“…el
ego cree que la manera de "resolver" los conflictos es fragmentándolos,
y, así, no percibe la situación como un todo. El ego, por consiguiente,
intenta dividir la situación en segmentos y lidiar con cada uno de
ellos por separado, pues tiene fe en la separación y no en la
unidad…Cuando el ego se enfrenta a un aspecto de la situación que parece
ser difícil, trata de trasladarlo a otro lugar y resolverlo allí.” T-17.VI.6:9-10…7:1
Al
percibirse uno como un ser separado de todo aparenta ser como que hay
muchos problemas que resolver y por consiguiente se tienen que resolver
de una manera diferente y específica. Sin embargo el curso mismo nos
recuerda: "Es fácil entender las razones por las que no le pides al
Espíritu Santo que resuelva todos tus problemas por ti. Para Él no es
más difícil resolver unos que otros. Todos los problemas son iguales
para Él, puesto que cada uno se resuelve de la misma manera y con el
mismo enfoque." T-26.II.1:1-3
Cuando se da uno
la oportunidad de descansar en esos espacios de quietud el enfoque no
es en ningún problema en específico ni siquiera buscando soluciones
específicas a ninguna experiencia.
Mas bien cuando simplemente se
recuerda que nuestra esencia es el espacio el cual lo contiene todo, al
recordar que nuestra esencia es la unidad, lo que ocurre es que se
descansa en una paz y con la mente aquietada surge la inspiración que
lleva a actuar. A eso se le conoce como acción correcta espontánea.
Ademas
de encontrarse uno actuando o diciendo, si es que hay algo que se tenga
que decir al igual que haya algo que se tenga que hacer,
simultáneamente, siendo uno parte del todo, de una forma digamos
“misteriosa”, si hay algo aparentemente “externo” que se necesite para
que ese problema pueda ser resuelto se presenta en forma de añadidura.
La
añadidura es algo que se puede experimentar en la forma. Pero es muy
importante recordar que la resolución del problema ocurrió en el momento
que la mente se aquietó. En otras palabras, no estamos hablando de
resolver problemas en el mundo, en la forma. Es ahí como el sistema de
pensamientos del ego nos distrae de la Verdad. Eso es a lo que el
extracto que compartí nos intenta decir con: "Cuando el ego se
enfrenta a un aspecto de la situación que parece ser difícil, trata de
trasladarlo a otro lugar y resolverlo allí.” T-17.VI.7:1
A lo
que voy es, cuando la mente se siente abrumada por las situaciones o
experiencias que aparentan estar sucediendo, que es así como la mente se
percibe como fragmentada, al brindarnos la oportunidad de traer la
atención al presente deja la misma de distraerse con el mundo de las
formas y descansa en esa paz.
Una vez que se toma consciencia de
esa paz ya no importa si se “arregla” o se “soluciona” el problema pues
la mente no se percibe atemorizada, no se percibe distraída por el
problema. La mente está ahora en un estado mas bien neutro, de
observadora en vez de reactiva.
Solo que paradójicamente se
podría decir que desde ese espacio se provee la ayuda, si es necesaria,
para lidiar con ese problema en el mundo de las formas. Eso es a lo que
mucha gente le llaman “sincronicidades” o “casualidades” o según la
teología contemporánea dualista “milagros.” Pero ya sabemos que según el
curso, un milagro es un cambio de mentalidad no un cambio de ilusiones.
Yo prefiero llamarles añadiduras.
Siempre es importante
recordar que este proceso de descansar en la paz de Dios es simplemente
para no dejarnos distraer por el sistema de pensamientos del ego que es
el que cree en la fragmentación; que es el que cree en el mundo que
vemos; que es el que cree en el “yo” separado que aparenta estar
teniendo esta experiencia. Descansar en capaz de Dios es únicamente para
recordar una y otra vez que no somos esta experiencia de separación.
De
lo contrario la gente puede intentar utilizar descansar en la paz para
resolver problemas y eso simplemente mantiene la atención en la creencia
de creer ser un ser separado, y esa es la creencia fundamental que
tiene que ser erradicada de la mente. De esa manera todos los problemas
simultáneamente se "resuelven". ¿Por qué? Porque no hay ningún problema
ya que no hay un “yo”, no hay un “mundo”, en otras palabras, no hay nada. Solo la creencia en un “yo”, solo la creencia en un “mundo” es lo que me distrae de la Verdad.
Y
sí, en el mundo de las formas existen los problemas. Así que no estamos
negado ni pretendiendo que no hay problemas. A lo que voy es, cuando la
mente no se deja distraer, se lidean con esos problemas desde la paz y
no desde el miedo. Que por eso se nos recuerda: “Hay una manera de
vivir en el mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. No cambias
de apariencia, aunque sí sonríes mucho más a menudo. Tu frente se
mantiene serena; tus ojos están tranquilos.“ W-pI.155.1:1-3
Pero
para los efectos de diferenciar entre la Verdad y las ilusiones,
utlizando la analogía del sueño, cuando estoy durmiendo y me pongo a
soñar, y en el sueño me experimento teniendo problemas, ¿que es lo que
necesito hacer, resolver el problema o los problemas en el sueño, o
simplemente despertar? La contestación es obvia. Despertar del sueño
pues en el sueño no hay problemas que resolver solo la creencia de creer
que existo en el sueño y de que el sueño es la realidad.
Lo
mismo en este plano físico. Aunque me encuentro lidiando con
"problemas", lo importante es recordar que no tengo que preocuparme por
qué decir ni qué hacer sino que primero llevar la mente al momento
presente y recordar lo que soy, que es por eso que se me recuerda: “Cuando
no estás en paz ello se debe únicamente a que no crees que estás en Él.
Mas Él es el Todo de todo. Su paz es absoluta y tú no puedes sino estar
incluido en ella. Sus leyes te gobiernan porque lo gobiernan todo. No
puedes excluirte a ti mismo de Sus leyes, si bien puedes desobedecerlas.
Si lo haces, no obstante, y sólo en ese caso, te sentirás solo y
desamparado porque te estarás negando todo.” T-8.IV.1:2-8
Una
vez que mi atención está en el momento presente, libre de las
distracciones, confío en que lo que tenga que hacer o decir surgirá
espontáneamente. Eso es confiar en la vida. Eso es confíar en el
Espíritu Santo, eso es confiar en Dios.
"Estoy aquí únicamente para ser útil.
Estoy aquí en representación de Aquel que me envió.
No tengo que preocuparme por lo que debo decir ni por lo que debo hacer, pues Aquel que me envió me guiará.
Me siento satisfecho de estar dondequiera que Él desee, porque sé que Él estará allí conmigo.
Sanaré a medida que le permita enseñarme a sanar." T-2.V.18:2-6