pensamiento, una situación, un sueño, una imagen,
el símbolo especifico que sea para comunicar Su mensaje. De esa manera
se podría decir que el Espíritu Santo se está comunicando
específicamente con el “yo” que se cree estar aquí, una vez mas, no para
hacer las ilusiones reales en la mente sino que para recordarme hacia
donde dirigir mi atención.
Voy a compartir un ejemplo. Hace años
atrás sentía como una presión en el pecho y no sabia que era. No tenía
seguro médico ni los recursos para recibir atención médica. Sin embargo,
esa noche según me acuesto a dormir, mientras entraba en sueño me
repetía frases como, “mi salud es perfecta,” “gozo de perfecta salud”, y
por cierto, esto era mucho antes de yo comenzar con las enseñanzas de
Un Curso de Milagros, pero de todos modos eso fue lo que hice. Cuando me
levanté la mañana siguiente escuché una voz en mi cabeza que gritó ¡CoQ
10!
Para mi fue como una señal tan clara, que llamé a un amigo
dueño de un herbolario en Carolina del Norte y le pregunté cual era el
mejor suplemento en el mercado de la Coenzima Q10 y lo compré. En unos
cuantos días de tomar ese suplemento, creo que fueron tres días, se me
fue el malestar y luego deje de tomar ese suplemento. Obviamente ese
suplemento era magia y no es que el suplemento hizo alguna efecto, sino
que a un nivel mas profundo necesitaba un alivio y como creía en el
suplemento se me proveyó como un agente especial para apoyarme en mi
proceso.
Ahora, miremos esa experiencia mas detalladamente. Yo no
le pedí al Espíritu Santo por contestaciones, yo simplemente dejé que
la mente descansase y la aparente “contestación” llegó muy orgánicamente
sin yo tener expectativas de nada. Siempre y cuando continúe aceptando
cada momento tal y como es, sin resistir ninguna de mis experiencias,
dejando que la paz de Dios sea lo único que de verdad deseo, confío en
que todo está amorosamente orquestado para la sanación de la mente.
“¿Qué no ibas a poder aceptar si supieses que todo cuanto sucede, todo
acontecimiento, pasado, presente y por venir; es amorosamente planeado
por Aquel cuyo único propósito es tu bien?” W-pI.135.18:1
Por
lo tanto, confío en cada momento, confío en cada experiencia, por
consiguiente no solo me siento guiado por el Espíritu Santo sino que
también Lo reconozco en mi en todo momento, haga lo que haga, diga lo que diga, o digan lo que digan los demás… Ups. Para que canalicé a Rafel jejeje!