Todo es Un Pensamiento por Nick Arandes

Cuando cierro los ojos y descanso en ese espacio, es más fácil reconocer que todo es un pensamiento, y por lo tanto puedo observarlo mientras que al mismo tiempo estar consciente de que lo que me molesta, o lo que me excita, cualquiera que sea la reacción emocional que este experimentando a raíz de ese pensamiento, no es el pensamiento sino que el significado que se le esta proyectando a el. O para ser más específico, mi deseo inconsciente de querer que ese pensamiento tenga algún significado para mi.

No obstante, el por lo menos tener consciencia de eso, me da la oportunidad de observarlo al igual que sentir mi reacción física a el, sin intentar darle (proyectar) significado y continuar descansando en ese espacio. De esa manera el Espíritu Santo deshacerá el significado proyectado (culpa), y ese pensamiento dejará de tener poder sobre mi. En otras palabras, dejaré de sentirme afectado por el. No me encontré reaccionando a el.

Sin embargo, cuando abro los ojos y "veo" el mundo que me rodea, incluyéndome a "mi" mismo, se me olvida que todo es un pensamiento, por lo tanto caigo una vez mas en mi propia trampa de proyectarle significado a todo, y por ende reaccionando a todo lo que "veo", "siento", "oigo", etc.

Así que mi práctica es, comulgar lo más a menudo que pueda durante el día, de con los ojos cerrados descansar en ese espacio, y recordar una y otra vez que todo es un pensamiento, y permitir que la Mente Recta (Espíritu Santo, Cristo, Esencia, como se le quiera llamar) haga Su trabajo. Luego cuando abro los ojos y retorno mi atención hacia el mundo "exterior", mantener esa consciencia durante el resto del día.
De ese modo me experimento menos y menos afectado por mis ilusiones ya que más y más me encuentro descansando en mi Ser. Y cuando me caigo del caballo, es más fácil y rápido montarme de nuevo ya que algo en mi reconoce que todo es un pensamiento.