Pedro: Que bueno verte Juan. Me acuerdo cuando niño lo mucho que reíamos y jugábamos.
Juan: Me alegra verte a ti tambien.
Pedro: Pues te diré que tengo una casa de 500,000 dólares, dos condominios en la playa, un yate, tres hijos, soy muy exitoso, pero mi mujer me vuelve loco, mi trabajo me tiene ya arto, solo quiero retirarme y vivir en el campo para poder estar en paz. ¿Y tú Juan, que tienes?
Juan: Lo mismo que tú en éste momento.
Pedro: No entiendo, ¿lo mismo que yo?
Juan: ¿Donde está tu casa, y tu trabajo y tu yate y tus hijos y tu esposa ahora mismo?
Pedro: Mis casas en Guaynabo y Boquerón y Palmas del Mar donde está mi yate, mi trabajo en Santurce, mi esposa en la casa y mis hijos cada uno haciendo lo suyo.
Juan: ¿Y tú Pedro donde estás?
Pedro: Aqui contigo hablando.
Juan: Por lo tanto, si tú y yo estamos aquí hablando, en el mismo sitio, independientemente de lo que tu tengas o no, tu y yo tenemos exactamente lo mismo. Por lo tanto, ¿que tienes tu que ahora mismo yo no tenga?
Se queda pensativo Pedro y dice: me imagino que lo mismo que tú.
Juan: No obstante, hay algo que yo tengo que tu ahora mismo no tienes.
Pedro: ¿Y eso que es?
Juan: Yo tengo paz, y estoy libre de preocupaciones. Y eso que ahora mismo, y siempre tengo, no lo cambio por nada de lo que tu dices que tienes.
MENSAJE: Antes de que intentes impresionar a alguien con lo que crees tener, pregúntate si de verdad tienes lo que es importante. Si no tienes paz, ¡no tienes nada!
Juan: No obstante, hay algo que yo tengo que tu ahora mismo no tienes.
Pedro: ¿Y eso que es?
Juan: Yo tengo paz, y estoy libre de preocupaciones. Y eso que ahora mismo, y siempre tengo, no lo cambio por nada de lo que tu dices que tienes.
MENSAJE: Antes de que intentes impresionar a alguien con lo que crees tener, pregúntate si de verdad tienes lo que es importante. Si no tienes paz, ¡no tienes nada!