El Problema con el Concepto de “Amor” por Liz Cronkhite

“Amor” es una de esas palabras que desearía no se utilice en la espiritualidad. Usamos la palabra de dos maneras, cuando se habla de amor humano y sólo una de ellas describe la experiencia del Amor Verdadero. Esto conduce a confusión ya que las dos ideas se combinan y por consiguiente se confunden.

Como seres humanos, cuando decimos "Te amo", queremos decir "Me gustas mucho", “Te disfruto”, "Me gusta estar contigo", "Me gusta cómo me siento conmigo mismo cuando estoy contigo", "me gusta el papel que juego en nuestra relación "," Estoy agradecido por el papel que juegas en nuestra relación"  y/o "estoy obligado a ti debido a una conexión familiar". En estos contextos "Te amo" en realidad significa "Estoy apegado a ti de alguna manera".

Sentimos apego-amor sólo cuando amamos a los demás, no cuando otros nos aman. Cuando otros sienten apego-amor hacia nosotros lo que experimentamos es un espacio seguro para ser nosotros mismos. El apego-amor de otros hacia nosotros nos brinda apoyo emocional y práctico para nuestras vidas en el mundo. Pero la experiencia de apego-amor de otros hacia nosotros no los deja a ellos y luego se transfiere a nosotros. Si no nos valoramos a nosotros mismos, su demostración de apego-amor hacia nosotros no tiene ningún significado para nosotros.

La experiencia de apego-amor es valioso para la preservación de la raza humana y para preservar y mejorar las vidas humanas individuales. Pero la experiencia no te hace sentir completo. Y "totalidad" (sentirse completo) es el otro significado que tenemos para el "amor".

Cuando hablamos de Amor Verdadero - "amor" espiritual, o "Amor de Dios" - lo que queremos decir es que ese amor es una experiencia de plenitud. Es una experiencia de completa abundancia en lugar de una de carencia. Y esto es lo que realmente buscamos en nuestras relaciones con los demás. Esto es lo que esperamos encontrar en nuestro amor por los demás o en su amor por nosotros. Y el apego-amor humano no proporciona ese estado de completa abundancia, de completa llenura. Es inherentemente limitado.

El apego-amor humano siempre se dirige hacia alguien o algo. El Verdadero Amor, como una experiencia de plenitud, no está dirigido hacia nadie ni nada. Es una experiencia interna que llevas contigo. Así que puedes entender la confusión que hay con las directivas espirituales como: "Ama a tu prójimo como a ti mismo."

Desde un punto de vista humano se cree que esto significa que te tienen que gustar todos! Y esto por supuesto no es posible por lo cual terminas sintiéndose como un fracaso.

Pero si entiendes que "el amor" en este contexto significa "totalidad”, entender que amar a tu prójimo como a ti mismo es venir desde tu conciencia de plenitud en la Verdad cuando te relacionas con ellos. Y reconocer que no importa cómo aparenten ser o lo que aparenten pensar, ellos también comparten la plenitud (totalidad) de la Verdad en tu mente. Mantienes en tu mente la consciencia de que la Verdad es lo único que es Real, independientemente de las apariencias.

En tu conciencia del Amor Verdadero no diriges el amor sólo hacia ciertos otros. Vienes desde tu conciencia de plenitud según te relacionas con todos, independientemente de que si son cercanos a ti o desconocidos; si te gustan o no. Todavía sientes apego a las personas cercanas a ti simplemente por la familiaridad. Y tu personalidad disfrutará algunas personas más que a otras. Pero no le pides a nadie que ta haga sentir completo. Acepta a los demás tal y como son. Y estás dispuesto a dejarlos ir en caso de que fuese necesario.

Cuando te encuentras deseando sentirte completo en Dios entonces no estás buscando apego-amor humano. Estás buscando el amor verdadero (abundante, pleno) que es tu Verdadero Ser. Y sólo lo puedes encontrar en tu interior. Tu conciencia de que ya lo tienes dentro de ti se va desarrollando cada vez que eliges venir desde esa conciencia cuando te relacionas con los demás.

Esta es la práctica de "lo que das recibes" o "lo que enseñas aprendes” que Un Curso de Milagros enfatiza. Sólo te puedes dar a ti mismo. Y sólo te puedes enseñar a ti mismo. Te das a ti mismo y te enseñas que la carencia es real cuando eliges buscar la plenitud en donde no la vas a encontrar.

Sin embargo te das a ti mismo y te enseñas que eres abundante, pleno, cuando vienes desde tu conciencia de abundancia y plenitud (Verdadero Amor) dentro de ti según interactúas con el mundo.

Para información adicional sobre Liz Cronkhite y su trabajo con Un Curso de Milagros o para alguna consulta personas vistas su página web: www.ACIMMentor.com (Liz solo habla Inglés).