Este es un extracto de su libro “Form versus Content: Sex and Money” (Forma versus Contenido: Sexo y Dinero).
Pregunta al Dr. Kenneth Wapnick: “Una parte de mí sabía que la comida no
era el verdadero problema, pero en este nivel pensé que evitar los alimentos
perjudiciales era reflejo de una decisión que tomé en mi mente de no hacerme
daño. Entonces empezamos a hablar sobre el uso de hornos de microondas. Mi
amigo me dijo: "Yo sé que no me va a hacer daño porque yo lo estoy usando
de una manera amorosa. Lo estoy usando porque tengo que ahorrar tiempo y es
conveniente para mí. Pero todavía no quiero hacerme daño. Así que el propósito
planteado es bueno ". Estoy confundido acerca de esto. Por un lado,
obviamente, podemos ser herido por nuestras decisiones, sin embargo, si nuestro
propósito no es hacernos daño, probablemente podríamos comer algo que es
potencialmente dañino y no ser herido.”
Contestación del Dr. Kenneth Wapnick: Esta es una cuestión importante.
Siempre he dicho que los estudiantes de Un Curso de Milagros deberían ser
normales.
Cuando se practica el Curso deben usar el sentido común. Con respecto a
la alimentación, por ejemplo, todos tenemos que comer. Eso quiere decir que
estás identificado con tu cuerpo, y eso significa que al menos una parte de tu
mente se identifica con el sistema de pensamiento del ego. No es útil negar
eso.
Siempre y cuando te identifiques con el ego y el cuerpo, creerás que hay
alimentos que son saludables y alimentos que son perjudiciales los cuales van a
hacerte daño, por lo que comer alimentos saludables te beneficiará, ya que eso
es lo que crees.
Negar eso, como Jesús nos advierte al principio del texto, es una
"forma particularmente inútil de negación" (T-2.IV.3: 11).
Tú, evidentemente, crees que eres un cuerpo; por lo tanto es una
tontería luego decir, "mis pensamientos están en lo cierto, por lo que no
me harán daño." Si tus pensamientos estuviesen en lo cierto, no estarías
aquí, y ni siquiera abordarías la cuestión; de hecho, ni siquiera sería un
problema.
Así que creo que es útil comenzar con la premisa de que tus pensamientos
no están en lo cierto. Por lo tanto, debes comer los alimentos que crees que te
van a hacer sentir bien, y evitar los que crees te harán sentirse mal. Y no le
des mas vueltas al asunto.
Si crees que el microondas va a irradiar los alimentos y por
consiguiente tendrá efectos adversos sobre ti, no debes utilizar un horno de
microondas. Y si no piensas que va a hacer eso, lo utilizas. Cuando ya no te
identifica con un cuerpo, si debes usar un horno de microondas o no se
convierte en un pseudo-problema.
Todo el asunto es irrelevante. La única cosa que te va a hacer daño es
la culpa; lo único que te ayudará es el perdón. Pero muy pocas personas están
en ese nivel. Así que mientras estamos en el nivel de la separación -el cuerpo
hace- lo que tú crees.
En otras palabras, no debería ser un problema. Es una trampa de pensar:
"Bueno, si tengo pensamientos de amor, mientras que yo uso el microondas,
los pensamientos de amor me protegerán" -como si la onda de microondas
puede hacerte daño! Ya estás en un estado de mente egoica cuando te encuentras
creyendo que los pensamientos amorosos pueden afectar de alguna manera algo
externo.
Esa es la confusión de niveles que Jesús describe al principio del texto
(T-2.V.2). La mente, por lo tanto, no puede tener ningún efecto real en el
cuerpo, porque son niveles que no tienen nada que ver entre sí.
Si yo creo que mis pensamientos amorosos permitirán que coma alimentos
modificados genéticamente sin daño, ya me estoy haciendo daño, porque creo que
hay un peligro por ahí de que mis pensamientos amorosos pueden protegerme. Así
pues, he cometido el "pecado" imperdonable en este curso: hacer el
error real.
Esto no es diferente de radiar luz a un punto problemático en el mundo o
en un órgano con problemas, o emitiendo pensamientos de amor a un microondas.
Ese es el error. El error no es usar o no el microondas, sino que convertirlo
en un problema. Cité la línea de Krishnamurti antes sobre el sexo: "Hazlo
o no lo hagas, pero sigue adelante con tu vida.” Deja de convertirlo en un gran
problema.
Calentar en el microondas no es el problema; lo que el Presidente de los
Estados Unidos decide no es el problema; el mundo no es el problema. Mi paz no
depende de una ley del Congreso, un acto de la Casa Blanca, o un microondas.
Mi cuerpo podría depender de eso, y yo ciertamente no quiero poner mi
cuerpo en una posición vulnerable, siempre y cuando crea que soy un cuerpo.
Pero yo tampoco quiero tener la ilusión de que el mundo me hará seguro. Mi
única protección es el perdón, porque eso solo me ayudará a identificarme con
el amor, nuestra única seguridad.