No Te Olvides Nunca de que el Mundo que “Ven" Los Ciegos tiene que Ser Imaginario

“No te olvides nunca de que el mundo que "ven" los ciegos tiene que ser imaginario, pues desconocen el verdadero aspecto del mundo. Tienen que inferir lo que se puede ver basándose en datos que son siempre indirectos y reformular sus deducciones según tropiezan y se caen debido a lo que no reconocieron, o bien pasar sin sufrir daño alguno a través de puertas abiertas que ellos creían cerradas. Y lo mismo ocurre contigo. Tú no ves. Las indicaciones en las que te basas para llegar a tus conclusiones son erróneas, y por eso tropiezas y te caes encima de las piedras que no viste, sin darte cuenta de que puedes atravesar las puertas que, aunque creías que estaban cerradas, se encuentran abiertas para los ojos que no ven, esperando a darte la bienvenida.” T-21.I.1:1-5

Cada vez que juzgo, cada vez que ataco, o cada vez que me siento juzgado o atacado de la misma manera que me siento “atraído” hacia algo en el “mundo” se me olvida que no veo nada, que me estoy creyendo los pensamientos fabricados por una mente que aunque no ve, cree que ve.

Cree que ve un “mundo” separado de si mismo, con personas que nos atacan, o que atacamos o que nos juzgan o que juzgamos, o con cosas que creemos nos atraen y nos brindan placer olvidando que son simplemente fabricaciones mentales para mantener el miedo vigente, para mantener en mi mente mi deseo de ser “especial.” Para mantener en mi mente la creencia en la separación.

No obstante, cuando un pensamiento de miedo se manifiesta en la mente que no ve, pido corrección para que el Espíritu Santo me ayude a recordar que nada de esto sucedió, y de que estoy en mi Hogar, descansando en Dios.  "En Dios estás en tu hogar, soñando con el exilio, pero siendo perfectamente capaz de despertar a la realidad:" T-10.I.2:1

Y que todo lo que creo “ver” son nada mas que espejismos cuyo propósito de distraerme de la Verdad, del Amor en mi. Por lo tanto, en este momento, cierro los ojos, descanso en el silencio, y recuerdo una vez más que solo la paz de Dios es real, que el Amor de Dios es real, y que eso es lo único que de verdad deseo.

Descanso en ese espacio por un momento, y cuando abro los “ojos”, no me dejo engañar recordando que lo que veo es falso. "Un milagro es una corrección. No crea, ni cambia realmente nada en absoluto. Simplemente contempla la devastación y le recuerda a la mente que lo que ve es falso." W-pII.13.1:1-3