Principio de Los Milagros #7 - Comentada por Nick Arandes

“Todo el mundo tiene derecho a los milagros, pero antes es necesario una purificación.” T-1.I.6:1
Todo el mundo tiene derecho a los milagros porque todo el mundo tiene derecho al amor siendo nuestro estado natural. No obstante, para poder experimentar ese amor tiene que haber primero una purificación de pensamientos. De la manera que se purifican los pensamientos es a raíz de traerlos a la superficie para ser re evaluados por un nuevo Maestro (Espíritu Santo) y no a tratando de esconderlos (negación).

Por algo Un curso de milagros me recuerda: “Escapar de la oscuridad comprende dos etapas: Primera, el reconocimiento de que la oscuridad no puede ocultar nada. Este paso generalmente da miedo. Segunda, el reconocimiento de que no hay nada que desees ocultar aunque pudieses hacerlo. Este paso te libera del miedo. Cuando ya no estés dispuesto a ocultar nada, no sólo estarás dispuesto a entrar en comunión, sino que entenderás también lo que es la dicha y la paz.” T-1.IV.1:1-5

Cuando hay miedo es imposible el milagro (corrección de percepción) ya que el miedo es el obstáculo que no permite que el amor (milagro) se experimente. Sin embargo, el miedo se experimenta no a raíz de los obstáculos sino que a raíz de tener miedo de mirarlos por la creencia de que de alguna manera tienen el poder de afectar el Santo Hijo de Dios, que es lo que somos todos.

Por lo tanto hay que mirar la oscuridad antes de que se purifique la mente ya que la purificación no estriba en mirar la oscuridad sino que en reconocer que era solo una nube carente de contenido a la que le habíamos proyectado un poder ilusorio.

Un ejemplo seria, imagínate estar en un bosque oscuro encerrado en tu tienda de campaña y escuchas un ruido. La mente se llena de miedo porque empieza a imaginarse todo tipo de posibilidades (esos serian los pensamientos que obstaculizan la presencia del amor, la presencia del milagro). Sin embargo, hay dos opciones, una seria quedarte en la casa de campaña manteniendo los ojos cerrados cubierto con tu manta o salir a ver que es lo que está causando el ruido.

Si te quedas en la tiende de campaña, que es eso lo que el miedo te exhorta, aunque no te esté ocurriendo nada físicamente, estás atemorizado. Sin embargo, si sales fuera y te das cuenta que el ruido era el de una liebre que solo estaba caminando por la hierba, el miedo automáticamente desaparece (experimentas el milagro) y te puedes ir a dormir tranquilo.

No obstante, en el caso de nuestro miedo sicológico, no podemos salir de nuestra caseta mental ya que la mente (ego) está haciendo historias para que te quedes en ella. Por eso necesitamos ayuda (la visión del Espíritu Santo) para que nos apoye en re interpretar nuestras historias (ese seria el proceso del perdón) de manera que podamos verlas sin juicio y reconocer que eran solo eso, historias que no tienen nada que ver con la Verdad.

A raíz de que las historias (obstáculos a la Verdad) se van desvaneciendo de la mente, que seria lo mismo que decir que la mente se va purificando, experimentamos el milagro (el amor) que es nuestra herencia natural.

Por lo tanto siempre tengamos en cuenta que la purificación es para los pensamientos y no para la materia. En otras palabras, nosotros no purificamos el “cuerpo” sino que mas bien los pensamientos que dan testimonio de la creencia de que somos un cuerpo. Nosotros no purificamos el “dinero” sino que los pensamientos que le dan valor al dinero. Nosotros no purificamos el trabajo sino que los pensamientos que dicen que el trabajo es nuestro sustento. Nosotros no purificamos la "pareja" ni la "familia" sino que los pensamientos que dicen que nuestra fuente de amor proviene de la pareja y la familia, y así sucesivamente.

Según los pensamientos se van purificando nuestro apego sicológico al mundo al igual que a nuestra identidad va poco a poco desapareciendo y lo que se experimenta es paz, es amor, es la Verdad, en otras palabras, dejamos de vivir desde miedo y vivimos desde el milagro (amor).

Por lo tanto, deja de poner tu atención en el “mundo” o de lo contrario el milagro será imposible. Que por algo se nos recuerda: "No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él," T-21.In.1:7