Nada En Realidad Está Sucediendo, Yo “Aparento” Estar Sucediendo por Nick Arandes

Me encontraba meditando esta mañana y un pensamiento surgió. Me imaginé hablando con una amistad que según mi perspectiva tiene una vida muy exitosa. Recordando cuando yo estaba en un periodo muy difícil de mi experiencia le decía:

“Debido a que tu tienes dinero, inversiones, familia, y todas esas cosas tu dices que eres ‘feliz’. Sin embargo como yo me encuentro lidiando con problemas económicos, no tengo hogar, no tengo trabajo ni familia me percibo como que no soy ‘feliz’.

No obstante, si te quitan eso que tu tienes dejas de ser ‘feliz’. Y si a mi me dan eso que creo que deseo voy a ser ‘feliz.’ Pero si doy un paso atrás me doy cuenta de que la verdadera felicidad no estriba en tener o no tener, sino que mas bien en recordar que yo no soy el personaje que tiene ni que no tiene sino que mas bien soy la Mente que observa a los dos personajes teniendo esta conversación. Esa Mente lo es Todo y al Todo no le hace falta nada.

Una vez que recuerdo eso puedo tomar consciencia de que la vida no me esta sucediendo a mi como personaje con o sin dinero, con o sin trabajo, con o sin familia, etc., etc., etc., sino que mas bien yo soy la Vida y al no identificarme con solo una parte (personaje hablando con otro personaje), no soy ni escasez ni abundancia simplemente Soy. Y es ahí donde estriba la verdadera felicidad.”

Este es un proceso de constante observación debido a que es muy fácil caer en la trampa de creer que soy este personaje con todo su drama ya que todos mis sentidos dan testimonio de la “realidad” de esta experiencia física y no me puedo valer de mi intelecto, de lo que creo que soy y por lo tanto de lo que creo que “sé” para salir de esa encrucijada. Por algo se me recuerda que, “Una vez que alguien queda atrapado en el mundo de la PERCEPCIÓN, queda atrapado en un sueño. No puede escapar sin ayuda, porque todo lo que sus sentidos le muestran de la fe de la realidad del sueño.” (Prefacio UCDM)

Por eso es que se practica en cada momento esos espacios de silencio, de contemplación, de introspección, de quietud, en fin, a lo que Un curso de milagros le llama instantes santos.

A raíz de que la Mente va más y más recordando lo que Es, no a través de intelectualmente poderlo explicar sino que mas bien a raíz de que experimentar paz debido a un desapego sicológico, ya el mundo de las apariencias empieza a carecer de poder y deja de tener efecto sobre uno. El personaje podrá tener sus “problemas” mundanos pero su felicidad, su paz no se siente afectada por ellos.

Entonces es mas simple dejar de juzgarme a mi por lo que tengo o no tengo y por ende dejar de juzgar a mi hermano y/o compararme con el pues reconozco que mi hermano y yo somos lo mismo. Lo que el tiene yo lo tengo, y eso que el tiene y que yo tengo es amor. Y si me identifico con eso me puedo unir a mi hermano y lo que tenga en el mundo o no no se convierte en una distracción que me separe de mi hermano ya sea a través de sentirme “mejor” o “peor” que él.

Ya no hay sentido de superioridad ni de inferioridad, simplemente lo que es es solo eso, un mundo lleno de símbolos que no significan nada. Ahora se permite ver la vida como un juego y no como una prisión donde nos encontramos constantemente luchando y sobreviviendo, sino que mas bien un proceso a través el cual se observa lo que aparenta estar “sucediendo” con una mente aquietada recordando que, “Hay una manera de vivir en el mundo que no es de este mundo aunque parezca serlo. No cambias de apariencia pero si sonríes mas a menudo.” W-pI.155.1:1-2

Este estado es imposible experimentarlo si todavía creemos que hay algo en nuestro mundo que tiene que cambiar para ser felices (que tiene algo de valor para nosotros), pues el mundo es lo que nos distrae de la Verdad. Eso no significa que no podemos disfrutar de cosas en el “mundo”, sino que no nos dejamos distraer por ellas. Se ven como escenas pasajeras que se disfrutan sin apego.

Por lo tanto tenemos que tomar consciencia de que aunque en el mundo experimentemos todo tipo de circunstancias las cuales etiquetamos como problemas, lo que nos hace reaccionar a ellos es la identificación con el “yo” que creo ser. Y eso es solo un pensamiento. Si de lo contrario recordamos nuestra realidad la cual es Mente y no cuerpo (personaje separado), simplemente podremos observar el despliegue de experiencias sin sentirnos afectados por ellas, pues ahora se perciben como lo que realmente son, ilusiones que carecen de ningún valor las cuales no pueden tocar al Santo Hijo de Dios que es lo que realmente somos. Por eso es que se nos recuerda que, “Nada real puede ser amenazado.” T-In.2:2

El “entendimiento” de estas palabras no sirve de nada, no obstante la practica diaria con el deseo de de corazón querer la paz de Dios es lo que nos conduce a la experiencia donde las ilusiones (mundo físico, experiencia física) dejarán de ser distracciones. Por algo se nos recuerda que, “Desear la paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos los sueños. Pues nadie que diga estas palabras de todo corazón desea ilusiones o busca la manera de obtenerlas.” T-pI.185.5:1-2 Las ilusiones seguirán estando ahí mientras yo me perciba como un cuerpo, pero no tendrán poder sobre mi.

Así que si uno quiere placer, que es lo que siempre se confunde lo la verdadera felicidad, solo tiene que creer que este mundo es su fuente de la felicidad y empezar a luchar para adquirirla, y como ya sabemos, lo opuesto al placer es el dolor. Y uno no puede vivir sin el otro porque en realidad son lo mismo, dos caras de la misma moneda. Por algo se nos recuerda: “Trata de buscar placer y de evitar todo lo que le pueda ocasionar dolor. Pero por encima de todo, trata de enseñarse a sí mismo que sus dolores y placeres son dos cosas diferentes, y que es oponible distinguir entre ellos.” T-27.VIII.1:7-8

No obstante, si de lo contrario se quiere la Verdadera Felicidad solo hay que recordar lo que realmente un Es (Mente, Amor, Unidad, Dios).