Había un monstruo yo que alimentaba constantemente. Era el monstruo del pasado. Mi presente estaba totalmente influenciado por ése monstruo.
Por tantos años permití que ese monstruo me
dijese quién yo era, todo lo que hice mal, todo lo que no hice, mas todo lo que
ahora tenía que hacer para merecer amor, para estar en paz, para ser feliz.
Le creí cuando me decía que si tuviese
mucho dinero entonces podría merecer amor, entonces podrás ser feliz.
Le creí cuando me decía que si tuviese
buenas calificaciones entonces podría merecer amor, entonces podrás ser feliz
Le creí cuando me decía que si complacía a
mis padres, pareja, otros, etc., entonces podría merecer amor, entonces podrás
ser feliz
Le creí cuando me decía que si tuviese un
cuerpo esbelto entonces podría merecer amor, entonces podrás ser feliz
Le creí cuando me decía que si tuviese una
buena carrera entonces podría merecer amor, entonces podrás ser feliz
Le creí cuando me decía que si tuviese
muchos bienes materiales podría merecer amor, entonces podrás ser feliz
Cuando comprendí que ese monstruo no tenía
significado, el presente se reveló como lo único real. Ese momento presente
toda mi vida me ha estado susurrando, “mi amor, yo te amor
¡AHORA!”
Según me voy entregando completamente a
cada momento presente me doy cuenta que el monstruo del pasado no es más
ruidoso, simplemente es al que yo deseo prestarle atención en cada momento, y
por consiguiente tengo el poder de elegir dejar de prestarle atención.
Ahí tomo conciencia de que lo que hago en
cada momento es simplemente eso.
De qué lo que pienso en cada momento es
simplemente eso.
De qué lo que digo en cada momento es
simplemente eso.
Comprendiendo que nada tiene significado,
qué nada de lo que haga, piense o diga puede definirme. El monstruo del pasado
no tiene poder ninguno sobre el presente.
Por consiguiente soy libre de hacer lo que
haga. Soy libre de pensar lo que piense. Soy libre de decir lo que diga sin las
interpretaciones del monstruo del pasado. ¿Significa eso que con una actitud
así de libre lo que haga, piense o diga pueda ser utilizado para herir, atacar
o victimizar? Solo cuando lo que haga, piense o diga sea influenciado por el
monstruo de pasado.
No obstante, cuanto más me sumerjo en la
quietud de este momento, libre de toda interpretación, lo que haga, sea lo que
sea, será inspirado por el amor. Lo que piense, sea lo que sea, me enseña a
reconocer qué lo único que existe es el amor. Lo que diga, sea lo que sea, se
dirá con el propósito de comunicar amor.
Por lo tanto, si decido en este y cada
momento abrir mi mente a este espacio de quietud, de silencio: "No
tengo que preocuparme por lo que debo decir ni por lo que debo hacer, pues
Aquel que me envió me guiará." T-2.V.18:4