Una muy querida amiga, psicóloga, psicoanalista y psicoterapeuta, Beatriz Beigbeder está compartiendo en Madrid un círculo de apoyo para mujeres.
Beatriz tiene un don muy peculiar. Cuando trabajaba como Psicóloga en un centro psiquiátrico le enviaban pacientes, que para los efectos ya no tenían oportunidad de sanar. Sin embargo dándoles el tiempo y el espacio muchos de ellos no solo mejoraron sino que inclusive sanaron. Sanar la forma no significa que se ha erradicado el ego, pero puede ser un indicativo de que por lo menos la mente se ha liberado de miedo.
Me comentó que aunque tiene un entrenamiento vocacional, cada encuentro con un paciente es uno en el que simplemente abre su corazón y es desde ese espacio que brotan las palabras.
Ella también es estudiante de Un Curso de Milagros y simplemente permite que el amor haga su trabajo a través de ella. Para mujeres interesadas en compartir en este circulo de apoyo y amor, aquí les envío un cartel que me sentí inspirado a hacer para que pueda darse a conocer.
Si conocen de alguna persona en Madrid que esto le pueda ser útil favor de compartirlo. Siempre recordando que el psicoterapeuta no sana a ningún paciente, sino que los dos sanan juntos cuando el encuentro se deja en manos de Aquel que habla por el Amor. Y la sanacion simplemente consiste en aceptar el amor que somos.
“¿Qué mejor propósito podría una relación tener que el de invitar al Espíritu Santo a entrar en ella y dar Su Propio gran regalo de regocijo? ¿Qué más alta meta podría haber para cualquiera que la de aprender a invocar a Dios y escuchar Su Respuesta? ¿Y qué objetivo más trascendente puede haber que el de evocar el camino, la verdad y la vida, y recordar a Dios? Ayudar en esto es el propósito correcto de la psicoterapia. ¿Podría algo ser más santo? Pues la psicoterapia, entendida correctamente, enseña el perdón y ayuda al paciente a reconocerlo y a aceptarlo. Y en su sanación el terapeuta se perdona junto con él." P-.1.2:1-7 UCDM