Pregunta: “Hola Nick tengo dos preguntas que hacerte, son inquietudes mas que nada:
1
- me ha pasado que una vez me pregunté quien era el que nos hablaba a
través del curso y sentí algo dentro de mi que me decía que era quien yo
quería que fuera y que a la vez somos todos nosotros quien lo pedimos.
Mi pregunta a esto es, ¿cuando es el Ego el que habla y cuando es el
espíritu santo?
2 - Ultimamente me sucede que paso días sin
hacer los ejercicios, ¿debo comenzar otra vez del primero o de donde lo
deje? bueno un gran abrazo!!”
Comentario: Cuando
preguntas si es el ego el que habla, esa pregunta es la respuesta que
corrobora que és el ego el que habla. El Espíritu no tiene preguntas.
Solo el ego que siente incertidumbre, miedo, duda es el que pregunta.
Mas recuerda, “…el ego siempre habla primero.”
T-5.VI.3:5 . Por lo tanto, observa como te sientes, y ahí sabrás
discernir entre el ego y el Espíritu Santo. ¿Como? Muy simple. Si no
estás en paz, ¿quien tu crees que está hablando? ;o)
Lo que no quieres caer es en la trampa de tener expectativas de como el Espíritu Santo te va a “hablar.”
Me
explico; cuando uno cree que el Espíritu Santo tiene que sonar de
alguna manera le estamos otorgando al Espíritu Santo cualidades que se
adhieran a nuestras expectativas. Sin embargo, cuando sientes el miedo
surgir, pero luego vas descansando en un estado de total aceptación, ahí
estás eligiendo el sistema de pensamientos del Espíritu Santo, y no hay
preguntas ni respuestas, sino que un estado de completa paz y
aceptación de lo que es. Es así de simple. No se necesitan palabras,
solo se confía en ese momento. Eso es vivir desde el Espíritu Santo.
Recuerda, no es cuando el ego habla sino que recordar que el ego siempre está hablando.
El
ego es la experiencia de estar aquí, de sentirnos separados de Dios. Lo
que estamos aprendiendo ahora es a permitir que Otra Voz reemplace su
lugar. Ese es el trabajo que estamos haciendo, solo que estamos tan
identificados con el sistema de pensamientos del ego que hay que pasar
por un proceso de discernimiento hasta que nos sintamos lo
suficientemente cómodos y confiando viviendo desde el Espíritu Santo.
Por eso hay que estar conscientes constantemente por lo cual el Curso lo plantea de la siguiente manera: “Observa cuánta vigilancia has estado dispuesto a ejercer para proteger a tu ego, y cuán poca para proteger a tu mente recta.” T-4.III.10:3
Jesus mismo nos dice que fue su ultima lección que aprendió: “El
Espíritu Santo se encuentra en ti en un sentido muy literal. Suya es la
Voz que te llama a retornar a donde estabas antes y a donde estarás de
nuevo. Aun en este mundo es posible oír sólo esa Voz y ninguna otra. Ello requiere esfuerzo, así como un gran deseo de aprender. Ésa es la última lección que yo aprendí, y los Hijos de Dios gozan de la misma igualdad como alumnos que como Hijos.” T-5.II.3:7-11
Y
con relación a tu segunda pregunta, si hace días que no haces los
ejercicios, el empezar de nuevo no significa que hagas progreso
necesariamente. Simplemente observa la resistencia que hay a hacer los
ejercicios. De lo contrario seguirás corriendo en círculos. Empezando,
resistiendo, dejándolos a un lado, empezándolos de nuevo, resistiendo,
dejándolos a un lado, y así sucesivamente...
Mientras tanto, continúa desde donde los dejaste, pero recuerda que los ejercicios no son para “leerlos” sino que para aplicarlos. No dije hacerlos “perfectamente” sino que aplicarlos de la mejor manera que puedas.
Y
tampoco creas que el hacer los ejercicios deshaces el ego en un año. El
objetivo de los ejercicios es que conozcas la sicología del ego para
que según miras los obstáculos que se presentan a diario puedas aplicar
el perdón mas habitualmente hasta que se deje el cuerpo a un lado. Si
cuando se deja esta experiencia a un lado, si no hay culpa inconsciente
en la mente (miedo a Dios) no hay necesidad de proyectar otra
experiencia física para esconderse de Él.