Pregunta: “Recibe
un abrazo amigo. Si me lo permites, me gustaría hacerte una pregunta,
por si pudieras ayudarme a tratar de continuar encontrándonos en
unidad...
Acabo de leer esta parte del texto: ". Todos los
ídolos de este mundo fueron concebidos para impedirte conocer la verdad
que se encuentra en tu interior y para que le fueses leal al sueño de
que para ser íntegro y feliz tienes que encontrar lo que se encuentra
fuera de ti mismo. Es inútil rendirle culto a los ídolos y esperar
hallar paz. Dios mora en tu interior, y tu plenitud reside en Él. Ningún
ídolo puede ocupar Su lugar. No recurras a ídolos. No busques fuera de
ti mismo."
Y mientras leía, me preguntaba dónde está el
"mí mismo", para poder situarlo, si no soy el cuerpo, y si lo de afuera
así mismo es también ilusión o sueño? Con afecto.”
Comentario:
No puedes localizar el “mi mismo” pues ya eres Eso que buscas. Recuerda
que el “Mi Mismo” del que hablamos es la totalidad y no puede ser
reducido a un espacio y tiempo. Es como el pez diciendo, “¿donde puedo
localizar el agua?” No obstante sí puedes identificar lo que NO eres.
Por lo tanto, el intentar buscar el “mi mismo” desde esa mentalidad es
como si intentases encontrar la luz con los ojos cerrados.
Así
que no sé lo que soy, pero si sé lo que NO soy. No soy un cuerpo, aunque
aparento serlo. No soy un individuo separado, aunque aparento serlo. No
soy mis pensamientos, aunque aparento creerlo. No soy lo que siento,
aunque aparento creerlo. No soy la imagen que tengo de mi mismo, aunque a
veces me lo creo. No soy la opinión que tengo de mi mismo ni la que
"otros" tienen de mi mismo, aunque aparento creerlo, no soy nada de lo
que creo que soy.
Cuando dejo de poner mi atención en lo falso,
que sería lo mismo que decir, cuando me brindo espacios de quietud, en
donde la mente no está “buscando” ni intentando “encontrar” lo que es el
“mi mismo”, dejando simultaneamente por lapsos de tiempo de prestar
atención al "mundo exterior", simplemente está dejando de prestar
atención a lo que no es. En esos momentos de olvido del “yo”, lo que soy
se funde en lo que Es. Es como si desaparece el “yo” por momentos y soy
esa paz, esa comprensión, esa quietud. Y eso no se puede explicar ni
entender ni concepualizar, sino que una vez mas, experimentar.
Solo
que ahora surge otro inconveniente. El ego va a buscar la manera de
tener una expectativa de lo que eso se “debería” sentir. Y ahora la
frustración toma otro rumbo.
Sin embargo, dejando a
un lado toda expectativa, y eligiendo esos instantes santos, esos
momentos de quietud, de sosiego, a raíz de ese proceso cumulativo,
cuando la atención vuelve a ser puesta en lo que no es (este mundo, este
“yo”), aun cuando se puede ver, o mejor dicho percibir un mundo de
separación, aun cuando se experimenta uno como un personaje en un
cuerpo, aun cuando se vive una vida “normal” que no difiere de la que
siempre ha uno vivido, en la mente ha ocurrido un cambio. Ha ocurrido un
cambio de percepción donde se percibe el “mundo” desde un estado de
comprensión, que sabe lo que es, sin tener ni que intentar explicarlo,
pues sabe que no hay nada que explicar, ni nada que encontrar, ni nada
que buscar.
La mente con la que haces tu pregunta es el obstáculo
a esa experiencia. Por lo tanto, continúa sumergiendo tu atención en la
paz, sin juzgar tus experiencias, bridándote esos momentos de quietud,
con una voluntad y un deseo de abrir tu mente a la Verdad, y la vida te
provee de lo que necesites, si eso es necesario, para que puedas
continuar aprendiendo a discernir entre lo Verdadero y lo falso, y una
vez más, tu experiencia será la contestación a tu pregunta. Inclusive,
cuando hay experiencia desaparece toda pregunta.