Comentario: Empecemos por lo que nos recuerda el Manual de Psicoterapia de Un curso de Milagros el cual te recomiendo que leas;
"Muy sencillamente, el propósito de la psicoterapia es eliminar los obstáculos a la verdad. Su objetivo es ayudar al paciente a abandonar su fijo sistema ilusorio, y comenzar a reconsiderar las espurias relaciones causa-efecto sobre las cuales descansa este sistema. Nadie en este mundo se escapa del miedo, pero todo el mundo puede reconsiderar sus causas y aprender a evaluarlas correctamente. Dios ha dado a todo el mundo un Maestro Cuya sabiduría y ayuda sobrepasan ampliamente cualesquiera contribuciones que un terapeuta terrenal pueda proveer. Sin embargo, hay momentos y situaciones en las cuales una relación terrenal paciente-psicoterapeuta se convierte en la manera a través de la cual Él ofrece Sus más grandes regalos a ambos.
¿Qué mejor propósito podría una relación tener que el de invitar al Espíritu Santo a entrar en ella y dar Su Propio gran regalo de regocijo? ¿Qué más alta meta podría haber para cualquiera que la de aprender a invocar a Dios y escuchar Su Respuesta? ¿Y qué objetivo más trascendente puede haber que el de evocar el camino, la verdad y la vida, y recordar a Dios? Ayudar en esto es el propósito correcto de la psicoterapia. ¿Podría algo ser más santo? Pues la psicoterapia, entendida correctamente, enseña el perdón y ayuda al paciente a reconocerlo y a aceptarlo. Y en su sanación el terapeuta se perdona junto con él." P-1.1:1-5;2:1-7
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Volviendo ahora a tu pregunta. Lo que tienes que recordar es que el encuentro entre tu y el paciente no tiene nada que ver con la técnica que tu estés usando sino que reconocer que ese es un espacio en donde se invita al Espíritu Santo pues El es el medio de sanacion, no la técnica. La técnica mas bien es la excusa que contribuyó a ese encuentro.
No obstante, como todo, si llega un punto en tu vida en la cual ya no resuenas con esa técnica, puedes continuar ejerciendo como terapeuta, solo que o la técnica cambia, o dejas de utilizarla por completo y simplemente tratas cada encuentro como un encuentro santo, que en sí eso es lo que todo encuentro es, y lo que sientas que tengas que hacer o decir en cada momento será dictado por tu identificación con el Espíritu Santo. De esa manera El se expresa a través de ti en vez de tu tratar de utilizar lo que has aprendido.
Y una vez mas, puede que lo que hallas aprendido en tu formación como sicóloga te sirva en algunos instantes, y en otros las palabras que te encuentres compartiendo puede que no tengan nada que ver con tu preparación como sicológica aunque terminen siendo las mas apropiadas para ese encuentro. Yo no tengo ninguna preparación como sicólogo, interesantemente tengo sicólogos que van a mis charlas y termina tomando notas. Inclusive, tengo terapeutas y sicólogos que me buscan a mi para asesoramiento.
Por lo tanto, no tienes que preocuparte con relación a tu técnica, mas bien si tu estas haciendo tu practica diaria de elegir la mente recta de manera que tu experimentes una relación intima con el Espíritu Santo en ti, y de ahí en adelante confía en la dirección en que la vida te lleve.
Yo tengo una muy buena amistad que es una gran estudiante de Un curso de Milagros, y lo aplica muy bien en su vida. Incluso, ella comparte con el Dr. Kenneth Wapnick semanalmente y ella es sicoterapeuta. Así que no hay conflicto con tu trabajo, solo que a medida que tu continúes sanando y profundizando con el curso, sabrás que tienes que hacer en cada momento.
