Este
es un escrito que un querido amigo, Juan Angel Ruiz de Monterrey,
Mexico escribió. Al final de esta nota comparto una foto de él para que
sepan de quien hablo. Por cierto, también compartiré un enlace de un
documental sobre él en el cual Gloria Estafan es participe del mismo
para que lo disfruten.
"Hola a toda la
raza: Continuando con la tradición, les escribo una nueva reflexión–que
sé muchos están esperando–con motivo de mi 38º cumpleaños (13 octubre).
El año pasado les comentaba que estuve batallando mucho por motivos de
salud pero en este último ha habido mejorías; y aunque diferentes tipos
de problemas se han presentado, siempre encuentro motivos para estar
contento y agradecido con la vida. Por otro lado, continúo enclaustrado
en mi cuarto la mayor parte del tiempo, sin embargo he tenido mucha
actividad. Sigo trabajando en Arquitectura Fiscal y como novedad terminé
la Maestría en Educación y ya estoy escribiendo un libro que tenía
pendiente y que por cierto va a tardar más de lo que esperaba, mas sigue
avanzando el proyecto, lo cual me trae mucha alegría pues sé que no
tengo todo el tiempo del mundo.
Con respecto a lo anterior, ¿te
has fijado que en la vida siempre estamos tratando de hacer o conseguir
algo? Al respecto, sabemos que el tiempo es como una flecha avanzando en
el aire y que solamente lleva una dirección (del pasado hacia el
futuro), así como que siempre está en un lugar diferente. De manera que
en el tiempo todo es cambio porque nada se queda estático y hasta las
mismas rocas se están transformando.
Ahora, es muy importante que
te des cuenta que el tiempo es conflicto. Observa que en éste, siempre
es ir desde el punto A al punto B, haciendo de cualquier cosa una lucha
constante para cruzar la brecha y llegar al siguiente punto, perpetuando
el conflicto. Es de esta manera que la vida de cualquiera está llena de
múltiples cambios que pueden ser bastante dramáticos, trágicos e
incluso crueles: la juventud no vuelve, las enfermedades azotan y
finalmente la vida en este mundo se extingue. Y aunque se prefiera
ignorarlo o simplemente pensar en otra cosa, el tiempo siempre está
avanzando sin remedio alguno, haciendo imposible la posibilidad de
escapar de la extenuante inercia de la batalla. Sin embargo, es cuando
enfrentamos esta realidad de lo que llamamos vida, cuando podemos
aprovechar y valorar cada instante en el tiempo aunque éste represente
un evidente conflicto. Pero aún no es lo suficientemente bueno…
La
buena noticia es que más allá de nuestro recorrido en el espacio-tiempo
en este mundo, existe una verdadera vida que no tiene que ver con el
cuerpo, no nace ni muere y por lo tanto es independiente del tiempo. En
esta verdadera realidad es donde el conflicto cesa dejando solamente el
amor constante con todas sus características como la paz, bienestar,
abundancia, alegría, etc. Esta experiencia sin igual no es algo común en
el mundo pero tampoco es algo raro o secreto ni mucho menos y
cualquiera la puede accesar mediante las milenarias y bien conocidas
prácticas de meditación y/u oración profunda, por mencionar algunas. Y
una vez que se tiene una experiencia del espíritu tan profunda donde el
tiempo y el conflicto se detienen, nada del mundo podrá satisfacerte de
nuevo, ya que no podrás ser engañado tan fácilmente con nimias baratijas
y chucherías.
Precisamente este ultimo caso es donde me
encuentro. Y es por esta insatisfacción que a veces me inquieto
preguntándome: ¿por qué sigo en conflicto? Intentando contestar esta
pregunta, tengo en claro que en este mundo hay nada valioso que
realmente quiera, salvo el amor. De manera que la experiencia humana la
estoy usando en función de crecer en el amor, ya que estoy cierto que no
hay otro propósito que valga la pena. Por supuesto que querría estar
viviendo en la conciencia del espíritu todo el tiempo y en el tiempo,
pero sigo tratando de escapar del mundo de las necesidades, apegos y
conflictos lo cual no es fácil desde la perspectiva humana. Y aunque no
quiero, por lo pronto tengo que conformarme con llegar al punto B–sea lo
que sea que esto signifique–aplicando el amor en todo lo que hago. Pero
sigo en conflicto…
En fin, estoy muy contento y agradecido de
estar aquí aprendiendo y compartiendo el tiempo junto con todos y cada
uno de ustedes que son mis compañeros de viaje, así que: ¡Muchas
gracias!
Por favor, comparte este mensaje.
Dios nos bendice.
Adiós, siempre a Dios.
Juan Angel Ruiz"
El enlace de su documental es: http://conlospiesenelcielo.com