“Toda situación que se perciba correctamente se convierte en una oportunidad para sanar al Hijo de Dios.” T-19.I.2:1
Primero
 tenemos que tomar consciencia de que el Hijo de Dios somos todos (una 
sola Mente). También tenemos que recordar que lo que somos es Mente y no
 cuerpos separados. Por lo tanto, percibir una situación correctamente 
es recordar que lo que creo estar “viendo” “fuera” es una proyección que
 no tiene nada que ver con lo que realmente Soy ni con lo que realmente 
aparenta estar sucediendo.
Por consiguiente, si por ejemplo me 
percibo atacado por un hermano o situación, tengo que recordar que no 
hay nadie “fuera” atacándome sino que mas bien estoy percibiendo un 
pensamientos de ataque proyectado “fuera.” 
Y como todo 
pensamiento proviene de la mente, entonces ese ataque tiene que surgir 
de mi. Solo que al no tomar consciencia de ello creo ahora que el ataque
 viene del “mundo” cuando el “mundo” es, “…la imagen externa de una condición interna”, T-21.In.1:5 
De
 la misma manera si me encuentro juzgando una situación o a un hermano, 
lo mismo aplica, estoy simplemente eligiendo atacarme a mi porque ese 
hermano al que me encuentro atacando o esa situación de la que me siento
 víctima o soy el victimario de, es un pensamiento y ese pensamiento 
proviene de mi. Y esa ira o dolor o placer, lo que sea que siento a raíz
 de lo que creo estar percibiendo fuera, es la culpa inconsciente que se
 le proyecta a las ilusiones para justificar, una vez mas, mi sentido de
 victimismo.
Y aunque esto no sea muy agradable de reconocer, es de la única manera que nos podemos liberar, pues por algo se nos recuerda: "El
 secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está 
haciendo todo esto a sí mismo. No importa cuál sea la forma del ataque, 
eso sigue siendo verdad. No importa quién desempeñe el papel de enemigo y
 quién el de agresor, eso sigue siendo verdad. No importa cuál parezca 
ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso sigue 
siendo verdad. Pues no reaccionarías en absoluto ante las figuras de un 
sueño si supieses que eres tú el que lo está soñando. No importa cuán 
odiosas y cuán depravadas sean, no podrían tener efectos sobre ti a no 
ser que no te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio 
sueño." T-27.VIII.10:1-6
O, "Si algo te puede herir, lo que estás viendo es una representación de tus deseos secretos." T-31.V.15:8 Otra manera de decirlo seria, "Cuando crees que estás proyectando lo que no deseas, es porque todavía lo deseas." T-12.VII.7:6
Por
 eso es muy importante recordar que todo es un pensamiento. El “yo” que 
se cree estar aquí es un pensamiento, el “mundo” que aparento ver es un 
pensamiento, y si todo pensamiento proviene de la mente, y yo soy Mente,
 entonces todos esos pensamientos provienen de mi.
Así que de la 
manera que la mente se sana es a raíz de tomar primero consciencia de 
que todo es un pensamiento, de que nada me sucede a mi sino que mas bien
 que todo lo que aparente estar sucediendo se percibe a través de mi y 
por consiguiente necesito que esa percepción errada sea corregida. Y eso
 no lo puedo hacer yo que por eso se me recuerda: “Tú no puedes ser tu propio guía hacia los milagros, pues fuiste tú el que hizo que fuesen necesarios.” T-14.XI.7:1 
Recordemos
 una vez mas, que los milagros son correcciones de percepción, no que 
algo en el mundo cambie pues eso no sanaría al Hijo de Dios (Mente) sino
 que perpetuaría la creencia en la separación, que es lo que se está 
intentando sanar (corregir). No obstante, un cambio de percepción en la 
mente podría ser reflejado en un cambio en la forma. Por consiguiente un
 cuerpo se podría curar, un problema laboral se podría solventar, una 
ayuda financiera podría llegar, mas bien las añadiduras que sean 
necesarias se podría manifestar para apoyar la mente en su proceso.
Pero
 no queremos distraernos con la forma, pues es ahí donde el ego siempre 
quiere llevar la atención, al mundo, a la forma, al personaje, en otras 
palabras, a las ilusiones para mantenernos distraídos de la Verdad.
Por
 lo tanto si estoy intentando utilizar un milagro digamos para curar un 
cuerpo, ya sea el mío o el de "otro", estoy perpetuando en la mente la 
creencia de que soy un cuerpo separado de Dios, que no soy Mente. 
Si
 estoy intentando utilizar un milagro digamos para resolver mi problema 
de trabajo o el de "otro" estoy perpetuando en la mente la creencia de 
que soy un cuerpo separado de Dios, que no soy Mente. 
Si 
estoy intentando utilizar un milagro digamos para encontrar una pareja o
 para que "otra" persona encuentre una pareja estoy perpetuando en la 
mente la creencia de que soy un cuerpo separado de Dios, que no soy 
Mente. 
Si estoy intentando utilizar un milagro digamos para 
“manifestar” lo que sea que desee o para que "otra" persona “manifieste”
 lo que sea que desee estoy perpetuando en la mente la creencia de que 
soy un cuerpo separado de Dios, que no soy Mente.
Por eso se nos recuerda: “Pero
 no te olvides de lo siguiente: cuando te alteras y pierdes la paz 
porque otro está tratando de resolver sus problemas valiéndose de 
fantasías, estás negándote a perdonarte a ti mismo por haber hecho 
exactamente lo mismo. Y estas manteniendo a ti y al otro alejado de la 
Verdad y de la salvación.” T-17.I.6:5-6
En otras palabras, 
mientras mi atención sea en el mundo, estoy perpetuando en la mente la 
creencia de que soy un cuerpo separado de Dios, que no soy Mente.
Esto
 no significa que si un hermano o uno mismo se experimente enfermo que 
no se le ayude o que no tomemos responsabilidad de nuestras salud. Eso 
no significa que si un hermano necesita trabajo o nosotros mismos que no
 lo ayudemos o que no tomemos responsabilidad de nuestra situación 
laboral, y lo mismo aplica a el resto de los ejemplos que compartí. 
Obviamente si lo mas amoroso y bondadoso es prestar ayuda, eso seria lo 
correcto, solo que se hace sin juicio, sin culpa, sin distraernos de la 
Verdad.
A lo que voy es que si intento utilizar Un Curso de 
Milagros para cambiar algo en el mundo estoy confundiendo los niveles de
 percepción y ahora el Curso estaría siento utilizado para los fines que
 el ego le adjudicaría.
Sin embargo, si ya estando consciente de 
eso, a medida que la corrección de percepción tiene lugar, EN LA MENTE, 
es cuando reconozco que lo que sea que estoy sintiendo no tiene nada que
 ver con lo que mis ojos creen estar viendo. No tiene nada que ver con 
lo que creo que está sucediendo. No tiene nada que ver con lo que 
intelectualmente creo que es la causa de lo que sienta, ya sea placer o 
dolor. 
Es así como el Espíritu Santo puede 
entonces hacer Su trabajo sin interferencia del ego, y empiezo a 
percibir la naturaleza ilusoria de este mundo.
Lo que hace que 
tenga miedo a percibir la naturaleza ilusoria de este mundo es el miedo a
 recordar que “yo” no existo, que “yo” no estoy aquí, que “yo” soy un 
pensamiento, que esta no es mi experiencia, y por consiguiente prefiero 
que el sueño siga siendo real, solo que mas placentero, mas manejable. 
Y
 a raíz de ese miedo (culpa inconsciente, miedo a Dios, miedo al Amor) 
prefiero quedarme con la escasez que con la abundancia del Reino. 
Prefiero quedarme con el dolor y el placer que con la dicha permanente 
del Reino. Prefiero sentirme limitado con la creencia de que soy un 
cuerpo que nace, tiene experiencias por un periodo de tiempo limitado y 
luego muere que recordar que soy libre, que soy ilimitado, que soy la 
Vida Eterna, libre de miedo, que soy Dios. Es por eso que se me 
recuerda: “No pides demasiado de la vida, al contrario, pides demasiado poco.” W-pI.133.2:1
Sin
 embargo, como mi naturaleza es paz, es amor, es abundancia, es dicha 
eterna, es alegría, es imposible que el Santo Hijo de Dios (que es la 
Mente) se conforme con menos que la perfección absoluta. Y eso es lo que
 a un nivel mas profundo nos motiva a cuestionar toda esta experiencia. “Este mundo en el que pareces vivir no es tu hogar. 2Y en algún recodo de tu mente sabes que esto es verdad.” W-pI.182.1:1-2
Y por consiguiente a querer salir de ella. Es aquí donde se nos recuerda: “A la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que tiene que haber un camino mejor." T-2.III.3:6
Por
 lo tanto, hay que estar dispuesto a empezar a elegir la paz del 
Espíritu Santo y a descansar en ella mas a menudo, no como una 
escapatoria ya que el objetivo no es escapar del mundo, sino que mas 
bien como un deseo de soltar todo. Soltar todo juicio, toda 
interpretación, toda expectativa. 
Esa paz, a 
medida que se va practicando va tomando primera posición en la mente, y 
se es mas fácil entonces poder tomar consciencia de los pensamientos de 
ataque, de juicio, de miedo, de manera que se vallan poco a poco 
desintegrando en la paz, en la  luz de la Verdad.
Así que este proceso no requiere nada especial de mi sino que mi deseo de querer sanar,  que por eso se nos recuerda: “No te preocupes por nada, excepto por estar dispuesto a que se logre. Él (Espíritu Santo) será Quien lo logre, no tú.” T-17.I.6:3-4
La
 pregunta ahora es, ¿quiero sanar o quiero seguir jugando el papel de 
cuerpo separado? Si soy honesto conmigo mismo, siempre y cuando haya 
algo del mundo que desee, aun cuando crea que quiero sanar, la realidad 
es que quiero seguir jugando el papel de cuerpo separado. 
No 
obstante, eso no significa que al elegir al Espíritu Santo mi mundo 
desaparezca y por consiguiente yo desaparezca. Sino que mas bien, 
seguiré jugando el papel de cuerpo separado siendo consciente de que eso
 no es lo que soy, por lo tanto no identificándome con el mundo aun 
cuando parezca que vivo en el mundo. "Hay una manera de vivir en el 
mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. No cambias de 
apariencia, aunque sí sonríes mucho más a menudo. Tu frente se mantiene 
serena; tus ojos están tranquilos." W-pI.155.1:1-3
 A raíz de ese cambio de mentalidad viviré el sueño feliz hasta que se 
deje el cuerpo a un lado y al despertar del sueño me habré dado cuenta 
de que esto nunca sucedió, y que siempre estuve en el Reino, pues el 
Santo Hijo de Dios no puede separarse del Padre ya que el Padre y el 
Hijo son Uno (Mente).
Hoy elijo la paz de Dios y me difundo en
 ella para así no dejarme distraer. Y todo pensamiento de ataque, 
independientemente que sea percibido como un ataque hacia mi o un ataque
 que provenga de mi, descanso en la paz de este momento para que ese 
pensamientos se disuelva en la paz de Dios. 
Así voy sanando el Santo Hijo de Dios (la Mente), simplemente recordando que:
 “El perdón, en cambio, es tranquilo y sosegado, y no hace 
nada…Simplemente observa, espera y no juzga. El que no perdona se ve 
obligado a juzgar, pues tiene que justificar el no haber perdonado….No 
hagas nada, pues, y deja que el perdón te muestre lo que se deba hacer a
 través de Aquel que es tu Guía, tu Salvador y Protector, Quien lleno de
 esperanza, está seguro de que finalmente triunfarás.” W-pII.1.4:1…3-4…2:1
