Pregunta: "Tengo
muchos años practicando o intentado vivir de una manera “espiritual”,
he tomado todos los cursos y talleres imaginables, medito siempre que
puedo y llevo el Curso de Milagros desde hace bastante tiempo y hoy me
doy cuenta – con un vacío y dolor inmenso – que no soy ni me aproximo
siquiera a todo eso que yo deseaba ser.
La gente que me
rodea – no sé por qué – me tienen en un gran concepto; piensan que soy
una gran persona, muy “buena”, armoniosa, amorosa, espiritual y no sé
qué tantas cosas más. Nada más lejos de la verdad. Me demuestran su
cariño y sus palabras son sinceras pero ahora sé (y no es falsa
modestia) que nada de eso que “ven en mí” es real. Ni todo lo que yo me
he creído ser o lo que ellos ven, es verdadero. Y me siento una farsa,
ésa es la verdad.
Veo a personas sencillas, que no tienen
grandes conocimientos, que quizá no han leído tanto como yo y mucho
menos el Curso ni nada de eso; y viven con congruencia ese amor y esa
paz. Mi amiga con la que hoy hablé; siempre fue muy apegada a la
iglesia, arraigada por educación y costumbre familiar. Ella vive en paz,
en total aceptación con sus circunstancias cualquiera que estas sean,
se abandona y confía ciegamente a la voluntad de Dios. No se pelea con
su realidad, sea como se presente, vive feliz siendo mamá, esposa, mujer
y amiga, pero honestamente. Y vive cada uno de esos roles desde su
corazón.
Ahí es donde me siento tan farsante y tan
perdida. Yo no soy y nunca he sido una buena mamá; amo a mis hijos y
daría la vida por ellos; pero a veces siento que me estorban, me
enfadan, disfruto más mis momentos cuando no están en casa y cuando
están casi nunca “estoy con ellos”; yo ando en lo mío y los apoyo en lo
necesario pero no me he entregado en cuerpo y alma como lo hacen otras
mujeres de manera tan natural. Siempre me he dado cuenta de esto, pero
nunca he podido hacerlo de otra manera. Soy tan egoísta.
Mi
esposo es un gran hombre, compañero, amigo; y yo a veces lo trato mal
porque estoy de mal humor, soy intolerante, impaciente con él; me
desespera y llego a ser despectiva. Me noto demasiado intolerante y
crítica hacia todas las personas, incluso aquellas que digo querer. Mi
familia, mis amigos, los critico, me desesperan, me enfadan; soy amable
sólo por quedar bien, (porque tampoco puedo ser grosera) pero no es una
bondad que salga naturalmente desde mi corazón.
Quizá por
fuera parezca que sí soy todas esas cosas buenas y amables, pero en mi
interior hay mucha rabia, mucho coraje y en mi mente critico, juzgo y
rechazo lo que hacen los demás. Pocas veces me siento auténtica, pocas
veces lo que expreso es en realidad algo que venga de mi corazón. ¿Cómo
puedo hacer para dejar de ser así."
Comentario: Lo
que estás experimentando es el proceso transitorio a través del cual el
sistema de pensamiento del ego empieza a reconocer que su identidad está
siendo amenazada. “El ego atacará tus motivos tan pronto como éstos
dejen de estar claramente de acuerdo con la percepción que él tiene de
ti. En ese caso es cuando pasa súbitamente de la sospecha a la
perversidad, ya que su incertidumbre habrá aumentado. Es evidente, no
obstante, que no tiene objeto devolverle el ataque. Pues ¿qué podría
significar eso, sino que estás de acuerdo con su evaluación acerca de lo
que eres?” T-VII.4:6-9
Cuando te compares con
las experiencias de tus amistades donde crees que ellos o ellas están
muy felices viviendo la vida que están viviendo, pues eso no significa
que ese sentir de soledad que todos sentimos no esté siendo cubierto por
otras distracciones de el mundo.
Una persona que
está muy identificada con el sistema de pensamientos del ego es
imposible que esté abierta a este mensaje pues todavía cree que el mundo
de alguna manera le puede llenar el vacío que siente. Es ahí como el
sistema de pensamientos del ego re dirige la atención hacia afuera para
evitar el profundo sentir que surge a raíz de deshacer su sistema de
pensamiento. Y no estoy insinuando de que tu amistad no esté de verdad
viviendo desde una integridad de paz y felicidad, pueda que sí, al igual
que pueda que no.
A lo que voy es, tú has elegido el camino de
la liberación de las ilusiones, de la liberación de las limitaciones, de
la liberación del sueño, de la liberación del miedo para unirte al amor
que realmente eres.
Por consiguiente todo lo que estás
sintiendo es simplemente la resistencia, la culpa inconsciente que surge
para ser vista y entregada a la verdad. Lo que observo en tu comentario
es que ese sentir que estás experimentando ahora lo justificas con lo
que tú consideras debería ser el comportamiento “correcto”.
Crees
que eres una mala madre porque no haces lo que crees que las “buenas”
madres “deberían” hacer. Si tu supieras cuantas madres están bajo anti
depresivos por suprimir sus emociones por miedo a ser juzgadas como
malas madres te sorprenderías. Crees que eres una mala esposa porque no
estás asumiendo el papel que crees que deberías asumir. Crees que eres
una mala persona porque crees que nunca deberías enfadarte y que siempre
deberías estar sintiéndote en perfecta ecuanimidad.
La realidad
es que eres una muy buena madre, has hecho tu trabajo, sólo que también
tienes que reconocer que el papel que le hemos adjudicado a las madres
al igual que a parejas o amistades lo cual conlleva también un sentido
de sacrificio, no necesariamente tiene que ver con lo que el papel de
una buena madre, pareja o amistad es. Y aunque crees que no estás siendo
auténtica paradójicamente ahora sí es que de verdad estás empezando a
ser auténtica porque te estás brindando la oportunidad de sentir.
Esto
no significa que vas a dejar que ese sentir ahora dirija tu
comportamiento, simplemente significa que cuando ves la resistencia
saliendo no culpas ni a tus hijas ni a tu marido ni el mundo, NI a ti
misma, simplemente reconoces que es un sentir que lo que está pidiendo
es ser abrazado para que se desintegre en el amor quereres. Este proceso
requiere paciencia, mucha paciencia y confianza.
Sólo que como
es una experiencia nueva para ti aparenta ser muy abrumadora. No
obstante no hay razón por la cual sentirte culpable ni mal, simplemente
es el proceso a través el cual todas esas oscuridades están saliendo a
la superficie para ser sanadas.
Y tú a un nivel inconsciente has
elegido recordar quién eres y este camino requiere tener el coraje de
mirar lo que nadie quiere mirar. Por lo tanto no cometas el error de
compararte con amistades que según el ego te vende son personas que
están donde tú crees que deberías estar. Dices que son felices, dices
que están en ese amor, pero tú no sabes lo que está ocurriendo detrás de
esa máscara. Y de nuevo, no estoy insinuando que esas personas no sepan
felices, eso yo no lo sé, lo que si estoy haciendo hincapie es que
dejes de juzgarte y honra tu proceso.
No hay ninguna razón por la
cual tengas que preocuparte, simplemente es continuar poniendo un pie
enfrente al otro. Permitirte sentir sin justificar lo que sientes. Y si
sientes que tienes que hablar con alguien para apoyarte en tu proceso,
no tengas miedo de pedir ayuda, solo que primero pones al Espíritu Santo
al mando a raíz de humildemente reconocer que estás abierta a sanar y
la vida misma se encargará de los medios perfectos (añadiduras) para
apoyarte en tu proceso.
Recuerda: “Trataremos ahora nuevamente
de llegar a la luz en ti, que es donde realmente se encuentra tu
salvación. No puedes encontrarla en las nubes que rodean la luz, y es
ahí donde la has estado buscando. No está ahí. Está más allá de las
nubes, en la luz que se encuentra tras ellas. Recuerda que tienes que
atravesar las nubes antes de poder llegar a la luz. 6Pero recuerda
también que jamás encontraste nada que fuese duradero o que realmente
quisieras en los tapices de nubes que te imaginabas.
Puesto
que todas las ilusiones de salvación te han fallado, seguramente no
querrás quedarte en las nubes buscando en vano ídolos falsos, cuando te
sería tan fácil llegar hasta la luz de la verdadera salvación. Trata de
ir más allá de las nubes utilizando cualquier medio que te atraiga. Si
te resulta útil, piensa que te estoy llevando de la mano, y que te estoy
guiando. Y te aseguro que esto no será una vana fantasía.” W-pI.70.8:1-6;9:1-4
Por lo tanto te felicito por el coraje de mirar en los cañones del inconsciente para sanar.